Thursday, January 31, 2008

gigante


ya, dijo, escribe... obedecí y cogí el lapicero, me enfrenté a la hoja en blanco y puse una raya larga, de lado a lado, luego, llené los espacios en blanco con equis. cogí un poco de barro y embarré lo que quedaba en blanco. al final, puse con un cuchillo, mi nombre. ya, le dije al gigante blanco. cogió la hoja embarrada y con el ojo mas grande que halla visto, dijo que estaba precioso. me sentí tan bien de lo que escuchaba que supe lo que era el cielo por un instante. luego, calló y me dejó la hoja sobre el escritorio. ¿no se la lleva?, le pregunté al gigante blanco. no respondió y siguió flotando como una nube a unos centímetros del piso en que me hallaba. ¿por qué no te quedas un rato mas?, pregunté, pero ya había desparecido por una de las paredes de mi cuarto blanco. me levanté y caminé hasta llegar a tocar la pared blanca. estaba allí la pared... ¿estás allí?, le pregunté al gigante blanco. sí, me dijo, pero, sigue escribiendo... aún tienes mas hojas en blanco. me alegré y era cierto, de la pared caían hojas y mas hojas en blanco y de todos los tamaños y formas. cogí una que tenía la forma de un gato y escribí un poema de un gato:

miau, miau
guau, guau
somos seres de pelo y ojo
miramos con el cuerpo
y corremos con el ojo y las uñas
somos seres de hueso y sufrimiento
¿habrá sentido para este sueño?
¿los gatos o perros tendrán un dueño o mas?
mejor seguimos ladrando, maullando
hay tanto que decir
mientras la noche y el día
vienen a escondidas
y a trompadas...

me gustó lo que escribí, y luego se lo mostré al gigante blanco metido en la blanca pared. ¿te gusta?, le dije. mucho, respondió. me alegré y sentí que estaba en el cielo. cerré los ojos un instante y me puse a escribir para el gigante blanco metido en la pared...



san isidro, enero del 2008

Wednesday, January 30, 2008

el mirador


sentado en el techo de casa, pensaba en las cosas que había escuchado. recordé a mi amigo contándome acerca de su operación en su cabeza. tenía una especie de tumor al lado izquierdo de su cara, pegado a su quijada, como la quijada perfecta de Robert Redford por la mitad. recuerdo que le dije, luego de su operación, que se le veía diferente, como si se hubiese quitado lo intelectual de él. bajó su rostro y supe que había hablado de mas. todos mis amigos me miraron y escuché a uno de ellos decirme: desatinado. era verdad, pero me sentí peor que mi amigo sin su interesante tumor. me di media vuelta y salí de la reunión. caminé por media hora cuando me encontré con otro amigo. este se había cortado el cabello a coco. se le veía extraño, como un neo-nazi. se lo dije y se rió, yo también. te invito una cerveza, me dijo. acepté y entramos a un Bar. no recuerdo cuántas botellas tomamos pero sólo vislumbro rostros deshaciéndose bajo mis ojos, riéndose de como caminaba hacia la calle con mi amigo nazi. llegamos a mi casa y con la llave entré. mi amigo se despidió de mí y no supe mas... recuerdo que entré y me tiré en la cama. todo daba vueltas. me muero, pensé. pero no era así, estaba bien y me iba a ir mejor al día siguiente. me levanté temprano y vi toda mi ropa tirada por mi cuarto. me habían robado todo... es terrible sentirse violado. entré a la ducha y lloré como el chorro de agua que mojaba mi cuerpo. me sequé y me vestí y fui rumbo al trabajo. aún era temprano y entré en una cafetería y tomé un café. mientras miraba a las personas entrando y saliendo de la cafetería, recordé a mi madre, ya muerta hacía dos meses y con ese último deseo de ser incinerada y echar sus cenizas por todas las calles de sus barrio. eso hicieron y vi cómo un perro orinaba por el jardín en que quedaba un poco de las cenizas de mi madre. "voy a rondar por el barrio", recuerdo que dijo a sus noventa y cuatro años... la vi morir y la vi sonreír, dejando escapar ese aliento. me gustó verla complacida de su vida, y le di un beso en la frente cuando ya era cadáver. luego llegaron mis hermanos y sentí que todo estaba de mas. salí del hospital y fui a caminar hasta llegar a la misma cafetería en que estaba. de pronto una señora se sentó a mi lado y me dijo: te noto agotado, ¿no te cuidas?. sonreí y no respondí nada, y supe que mi madre había cumplido su palabra. mientras laboraba en el taller, pensaba en el muchacho que lloraba pegado a su celular. lloraba porque su novia le decía que no lo quería ver mas. así es la vida, pensé, unos mueren, otros lloran, otros se cagan de la risa, como yo...



san isidro, enero del 2008

Tuesday, January 29, 2008

MUNDOS ETERNOS


Tenía pocos minutos. La gente esperaba en la puerta, tras esa madera de dos metros cuarenta de alto por noventa centímetros de ancho. Madera color madera y esos ganchos de bronce que me da escalofríos cuando lo toco. Me hubiera gustado no haber escrito jamás, pero ahora ya es tarde, toda la gente espera mi nueva canción, la música que llene sus almas de dicha o éxtasis, o algo por el estilo. Todo empezó cuando quise ser alguien en la vida. Fui a un teatro y vi un hombre vestido de negro que con una guitarra, cantaba y danzaba como nadie. Quise ser como él y al final del espectáculo le dije lo que sentía. Debió parecerle chistoso ver a un muchachito de quince años querer ser algo como él. Me sonrió y no me dijo nada. Le vi salir de aquel lugar, que era una carpa armada por una especie de gitanos que iban como nómadas de norte a sur, y así… el hombre entró a una cabaña armada de manera de carpa y me dio ganas de verle. Me le acerqué y cuando pegué un ojo por una pequeña abertura del coso, le vi quitarse la ropa y ver a un hombre viejo, flaco, sin cabello y con la cara totalmente amarilla… me asusté, pero cuando estaba por irme, el viejo cogió su guitarra y volvió a cantar. Y lo que cantó fue la vida de un hombrecito que se ha cansado de tanto luchar contra las bestias en un medio salvaje y alejado de los seres humanos… Fue una hermosa canción que no olvidé jamás. Luego, cuando terminó de cantar, le vi dejar la guitarra y echarse a descansar. Ya iba a dormir cuando le vi cogerse el corazón, y luego, morderse los labios y echar una espuma roja y blanca por la boca, para caer como un globo sin aire al suelo… Me asusté, pero no me moví. Siempre fui un chico aventado, y esta vez lo fui también. Abrí la carpa y entré. Le puse un vidrio en su nariz y no respiraba. Estaba muerto. Nunca había visto a un hombre muerto y menos morir, así que, ya estaba por irme cuando el muerto me llamó por mi nombre. Iba a correr del miedo pero mis pasos estaban pegados al suelo. No temas, me dijo el muerto. Me sentí mas calmo, y no me moví. Coge la guitarra y ve, ve con ella a cantar a todos los muertos vivos como yo, agregó. Cogí la guitarra y salí con ella afuera del campamento de los gitanos… Ya en mi casa volví a escuchar al muerto, pero esta vez a través de la guitarra. Me enseñó las notas y el sentimiento con que debía tocar. Aprendí.

Los años han pasado y hoy soy un artista. ¿La guitarra? La dejé en mi casa, una vez que escapé de ella para no volver nunca mas. Viajé mucho y en cada pueblo cantaba siempre, y lo que decía era acerca del amor, los muertos y los vivos… La gente escuchaba porque lo hacía sin ningún instrumento. Me hice popular, y, para no olvidar las canciones, las escribía en un cuadernillo negro. La gente me amaba. ¡Dios! ¡Cómo que quería! Pero, cuando la fuente de eso que no sé qué es, se acaba, se tiene que repetir, y eso hice por años y años, hasta llegar al día de hoy en que la gente me busca hasta en mi oficina a escuchar otra canción. Por supuesto que parece una pesadilla, pero, piensen ustedes… ¿No es peligroso cuando los sueños se hacen realidad?, y, ¿Cuándo las realidad se hace sueños y sueños, no es peor…? No puedo dejar de cantar, y de escribir las letras para la gente que se llena de locura cuando compongo y les canto.

Conocí a tanta gente, pero, de todos ellos, prefiero la soledad. Pero ella, no siempre viene a mi vida. Huye tras la sombra de la gente. He visto tanto pero ahora ya me he cansado y en ese momento de total agotamiento, he vuelto a escuchar al muerto… Lo extraño fue que lo escuché dentro de mi, dentro de esa negrura de mi inconciencia. Le escuché y me puse a llorar, y allí, volví a escucharlo cantar… Fui muy feliz… Lo extraño es que no he vuelto a cantar ni a salir de este mundo interior de total oscuridad pero que lo siento mas real que cuando podía abrir los ojos cada mañana y ver el alborear, la luz, esa luz que venía a mí como un ave libre y llena de amor… Pero, este mundo de los muertos, es diferente y es, como todo aquello que no está en el tiempo ni espacio, eterno…


San isidro, enero del 2008

Monday, January 28, 2008

Prem Rawat



mientras escucho a Prem Rawat siento que él sabe tanto acerca de la respiración que me digo, o pregunto, la vida sin el saber o no respirar depende toda nuestra paz interior. mucha gente no le conoce, yo, le he visto pocas veces en mi vida, a pesar de seguirle por mas de treinta años. las cosas de la paz interior no tienen que ver con las personas ni con los aciertos o errores que cometemos, la paz es algo interior y algo que siempre ha estado dentro de cada uno de nosotros. es bueno escuchar a Prem hablar con tanta maestría, diciendo quizá siempre lo mismo pero, por alguna razón del corazón, parece siempre ser un mensaje nuevo y fresco que llena todas mis esperanzas allí, cuando todo es cuesta arriba y me parece que el mundo es mas real que aquella respiración... espero que mi vida termine tal como empezó, llorando de dolor por llegar a un mundo en donde la luz quemaba mis párpados y la separación era inenarrable. espero que mi vida cuando despierte un día mas pueda estar mejor y lleno de aquella paz interior que proviene de aquella respiración. espero que Prem vuelva a contarme aquel cuento de un ser que vino y se fue, pero que no se fue con las manos vacías, sino, con las manos llenas de paz interior... sí, ese es mi mas grande anhelo hoy, quizá mañana, quizá el resto de mis días y noches...




san isidro, enero del 2008

Thursday, January 24, 2008

un cuento desconocido


siempre le gustó hacer todo bien, pero siempre lo hacía mal... sin embargo, siempre sentía que hacía lo correcto porque miraba los ojos de la gente a quien servía y cada mirada decía lo mismo... "qué buen chico que es". sonreía y iba hacia otra casa a limpiar las ventanas, o barrer la entrada de las casas, cuidar a los perros, cosas que no eran importante pero que él, haciéndolas, se sentía tan útil y contento. por supuesto que no cobraba, tan solo extendía la mano y le llovían monedas que le alcanzaba para comer y entrar en su casa de latas a descansar y dormir...

nuestro amigo era así. venía con la mañana antes del alba y desparecía con la noche, una vez que las calles se llenaban de sombras y silencio. la gente, como ustedes piensan, sabía que era un tonto, un jovencito de veinte años tonto, pero demasiado bueno para un mundo lleno de eso que cada día vemos, como envidia, dolor, celos, etc...

nuestro amigo no tenía padres. el pueblo había matado a su padre una noche en que por error pensaron que era un brujo, ladrón, o algo feo, como a un animal salvaje. dicen que trabajaba en un circo y que hacía de payaso. todo ocurrió cuando vieron que uno de los caballos del pueblo se perdió, y luego de buscarlo por todos lados, lo encontraron muerto en la orilla de un lago... al lado estaba nuestro amigo el payaso, comiendo los restos del payaso, y, vestido todo de rojo y negro, embadurnado de verde y amarillo. sí, todos pensaron que era un animal y como tal lo trataron... la madre nunca se supo mucho, solo que criaba a su hijo dentro de una cabaña de lata y que salía a las calles de pueblo casi desnuda o llena de barro. no usaba zapatos ni nada elegante. una noche la encontraron desnuda, violada y con el cuello partido... todos pensaron que fueron gente de otro pueblo vecino. sin embargo, al saberse culpables de la muerte del padre de nuestro joven amigo, la enterraron y una anciana se encargó del crío...

la anciana murió y nuestro muchachito, que en esos tiempos contaba con ocho años se dedicó a limpiar la calles... era un chico muy hermoso. alto, fuerte, rubio, ojos azules, cara sonriente. lo mas lindo de aquel muchacho eran sus manos... rosadas y suaves. dedos largos y fuertes pero sin muchos nudillos, parecían haber sido tallados por un artista. en fin, así era nuestro chico hasta que una tarde limpiando el techo de una casa se cayó, golpeándose la cabeza. desde aquel día, hablaba cosas incoherentes y en una lengua extraña. nadie se le acercaba mucho porque no gustaba que lo toquen, pero siempre extendía su bella mano y siempre recogía la culpabilidad de un pueblo inconciente...

una noche en que nuestro joven de veinte años se iba a su casucha, un lobo se le presentó y empezó aullar... al poco rato llegaron mas lobos y todos empezaron a mirarlo como un bocado. nuestro chico se detuvo y con un palo empezó a lanzarlo de un lado a otro. los lobos se le acercaba cada vez mas, mostrando sus afilados dientes y gruñendo todo el infierno que llevaban dentro. de pronto, nuestro amigo vio en uno de los lobos los ojos que viera desde niño... eran los ojos de su madre, sentía. ¡maaaaaa...!, dijo, y el lobo calló, luego, todos callaron. ¡maaaa...!, volvió a gemir. los lobos dejaron de encrespar sus lomos y empezaron a acercarse como si fueran a lamer agua de la orilla del río. y cuando estuvieron al lado del joven, empezaron a lamerle las bellas manos. el chico hizo lo mismo con todos los lobos. los acarició una y otra vez, luego se puso a quitarle los bichos en sus cuerpos. los lobos se dejaban estar, y así pasó toda la noche...

a la mañana siguiente, los lobos habían desaparecido y nuestro chico volvió al pueblo a seguir laborando. aquella vez entró a un Bar y vio que las sillas estaban sucias. un hombre estaba echado, borracho, y cuando el chico estaba ordenando el Bar, el borracho despertó, y lo primero que hizo fue coger una botella y tirársela al joven que justo le cayó sobre su cabeza. felizmente no pedió la razón, pero pudo ver las manos del borracho y le recordó a su padre cuando jugaba con él siendo aún un bebé, y lo que hizo fue gemir: ¡paaaaaaaaaaa...! todos callaron y todos recordaron aquella muerte de aquel pobre payaso. le miraron y vieron su cabeza llena de sangre. el joven se acercó al borracho y con sus bellas manos lo ayudó a caminar hasta llevarlo al río para bañarlo y despertarlo. todo el pueblo lo veía y cuando el borracho recobró la conciencia vio al bello joven ayudándolo a limpiarse. este sonrió y le dijo gracias. se paró y siguió su camino hacia el siguiente pueblo...

todo siguió igual en el pueblo, menos nuestro joven amigo que al haber recordado las fuentes de afecto, lo primero que hizo fue correr por todos lados y con las bellas manos extendidas gritar: ¡maaaaaa...!, ¡paaaaaaaaaaaaaaa...!

el pueblo callaba, bajaba la cabeza y ante tanta pasada vergüenza, todos, todos, entraron a sus casas, dejando al joven gritando hasta que se hizo de noche. una luz se hizo en el bosque y al ver esto el muchacho, corrió hasta llegar a su fuente. y cuando llegó vio que era el bosque que se estaba quemando... sin dudar un instante fue corriendo hasta coger un pequeño balde para llenando de agua y tratar de apagar el incendio... fue inútil. todo se quemó, incluso el pobre muchacho... lo único que quedó fue un cuerpo casi carbonizado, quedando tan solo un par de manos que aún se movían... estaba aún con vida, y el pueblo al ver esto, cogieron los resto del joven y lo sepultaron casi completo. lo único que guardaron bajo una caja de cristal fueron sus bellas manos rosadas que una que otra vez se movían como pidieron unas cuantas monedas...


san isidro, enero del 2008

Sunday, January 20, 2008

Obsesiones


Pudo bajar de un sopetón a la calle, pero eran nueve pisos, nueve no ocho ni seis... No siguió pensando en su deprimente idea y miró hacia otro lado del cuarto y vio a su gato arrinconado en una esquina. Aún tenía el ave en la boca, muerta, y este lo miraba a los ojos como diciéndole: "salta de una vez..." Lanzó un bostezo, volteó y siguió mirando por la ventana a la calle y vio frente a su ventana a un anciano mirándole tal cual el gato, y sintió que pensaba lo mismo que este, sí es que piensan… Lo saludó con un gesto en la cabeza y una sonrisa ladeada y forzada. El viejo bajó la mirada y entró a su pieza cerrando la ventana. Volvió a sonreír y siguió pensando en saltar, en pensar en el número de pisos en que vivía. Miró hacia abajo y observó que la gente iba de un lado hacia otro, apurados pero a la misma velocidad e inercia, como hormigas sobre caliente sartén. Autos que pasaban como juguetes de un gigante. No quiso nada, ni desear ni pensar nada, nada... Entró a su pieza y encendió la TV. El gato dejó la esquina en que estaba y se puso en su regazo. Lo acarició y este se puso a ronronear… No daban nada interesante en la TV pero siguió mirando, pensando en si debía saltar los nueve pisos o no, morir o vivir, decisión importante, aunque eso de morir es nada, saltas y otra puerta se abre… Vivir era difícil pero aún estaba allí, ronroneando como el gato por las manos del tiempo y el espacio. Apagó la TV y abrió la ventana. Cogió al gato y con delicadeza lo tiró por la ventana desde los nueves pisos en que estaba. Este cayó sobre un árbol, tal cual un mono, y empezó a mirarlo sorprendido, mudo ante lo inesperado de los hombres. Cerró la ventana y empezó a vestirse. Ya era medio día y no había asistido al trabajo. Los asuntos lo esperaban pero, no tenía ganas de nada, más que saltar por la ventana… La volvió a abrir y vio al gato parado en su borde. Lo cogió con ternura pero este le arañó las manos para irse a un rincón de la casa. Sonrió de todo lo pasado y pensado y cerró la ventana… Abrió la puerta y con su maleta de trabajo se dispuso a salir, bajando los nueve pisos en que estaba… Llamó desde su móvil a la oficina de que ya llegaba. Está bien, le dijo su jefe. Llegó y volvió a la rutina diaria… Todo igual menos ese sentimiento de saltar por la ventana del edificio en donde laboraba, pero, ¿eran cuatro o cinco pisos?, no, mejor seguía pensando en qué hacer mas tarde. Quizá salir con la novia, comer helados con amigos, tomarse una copa solo en un Bar, pensar en todos los edificios de nueve pisos del mundo, mientras manejaba sin rumbo fijo… Sí, había tantas cosas para embadurnar su obsesión de acabar con su vida que entendió que algo mas grande que él se preocuparía por ello… sí, eso entendió y esbozó una sonrisa, pensando que tenía un problema menos en qué pensar…


San isidro, enero del 2008

Friday, January 18, 2008

vacío colmado


acababa de bañarme y por la primera vez me sentí limpio, limpio de eso que tanto daño le hace al corazón. miles de voces selladas durante el día, textos de libros, pensamientos impotentes, sentimientos abortados... tantas cosas se llena de uno que es imposible que aquello interno se indigeste. es como una boca amante del vacío, de eso que es subjetivo e irreal y que mantiene vivo a tanta gente alimentándola durante el resto de su vida... me dije que no era cierto, que mi vida era como las notas que toco en un viejo piano por la noche y sin mas luz que ese fuego que llena de corazón de amor... ese amor es todo lo que quiero, y por la primera vez sé que estoy lleno de ello...

había sido un día generoso, bueno, puse todo en su lugar. primero ese corazón anhelante de tanto afecto. le escuché y me puse a meditar y así, salí a la calle. ya era medio día y todo estaba atrasado, pero, para este corazón hambriento de amor no, todo estaba en su lugar natal... tomé el auto y supe que era feliz, sentía todo, estaba vivo, respiraba, escuchaba música bella, miraba a gente de todos los credos y niveles sociales, y sentía que todo estaba en su lugar. vi a un niño, le acaricié y cuando le pregunté su nombre, pronunció el mío... sonreí y supe que todo estaba en su lugar, todo, todo... seguí en mi camino hasta llegar al taller. vi rostros adustos, esperando por horas mi llegada. no dije nada, tan solo sonreí y ellos siguieron sus trabajos.

ya era medio día, luego, la noche y mientras escribía un poema supe que todo iba a ser perfecto... cerré el taller y cuando la noche mojaba mi momento, abrí el corazón salió un ave roja, cantando, volando libre... era mi libertad, mi corazón que se iba y venía como el hálito que pasa a través de mi ser y me da vida día a día, noche a noche, con tanta bondad y humildad que me puse a llorar sin derramar una sola lágrima... era feliz en una noche perfecta y llena de amor, amor por la vida misma...

ya en mi casa el vacío esperaba con la boca negra y muda. abrí mi pecho y volvió mi ave roja... brilló y todo se hizo verde claro, luego, amarillo, violeta, naranja, todo se volvió tantos colores y sonidos que supe que estaba lleno de vida y magia, sí, todo estaba en su lugar, todo, incluso este instante en que escribo...



san isidro, enero del 2008

Thursday, January 17, 2008

una historia de amor


estaba mirando la TV cuando vi el final de una historia de amor. todos terminaban besándose, amándose, juntos por el resto de la vida en la pantalla de TV. iba apagarla pero decidí seguir con ella prendida, pues, ya no escuchaba, escribía una historia de amor... una en que el personaje era yo y la otra parte, ella, aún no existía. debe ser porque soy una sombra de carne y hueso que habla y, sobre todo, escribe sin parar.

todo empezó cuando vi una mujer hermosa como una flor, o esas mujeres con quien vivirías el resto de tu vida. allí estaba. me le acerqué y le hablé. le dije que era el ser mas bello que he visto en mi vida. ella abrió los ojos verdes grandes y llenos de sorpresa y dijo algo que nunca olvidaré: te escucharía el resto de mi vida... la miré y supe que era verdad cuanto decía. la cogí de la mano y caminamos hasta salir del lugar en donde estábamos que era el centro del campo universitario. tomamos un auto y sin hablar, tan solo mirarnos, le pedimos al chofer que nos llevara a una playa, a un bosque, a un hotel pequeño y alejado de la ciudad. no podía creer lo que vivía y por un segundo cerré los ojos y así, desperté... estaba echado en el campo universitario con una chica mirándome, esperándome, pidiéndome que la llevara a donde quisiera... la solté y no dije una sola palabra. nunca mas la volví a ver ni nunca mas volví al mismos lugar, pero infinitas veces recuerdo esos ojos verdes y llenos de sorpresa y mis manos atadas a las suyas, amándola con toda mi alma... seguí caminando hasta llegar a un auto y le dije al chofer que me llevara a cualquier lugar. partí y llegué a una calle en las afueras de la ciudad...

pagué y caminé rumbo hacia mi casa. llegué y en la puerta estaba un auto desconocido. pensé en la chica pero no, era un amigo. lo saludé y le conté mi historia de amor. me dijo loco. sí, respondí, le temo al amor para toda la vida... cambiamos de tema y entramos a mi casa para decidir qué hacer al día siguiente. le conté mis planes de viaje, de buscar algo mas, el amor verdadero, la paz eterna, la vida verdadera, todo... mi amigo me miró a los ojos y dijo nuevamente loco. sí respondí, deseo ser feliz, al menos mientras respire.

al día siguiente poco antes que amaneciera dejé una carta a mis padres y hermanos en donde decía que nunca mas volvería a casa. tomé un auto y le pedí que me llevara a las afuera de la ciudad. llegué y tomé un bus que me llevaba a otro país. han pasado muchos años y he vuelto. he ido a buscar a mis padres y no los he encontrado. he visitado a mis tíos y me han dicho que mi familia entera ha viajado a otro país. les he agradecido todo y he salido en busca de una historia de amor, unas mas que contar... la encontré sentado en una silla, escribiendo un cuento de amor, sí, allí estaba, esperándome y con los ojos mas hermosos que he visto en mi vida, eran negros como la noche y miles de luminosidades me miraban como dioses amables y alegres de saberse apreciados...


san isidro, enero del 2008

Wednesday, January 16, 2008

residencias ajenas


estoy en casa de mi madre, hace ya mas de veinte años y no sé por qué no me voy, quizá sea porque ella es una anciana y yo no soy bueno mas que para dormir y joderme la salud... debe de ser así, pero no me conformo, me gustaría ser diferente, ser famoso, lleno de dinero y mucha salud y tiempo, mucho tiempo para realizar todos mis anhelos, pero, ya sé que todo no es mas que un sueño moribundo, un sueño de un hombre que ha vivido a medias, es decir, jamás terminó lo que comenzaba. perdonen mi sinceridad pero a estas alturas de la vida qué importa decir lo que se siente y lo que se es, no importa mas que a mí mismo... ya lo sé, pueden dejar de leer esto que me parece algo tan tonto como la imagen que tengo cuando me miro al espejo cada mañana cuando salgo rumbo hacia el trabajo.

la otra vez un compañero de trabajo llegó al taller y vino por lo menos con 10 kilos menos de peso, canoso, y enfermo de todo. le pregunté qué le pasaba. me contó que su madre había muerto y que eso era lo único en el mundo que tenía y ya no estaba mas, y que su vida era un abismo terrible... pero, si sigues así ¡hasta tu madre va a venir a zarandearte para que te cuides!. asintió y dijo que se iba a cuidar. trabajamos todo el día y a eso del medio día, lo vi tan mal, gimiendo, saliendo al baño, mirando al vacío, poniéndose las manos en la cara y lanzando un grito mudo que escuchaba desde el fondo de sus retinas... iba a abrazarle pero no pude, no podía hacer algo que ni siquiera en sueños lo haría. me paré y lo dejé solo. al rato hablé con el dueño del taller y le conté lo sucedido con mi compañero. lo llamó y le dijo que se fuera a descansar. le vi salir y sentí que era un muerto siendo arrastrado por dos patas que eran como ramas secas, una escoba, crujiendo y a punto de quebrarse... seguí laborando hasta que terminó el día, quedándome un feo sentimiento de mi vida y la de los demás...

salí rumbo a casa y entré. vi a mi madre y le iba a contar todo lo de aquel muchacho pero no pude, mejor la dejé cenando y hablando no sé con quién... le besé la frente y le di las buenas noches. la dejé sentada y subí hacia mi cuarto. entré y no sabía qué hacer, si seguir en la misma cotidianidad, es decir, pensar en algo diferente, mirar la TV, limpiar el cuarto, mirar los libros, leer, etc., etc.,… o cambiarlo todo por algo que en mi vida valga la pena, pero qué, qué, qué... vi mi cama y supe que podía escapar de todo. apagué las luces y me tiré en la cama. dormí como siempre y tuve sueños, fui un hombre feliz de a pocos y un poco libre porque escogía el camino sin consultar con nada ni nadie.... sabía que así, jamás podría saber ni entender mas de lo que no sabía en un futuro lleno de sombras, esperándome, susurrándome que hiciera algo diferente, pero, yo sabía que cada día, segundo, instante, ya era diferente...



san isidro, enero del 2007

Monday, January 14, 2008

manías amorales


después de lamentarme durante un par de minutos, no me sentí culpable. allí estaba el esperma, chorreando por mis dedos y mis ojos inyectados de culpabilidad, azotes morales, corona de espinas en el miembro... así estaba por estar, hasta que una nube bajó hasta mi conciencia y me dijo: lávate las manos y ven... le hice caso y le seguí hasta llegar a una casa toda de color blanco. entramos. yo tras de aquella nube... la puerta se cerró tras de mí y me vi en un pasado, nuevamente en esa cola inmensa de niños de doce años, en calzoncillos, esperando ser revisados por un médico. llegó mi turno y reviví la vergüenza por no haberme lavado mis partes. la voz fuerte y apocalíptica del doctor, resonó durante el resto de mi vida. estaba sucio, no me había lavado mis partes y un frío allanaba mi temor, volviéndome un alma errante y avergonzada, echada de aquel paraíso por haber masticado la ignorancia roja de mi dejadez. luego, todo volvió a como estaba. mis manos estaban gomosas de semen, y un perro olisqueaba mis partes. comenzó a lamérmelo y le hice un grito. el perro se fue y quedé solo en una casa que reconocí, era mía, en la parte de la cocina en donde sólo la empleada entraba durante el día. sentí el mismo frío y fui hacia el baño. ya limpio decidí darme un buen baño completo, luego, me eché a dormir. tuve dos sueños. uno de ellos trataba de una vaca que donaba sus ubres para emanar mucha leche por mi partes. el otro sueño trataba de un niño vestido de blanco que subía y bajaba escaleras. le seguía y seguía y le gritaba hacia dónde se dirigía. no respondió hasta que llegamos a un salón en donde había cientos de niños y todos desnudos y sin sus partes genitales. les pregunté si eran ángeles, pero dijeron que eran contra-tenores, y que habían sido castrados por ser mejores, ser mejores tenores... les grité que no deseaba ser eso, tan solo quería una mujer, solo una mujer que me aguante, ame, todas las noches... todos rieron, burlándose de mi idea. es un sueño, ten cuidado, dijo uno de ellos... luego desperté con el sonido fuerte de la puerta. era la empleada y estaba diferente, interesante y provocatica, con una sonrisa tentadora y seductora. la cogí a la fuerza, la tumbé y le abrí el calzón. le introduje mi miembro pero no pude eyacular, no pude pues le vi los ojos y supe que no era para mi, que no era para mí, pues, yo era un ángel sin alas pero con un bello miembro... la dejé con las piernas abiertas y ya solo, volví a deleitarme... me sentí mejor, pero, mas solo que nunca...



san isidro, enero del 2008

Sunday, January 13, 2008

hijo


me hubiese gustado tanto encontrar alguien con quien hablar, escuchar, amar... pero, las cosas en mi larga vida no se dan como uno espera. tengo cerca de noventa años y sólo tengo a mi lado a una vieja empleada, una hija loca que trabaja y sale y viene de la calle cuando le da la gana pues no avisa nunca nada de nada, dejándome solo y sin mas afecto que el de la pobre vieja empleada, pero, no es lo mismo. así es mi vida desde que murió mi esposa hace ya mas de cinco años. hace poco fui a ver a uno de mis hijos que vive en la otra parte del mundo. lo vi feliz con su esposa e hijos, me llevaron de un lado a otro como un extraterrestre, y, para que fuera alegre y suave mi pronta muerte, eso fue lo que sentí, un bolso de carne viejo que ellos llevaban con cierto fastidio o pesar. al cabo de unas semanas volví a mi casa con mi hija loca y con la vieja empleada que es con quien mas compañía me da, aunque es como si fuera un cuadro surrealista pues habla cosas que no entiendo ni comprendo, tan solo veo sus gestos y ese sonido y esa risa que tiene la gente marginal de este mundo, pero eso todo lo que tengo. la otra noche llamó por teléfono un hombre que decía ser mi hijo. debe de serlo porque he tenido muchas mujeres y quién sabe si por allí germinó algo así como un hombre, un hijo, carne de mi carne, alma de mi alma, una fotocopia de la historia de mi pasado... es fin, llamó y, al final de toda su perorata, dijo algo que tanto anhelaba escuchar: te quiero papá... me puse a llorar y casi le rogué que viniese a mi casa. ¡ven, hijo, ven por favor!, le dije. sin embargo, nunca vino a casa... lo esperé y esperé pero nadie llegó aquella noche, a no ser por mi pobre hija loca que entra como esos gatos a la media noche, preguntándome siempre si me siento bien... le miento y respondo que sí, que estoy muy bien… hace poco volví a recibir una llamada igual, pero esta vez colgué, no deseaba volver a sufrir, es duro creer en el amor y chocar con los vidrios rotos de la ilusión... mas ahora, a pesar que le he colgado, le espero. siempre uno espera al amor, alguien que llene su corazón, su alma, para escuchar eso que tanto necesita, como: te quiero, te quiero... ver esos ojos que nunca han visto los míos y sentir la magia de ser amado y amar…

san isidro, enero del 2007

esperanzas


viendo los niños, gente de otros mundo. viendo tanto y sintiendo amor por todos lados, debo decir que mi vida es mágica... podría decir que hay problemas día a día, pero, también podría decir que hay soluciones día a día...

salgo a la calle y veo a tanta gente y todos con los ojos brillando y buscando aquello que está dentro de ellos, y es hermoso ver aquella gema que emana luz a través de sus ojos... los cierro y siento todo el amor del universo dentro de mí...

he caminado hasta llegar a una casa. entro y no conozco a nadie... saludo a una y otra persona, luego, me siento frente a cada uno de ellos y todos se rien de mí... loco, dicen. sonrío y sigo riendo de mí. cierro los ojos y todo es tan bello, el universo encendido por las velas del gran hacedor... los abro y veo estrellas en los ojos de gente que se ríe de mí... loco, me dicen, pero yo sigo riendo con ellos y les beso los pies...

silencio se hace para luego escuchar gritos de toda la gente en aquella casa. loco, me dicen y sus manos me cogen hasta echarme a la calle. la puerta se cierra y yo estoy en medio de la calle. medio mundo me observa y yo miro el cielo y cierro los ojos, y noto que todo está en su correcto lugar, todo, todo...


san isidro, enero del 2008

Friday, January 11, 2008

alucinados


quería contarte algo pero vino mi hermano y me dijo que no escribiera mas, que era ya demasiado. dejé de escribir y bajé junto a mi hermano hacia la calle. hacía mas de dos meses que no salía a la calle, era hermoso ver de nuevo la gente, sentir el aire mas cerca, ver el trinar de las aves, los niños que reían o que intentaban correr en un parque rodeado de verde, como un paraíso. pensé que el paraíso estaría lleno de niños que corren o que juegan sin parar... con un ángel que los cuida y le dice que descansen. sonreí por mis ideas y seguí caminando con mi hermano. miré la cara de este y le vi con los ojos rojos y con gesto en la boca como si quisiera llorar. ¿qué te pasa?, pregunté. me miró y dijo que ya era hora de descansar y que lloraba porque no había terminado de escribir mi obra. le dije que no importaba, luego, recordé que mi hermano había muerto de niño... y su rostro era la del hermano que siempre quise tener cerca de mí, y que tanto le pedí a Dios. ten cuidado con los sueños, pueden hacerse realidad, dijo mi hermano muerto desde niño. le pregunté el porqué me había dejado. dijo que nunca lo había hecho, y que siempre estaba a mi lado, como una sombra, siempre, como ese aire cálido cuando uno se siente en su lugar, así como el Sol, la Luna.... ¿eres poeta?, pregunté. dijo que es un sueño... dejó de mostrar su cara triste y sonrió. vamos corriendo, le dije. vamos, respondió. corrimos y mientras lo hacíamos sentí estar de nuevo en esos momentos en que jugábamos en un parque, a los ojos de nuestros padres y con mi hermano mayor cargándome porque era mas fuerte y mas grande... yo reía y veía que el sudaba a chorros hasta que hubo un momento en que se cayó y todo se hizo negro, así como el sueño muerto... abrí los ojos y estaba sentado en mi mesa de escribir, con un retrato en mis manos... era mi hermano de niño, era él y parecía sonreírme, como siempre.... en ese instante supe que debía dejar de escribir y empezar a correr por la calle luego de mas de dos meses de estar metido en mi cuarto. salí y entré en el paraíso, y en él, estaba todo aquello que tanto amaba... sí, estaba eso que quería contarte, y estaba mi hermano contándome la historia de un sueño...


san isidro, enero del 2008

Sunday, January 06, 2008

CAMINOS ERRADOS



siempre esos pasos
ese aliento que flota lejos y cerca
como nubes que tocan nuestro cielo...

sé y falla
porque así se hace nuevos senderos
y se rompe el miedo
que muchos sueñan bajo catre

y en tu cuarto
aquel amigo sobre hombros de yeso;
allí respira la vida
como esas hojas sueltas
bajo árboles de un paraíso corrido…

sé y vive este ahora
como un niño que cae
bajo brazos amados,
bajo ojos amorosos,
bajo todo cuanto amamos...


aunque el camino
tengan huellas
y esas
sean tuyas
solo tuyas
aunque sean erradas...


san isidro, enero del 2007

Saturday, January 05, 2008

decisión


tenía mas de doscientos años y aún no se decidía a morir. echado en la cama veía pasar todo: el tiempo, la gente, todo... una tarde vino la muerte, aunque no era la primera que venía a verle, y le dijo si ya podían irse. el anciano sonrió con las pocas fuerzas que tenía y volvió a jalar ese hilo invisible de la respiración, respondiendo que aún no se decidía. la muerte soltó su manto y como una sombra se esfumó entre el día que llegaba como una paloma. el sueño llegaba al anciano que aún no decidía morir, diciéndole que era mejor que descansara... aún no, respondió el anciano al sueño. abrió los ojos y notó que una parte de su cuerpo se podría, con las pocas fuerzas que aún le llegaba miró de qué se trataba y vio que una montaña de gusanos estaban pegoteados en todas partes de sus cuerpo como si fuera una manguera en movimiento... pensó en morir, y el dolor le dijo si ya se había decidido. este vio otro aliento que flotaba en su eternidad y la llamó. el aliento volvió nuevamente y nuestro anciano siguió viviendo... ya su ser era un excremento, pero algo de belleza encontraba en todo cuanto sentía. miró hacia el cielo y notó que sus ojos estaban dejando de ver la luz del cielo, todo era nubloso u oscuridad. la muerte entró en aquella oscuridad y le dijo que ya era el momento. el anciano vio que dentro de su ser había un bosque lleno de animales y gente sana y rosada... sonrió y entró en aquel sueño hermoso y decidió no volver mas. mientras caminaba en aquel sueño vio un aliento mas de vida rondando por todo el sueño... iba a llamarle pero decidió seguir en su sueño y así, durmió para siempre...




san isidro, enero del 2008

Friday, January 04, 2008

noche a noche


algo así como esa palabra me ocurrió. tenía tantos proyectos y nada, todo se hizo humo. las cosas en el mundo son manejadas de una sola manera, de acuerdo a intereses, lo entiendo pero no comparto. tenía tanta ilusión pero ya nada es verdad, todo se fue por donde vino, a la nada. mis cosas tengo que dejarlas porque me había empeñado hasta el cuelo, y hasta mis amigos estaban involucrados. ya nos imaginábamos sentados en un café de París, pidiendo un croissant, un café y ver tantas cosas llenas de encantos, acordeones, canciones de Piaf, pero ahora ya no queda mas que el sueño. todo se fue al tacho. le había dado mi dinero y el hombre ya no está, ha desaparecido, así como esta ilusión... me defiendo de todo para que esta angustia no me mate, por eso es que he salido de casa y he llegado al borde de la playa, por la noche, escuchando las olas una y otra vez, esperándome... y yo, dejando derramar mi ilusión con una sonrisa mientras desnudo mi cuerpo, entro en la mar y nado sin parar hasta el final, hasta el final de este ensueño que mutila todos mis sueños, todos menos el de este sentimiento por llegar a otro puerto... sin embargo, mis fuerzas se van y mis manos pesan cada brazada mas y mas, y tengo que admitirlo, me hundo, me muero, me muero... de pronto veo una luz y grito con todas mis fuerzas. es un bote con un farol. vienen por mí y me recogen. salto a la barca y noto que está lleno de hombres viejos, casi desnudos, pero fuertes, son pescadores... les pido ayudarles. asienten. desde esa fecha, nunca mas he vuelto a salir de la mar, con la barca, navegando de noche y durante el día, duermo para encontrarme con la otra noche, esa que disuelve todo mi pasado, dejándome limpio, así como las nubes, el cielo y este sentimiento que tengo que libertad y que me limpia cuando salgo a la mar por la otra noche...


san isidro, enero del 2008

Thursday, January 03, 2008

yo no sé


había caminado tanto tiempo que tuve que detenerme. vi un tronco seco al lado de un río y sentí ganas de sentarme y descansar sobre él. ya echado, escuché una voz cerca de mí. abrí los ojos y era un hombre idéntico a mí. ¿quién eres?, preguntó. callé, no supe qué decir, es mas, no podía articular una palabra por obvias razones. el tipo idéntico a mí dijo que no podía creer lo que veía, así que cogió un báculo y me lo tiró por la cabeza una y otra vez hasta dejarme totalmente muerto o inconciente. fue raro, pues aún podía decidir si deseaba vivir o no; decidí vivir, y cuando hice esto, todos los dolores del mundo penetraron en todas partes de mi cuerpo. iba a abrir los ojos pero no los tenía. mi cuerpo era un amasijo de sangre y carne, pero podía respirar, así que respiré con fuerza, cada vez mas fuerte hasta que junté fuerzas imposibles de creer. no sé cómo me paré porque mis piernas estaban rotas, pero allí estaba y, aunque sin ojos, sentí que el hombre idéntico a mí estaba lleno de horror y terror. ¡¿quién eres?!, volvió a decir... y fue allí que le dije algo que nunca olvidaré: yo no sé... luego, decidí morir, y morí aunque esto de morir es tan especial, pues es como quien se quita todos los dolores y se mete en un viaje de caídas y subidas sin final ni inicio... todo es así hasta que uno llega a una especie de luminosidad y cuando se está frente a frente a ella, escucha: eres luz, no lo olvides, y ve, y vuelve, y tráeme recuerdos de amor y bellos momentos... uno dice que sí y vuelve, y despierta en forma de una rama, una hoja, un silbido de ave, un pedazo de nieve, una gota de río, una uña de perro... en tantas cosas se vuelve, y no se recuerda nada hasta que llega la mano imaginaria de un sueño y te zamarrea hasta dejarte sobre el sueño de un ser creado de sueños, y allí navegas como un pez, con los ojos viendo la eternidad del instante, del todo encerrado en la nada, y allí, es tan hermoso...


san isidro, enero del 2007

Tuesday, January 01, 2008

camino


estaba tan contento que salí de mi cuarto para saludar a medio mundo. todos me miraron medio raro, como un loco, pero seguí saludándoles, era feliz y ellos lo sabían... llegué a un parque y vi un árbol lleno de hojas verdes, lo abracé y me puse a llorar de felicidad, como un niño frente a su madre perdida..., luego, lo dejé y seguí mi camino hacia la nada, hacia el principio y el final... nunca llegaré, sentía, pero siempre seguía este aliento de dicha que no cesaba mientras respirara; eso es lo que sentía mientras la luna acompañaba mis pasos, y mi sombra seguía como a un hermano, como a un descanso... le dije a la luna, al sol, a la noche, al día, a todo que es hermoso vivir, y todos me miraron como un loco, pero no lo soy, no lo soy... simplemente, estoy feliz mientras este aliento brilla dentro de mí...


san isidro, enero del 2008

sentimientos


dulce como este ahora
bello como la luz
libre como el sueño
así me siento hoy
en que la noche despierta
y choca cara a cara con el día...

no soy un ángel
ni poeta ni loco
tan sólo soy
sentimientos
que nacen
que mueren
día tras día
noche tras noche
cantando entre ambos
durante toda la vida,
todo este aliento...

así es la vida
un largo y bello aliento
como este sentimiento…


san isidro, enero del 2008