Sunday, May 27, 2007

EL YOGUI

Se levantó muy temprano, antes de las seis de la mañana. Éramos compañeros de cuarto y este tipo, era un caso extraño. Decía que era un yogui. Se sentaba en posición de loto y entraba en un viaje de paz, tal como decía. ¿Qué sientes?, le preguntaba muchas veces. Paz, respondía. Mucha paz... Es como si dejaras tu cuerpo laborando sin parar y tu, te pusieras a sentir lo que es ser libre de un cuerpo, y viajas a lugares sencillos, como al pasado, al futuro, o estás en el presente fisgoneando todo cuanto ocurre. ¿Nada mas?, pregunté. Nada más, y eso es todo. Mi compañero volvió a cerrar los ojos y se puso en trance por más de dos horas. Esto lo supe pues me había bañado, había tomado desayuno y subí a despedirme de mi compañero. Allí estaba, sentado como un buda, parecía ser que algo sucedía en este amigo. Una vez, todo el cuarto estaba oscuro. Iba a prender las luces pero mi amigo hizo un movimiento y murmuró que aún no. Me acerqué al lugar de donde provenía el sonido y pude ver que era mi amigo. ¿Eres tú? ¿Estás allí?, pregunté. No respondió, pero, de pronto, me acerqué hasta donde estaba y vi que una luz, que no era de ningún lugar ni espacio, florecía alrededor de mi compañero de cuarto. ¡Dios, eres luz!, le dije. No escuché respuesta... Salí de mi cuarto y pedí a la dueña de casa que me cambiara de cuarto. Al día siguiente, ya estaba en otro cuarto. Este era pequeño y cabía una sola cama. La mía. Viví solo y al cabo de un tiempo, olvidé a mi amigo el yogui. Una mañana, mientras salía de mi cuarto escuché esos sonidos que sabes que son problemas. Me acerqué hacia el lugar de donde provenía el ruido y vi que provenía del cuarto de mi amigo el yogui. Entré y vi que estaba la dueña de la casa, un oficial de la policía, dos estudiantes, vecinos y yo. ¿Qué ha pasado?, pregunté. Uno de ellos me contó que la noche anterior escuchó gritos como los de un mono. Se acercó y tocó la puerta. Nadie respondió. Este abrió la puerta y vio que un cuervo salía del cuarto volando y graznando sin parar. Entró y vio la ropa de mi amigo, tirada por el suelo. Desde esa mañana, mi amigo no se le ha vuelto a ver... Pero, desde aquel día, muchos de nosotros sienten, mientras duerme, un calor en el fondo de los pies. Abren sus ojos y ven un puntillo de luz en la parte izquierda superior de sus cuartos. Y esto sucedió hace unos días en que no se le ha vuelto a ver a nuestro amigo el yogui. Luego de una gran turbación, todos los asumimos como algo de nuestro amigo el yogui, y volvimos a nuestra rutina cotidiana. Sin embargo, en cuanto a mí, cada noche sentía un calor, una luz apegándose a mi rostro... Trataba de abrir los ojos, pero nunca pude hacerlo, y cuando los abría, veía nada que no fuera la oscuridad de la noche. Una noche, mientras llegaba a mi cuarto, le vi a mi amigo el yogui. Me asusté pues pensé que trataba con un fantasma. Este me miró a los ojos y como ya oscurecía, su rostro volvió a encenderse. No dije nada, tan solo le vi desparecer como si fuera una vela apagándose. Adiós, le dije y esta luminosidad pareció entenderme. ¿Por qué? Pues, porque cuando vi una luna en la noche, a través de mi ventana, pude ver el rostro del yogui entre las nubes grises de la noche, al mismo tiempo aprecié dos alas escarlatas atadas a su cuerpo, así como la cola de una estrella...


San Isidro, mayo de 2007

Sunday, May 13, 2007

un día nada mas...

estaba por salir a la calle cuando un señor se puso en su delante y le dijo que era su padre. ¿mi padre?, respondió. sí, soy tu padre, dijo el extraño hombre. nuestro amigo le miró y notó que este usaba un traje bastante grueso para la estación, tendría unos cincuenta y cuatro años, no usaba pelo, se lo rapaba, achinado, bajito, y una sonrisa medio tonta pero buena. ¿mi padre?, volvió a decirse nuestro amigo. y el extraño sujeto cogió un cuadernillo, un lápiz y se puso a escribir, y mientras lo hacía, miraba al buen muchacho que tendría algo mas de veinte años, alto, fuerte, blanco, bien vestido y con una sonrisa media burlona. dentro de sí, el extraño viejo, pensaba que todo era una ilusión, un conjunto de sueños aglutinados hasta convertirse en realidad; allí donde las cosas sucedían, era en cruce entre el sueño y la creación del gran hacedor... el muchacho, no pudo seguir parado en la puerta de su casa, le pidió permiso al extraño sujeto y siguió caminando rumbo hacia su centro de estudios... esto no le gustó al extraño sujeto. miró hacia el cielo, buscando inspiración, y luego, se puso a escribir algo diferente, y mientras lo hacía, el muchacho empezó a esfumarse, así como la niebla en el cielo, luego, continuó escribiendo y puso: "el muchacho salía de su casa, esta vez tenía quince años, un rostro delgado y triste cuando vio en la puerta de su casa a un extraño señor diciéndole que era su padre..."

san isidro, mayo de 2007

Sunday, May 06, 2007

sin corrección

bebido ante tanta sensualidad de las fotos sexuales que tenía ante mis ojos, tuve un sentimiento que subía como champaña agitada por todo mi cuerpo, entrando por mis piernas hasta llegar a mi sexo, a ese animal extraño que tengo entre las piernas y que ha veces tiene ganas de buscar su propio sosiego, aunque entiendo que todo nace en mi cerebro tal como dicen los curas o los moralistas del colegio, pero eso no importa cuando tienes al frente ese tipo de fotos, sobre todo cuando son fotos de una mujer sin cara, pero que es la que mas quieres en el mundo, que mas deseas y que mas sueñas, porque basta ver el resto de su cuerpo para darte cuenta de lo hermosa que puede haber sido sin que le veas la cara, pero así es cuando todo ocurre por desgracia para uno como yo que tengo la gracia de vivir encerrado en mis sueños de plenitud, de querer ser feliz, como si eso tuviera que ver con la carne, con los deseos humanos tan necesarios cuando uno es tan joven como lo soy en estos momentos en que estoy en mi casa sin mis padres, sin nadie y con esas fotos que llegaron esta mañana de casualidad y que llegaron para otra persona pero soy una persona demasiado curiosa como para dejar un sobre tan bonito y perfumado como el que llegó por casualidad a mi casa mientras no había nadie en ella, y que la abrí y allí sí que sentí que había cientos de ojos y invisibles presencias ante mí, aguijoneándome que lo que hacía estaba tan mal como cuando le pateé la canilla a la directora del colegio el día que se le ocurrió jalarme las orejas delante de la chica mas linda de todo el colegio, pero eso sucedió tan lejos en el tiempo que me pregunto qué será de esa señora, de la directora que tenía las piernas mas blancas y peladas de todo el vecindario, incluido las de mi madre cuando la veía en su cuarto mientras se cambiaba de ropa, o cuando se bañaba y yo la miraba desde el techo de mi casa por un huequito que había por un ladito de la ventanilla, pero así eran las piernas de esa directora, y así las de mi madre, aunque ahora no se encuentre nadie en mi casa, tan solo esas fotos de una mujer que no puedo verle la cara pero sólo eso porque lo demás se ve clarito, así como cuando el sol brilla al medio día y brilla tanto que ves demasiado y te duelen los ojos de tanto ver el sol allá arriba en el cielo, pero eso no tiene nada que ver con la foto que tengo en mis manos y que no puedo dejar de tener erecciones una y otra vez, aunque eso no es nada comparado con la vez en que tuve mi primera relación sexual con una chica mucho mayor que yo, y que era la amiga de una prima lejana, y que había venido a recoger una sillas para su fiesta de cumpleaños y que yo fui aunque no me gustaban las fiestas, pero sí sus gruesas y grandes piernas de la amiga de mi prima, aquel día en que le pidió permiso a mi madre para que ella se bañara antes de irse a bailar a la fiesta y que por casualidad yo entré en el baño y la vi totalmente pelada, sobándose sus partes llenas de vellosidades que hacían que mis ojos empezaran a quemarse de deseos por tocar esa parte tan negra y tan misteriosa, pero, tan especial para mí, por supuesto que lo fue, luego de que ella sonriera y me invitara a bañarme junto a ella y me hiciera el amor tantas veces que me quedé dormido en medio de la tina, sin darme cuenta de que la amiga de mi prima se iba con una risa mas grande que los de los tres chiflados, quedándome echado hasta que mis padres llegaron a la casa, preguntándome qué era lo que me pasaba porque tenía una cara tan relajada y seca que hubieran pensado que drácula me hubiera visitado, pero por suerte no se dieron cuenta, aunque mi padre me miraba con cierto sarcasmo, con eso que tienen los hombres que todo lo saben y que ahora siento que yo también lo sé todo, mientras miro las fotos sin cara pero tan familiares para mi que no podría dejar de pensar el resto de mi vida, así como ahora que ya he quemado las fotos, pero eso no impide que sigua pensando, y viendo ese cuerpo tan lleno de vida mientras sigo con esos pensamientos a pesar que no hay nadie en mi casa, a excepción de esos ojos y esa voz que parece que sale de mi conciencia...


san isidro, mayo de 2007