Mi vida es muy buena,
rodeada de libros, poemas y cantos…
y un espacio que se abre como una rosa
ante los rayos de una estrella que nunca se apaga.
Esa rosa soy yo
y la verdad es mi estrella.
Soy una persona que día y noche
se le caen las máscaras,
tal como los dientes a un anciano.
Soy uno de tantos y tantos
que ha conseguido ubicar
el oasis de una simpleza.
Soy de uno esos
que tontamente sonríen por cosas
que no sea la estupidez
de un mundo tan bello.
Soy uno de tantos y tantos…
Y te cuento que vivo,
muero y respiro
cada noche y cada día
en un valle de paz y mucha armonía...
San isidro, diciembre de 2005