Wednesday, December 05, 2007

retratos


tenía mucha hambre pero tan sólo contaba con unas monedas así que salí al mercado y fui a comprarme un poco de fruta y pan y agua mineral. encontré en el camino a un ciego, a niños callejeros muy sucios y a una señora sin piernas pero con una sonrisa hermosa y unos ojos grandes y negros. su cabello no se le podía ver, tenía una pañoleta en la cabeza que era bastante pequeña y en forma de huevo, podía darme cuenta que usaba el pelo corto. me gustó su invitación hacia una conversación, a pesar que tenía mucha hambre y me senté a su lado, en el piso y hablamos. lo malo era que era de una lejana provincia de mi país por lo que habían palabras que no le entendía pero era un disfrute su risa cuando le decía algo gracioso. era como si la alegría de esa mujer me inundara como oleadas de agua que salía por su boca que me hacían sentirme lleno y satisfecho. así seguimos cuando vino un anciano y con suma delicadeza le dijo que ya era hora de irse. vi al hombre viejo y este lucía un fez en la cabeza. pensé que era turco u oriental, pero hablaba bastante bien el español y su dejo era el mismo que el de la mujer sin piernas. me voy, me dijo. ya estaba por irse cuando le dije si podíamos vernos otro día. dijo que sí, en el mismo lugar y a la misma hora. le dije que sí. apenas la vi alejarse vino el hambre como una nube gris y me hundió en mis necesidades. seguí caminando hasta llegar a una bodega. compré fruta y agua mineral y pan. con mi bolsa seguí caminando hasta llegar a mi casa. entré y vi una foto en el suelo. era la mujer y yo conversando de lo mas contentos. lo extraño era que la mujer en la foto tenía dos piernas y saltaba, y esa silla en que estaba sentada era un arbusto. pensé que en todo lo que había pasado y supe que algo raro me sucedería al día siguiente. siempre soy una persona que sueña, pero esta vez no soñé nada, es mas, abrí los ojos una vez que me había acostado y ya era de día. me sentí renovado por aquel extraño despertar, pero muy bien. me bañé y saqué todos mis libros y fotos y me fui a mi esquina a venderlos. llevé por casualidad la foto de la mujer sin piernas que en esa fotos sí las tenía. llegué a la rotonda y saqué todos mis cosos. colgué en el centro la foto de la mujer y esperé que llegaran clientes. ese día vendí todo, menos la foto de la mujer. terminé al medio día y sin pensarlo mas fui corriendo a mi cita. llegué y me encontré con el mismo ciego, los niños callejeros y con la mujer sin piernas y con sus hermosos ojos. allí estaba. la llamé pero no recordaba su nombre. me le acerqué y apenas estuve a su lado le pedí si podía tomarle una foto con mi cámara que había sacado por esta vez... dijo que sí con su alegría desbordante que llenaba toda mi alma... se la tomé y de pronto, escuché otra foto a mi espalda. volteé y era un hombre extraño, bastante alejado del lugar en donde estaba. me iba acercar pero antes le pedí permiso a la mujer coja. me sonrió y dijo que sí y que no demorase y tuviera cuidado. mientras me acercaba al hombre, este siguió caminando hasta alejarse de mí mas y mas. corrí y este corrió... cruzamos la pista y pude verle la espalda. le grité para que se detuviese y este se detuvo. se volteó y no sé por qué me quedé paralizado... yo lo había visto antes, pero no podía recordarlo. y cuando el hombre comenzó a acercárseme escuché los gritos de la gente y una sombra negra que me ahogaba, luego, un golpe sordo y nada mas... cuando volví en sí, estaba echado en una cama y a mi lado estaba la bella mujer de ojos negros con ese turbante blanco en su cabellera. tuviste un accidente, me dije, pero te salvarás. gracias, le dije y cuando la miré mejor la vi caminando, bellamente mientras un hombre viejo con una fez en la cabeza la llamaba. iba a levantarme pero no pude, nunca iba a poder porque ahora el que no tenía piernas era yo... no entendí nada, pero antes que se alejara le pedí a la bella mujer que me llevara un día al parque. pasados varias semanas estábamos en el mismo parque y ella se reía conmigo de una manera tan tierna y bella que me hubiese quedado así por el resto del día. y en ese preciso instante vi al viejo hombre con fez en la cabeza tomándonos una foto. ambos me llevaron a mi casa y antes de despedirse me regalaron la foto tomada... y sí, era yo quien no tenía piernas y mi rostro era tan triste, al contrario de la bella mujer de turbante y ojos negros. cogí la foto y me la puse en el pecho, esperando al día siguiente. ¿quién sabe si todo volvería a la normalidad?


san isidro, diciembre del 2007

libros usados


después de leer a varios autores de la literatura universal me quedan ganas mas que de leer. no sabría cuál es, o ha sido, el mejor. todos son diferentes, siempre y cuando se hayan escrito con amor y pasión. esa es la manera de escribir. sin esperar nada de nadie, mas que de uno mismo. sondear el pasado y ver que todo se va quedando negro o vacío, muertes escarchadas de desgracias, alegrías golondrinas y noticias en blanco, alentadoras como la paz... de eso se encarga la gente sencilla que sabe lo que no quiere, pero hace siempre lo mismo, es decir, hace lo que le dice su patrón interior... un patrón de conducta es nuestro uniforme, y seguir escribiendo dentro de nosotros, como un libro que no cesa de tener hojas y hojas en blanco, como todas las noches y como todas las tardes. mis padres son hermosos y llenos de vida, sin embrago hay algo que pronto se abrirá y las cosas del mundo tomarán la verdad y el resto de todo el gentío, quedará llenándose de amor, como lluvia de verano, y será para quien decide apagar la llamas de toda confusión externa o interna… es el mismo dolor contra la misma agua…


san isidro, diciembre del 2007