Wednesday, September 28, 2005

Reclamo al final de una Vida

Yo, ya no soy yo

quien me vea por la calle

o quizá en la puerta de mi hogar

verá un cuerpo adherido a sentimientos,

jugando la inercia de la grupa

que a todos lleva al lugar tradicional

llamado dormir sin soñar

ni poder despertar…


Unos días antes,

bajo una manta sentí

las gélidas palmas de

la dama del imperio final…


Asustado me puse

y en silencio empecé a implorar,

no el Padre Nuestro

ni la Virgen Maria

sino

a la misma vida que tanto me ama

que recuerda el beso ensoñado…


No me lleves, le dije

Aun tengo unos pasos que dar

y los días aun no brillan para mí

como es la promesa del buen dios

que nos creo a su imagen…


Tras un breve y apagado silencio

sus uñas cesaron de gastar

mi traje de carne

y el velo de mis íntimos sueños…


Volví los ojos para verla

pero solo su sombra,

que se expandía con la noche,

me advertía que pronto

tendría yo que salir

con su guadaña de mi vida,

andando por las noche sin sombras…


Cerré los ojos un momento,

mientras el día arrastraba

su manto que

libaba todas las vidas…


Le narré mi canto secreto

Y él me dijo que así como él

todo tiene su inicio

y un final sorpresivo…

Salí de mi casa

y con una sonrisa

continué respirando…


San isidro, septiembre del 2005