Friday, September 30, 2005

Aire

Es un día tranquilo, hay nubes, una pequeña llovizna, y yo, el poeta, estoy sentado frente a una mesa, pensando y sintiendo bocanadas de aire que pasa por mi pecho...

Me siento en paz y es hermoso estar así, es simple, como ver a la gente que abrigadas o cubiertas por un sobretodo deambulan por la acera; me gusta aquel panorama, es hermoso, hay magia, encanto, entre cada bocanada de aire que pasa por mi pecho...

Ayer escuché a Dios y me dijo tantas cosas que no puedo recordarlas todas, pero algo me quedó pues habló del poeta, diciendo que el poema más hermoso es la alegría, aquella que yace entre cada bocanada de aire que pasa por mi pecho...

He sabido que hay personas que han muerto. Unos en forma penosa; otros, de una manera bella y natural, pero en aquellos momentos siento que mi partida no está lejana, que las calles que camino empiezan a gastarse, arrugarse, así como un trozo de papel, y aunque debiera de asustarme, no es así. ¿Me alegra? ¿Cómo es?... En verdad, es algo misterioso, como conocer algo que no tiene nombre ni palabras para expresarse, por ello, me debo de alegrar pues entiendo que no hay nada que pueda remediar, es así, mientras tanto, admiro el paisaje que pasa por mi vida, entre cada bocanada de aire que pasa por mi pecho...

En el mundo en que vio hay muchos que han alcanzado la gloria, el poder, el dinero... Y hay otros que tan solo han alcanzado la miseria, el dolor y la ignorancia... Y entre todos ellos están aquellos que han conocido el camino hacia sí mismos, y en aquel encuentro han bebido del las aguas que calman todas las sedes, entre cada bocanada de aire que pasa por mi pecho...


San isidro, septiembre del 2005

Separado

Tenía ganas de escribir pero no sabía que cosa decir... Podría hablar de mi vida, del pasado, del anhelo congelado pero eso no tiene sentido pues no es algo vivo, caliente como este instante en que el cáncer de la mediocridad arruina toda inspiración. Por ello decidí callar y dejar que el otro escribiese, aquel que me hace a un lado y escribe de cosas que ignoro pero que siempre sentí como propias... No trato de ser como Borges, eso sería demasiada vanidad, tan solo deseaba escribir pero las letras pesaban demasiado...

"Mi vida (le escucho y escribo) empezó cuando fumaba marihuana junto a un par de amigos, les contaba que la muerte es el camino mas certero, que la noche el lugar donde esconder sus mas humildes deseos y en un instante de furor empecé a cantar la vieja melodía entre la luna y la existencia... Les dije que para mi no existen fronteras, que soy como el aire que viaja sin visa ni dinero, que soy como la eternidad del instante pues muero y empiezo a nacer... Si, todo eso les dije hasta dejarlos dormidos, muertos, arrastrados por los brazos del sueño, aquel cargador de energía... Me paré sobre mis pies y sin darme la vuelta empecé a viajar por la noche hacia mi Luna. La miraba cara a cara mientras su luz irradiaba toda mi belleza escondida y cuando fuimos un solo brillo nació una nueva vida en donde el poeta abría los ojos y el sentimiento usaba sus manos, pintando sus instantes de eso llamado belleza... Sí, eso pasó hasta el día y la noche de hoy en que vivo enterrado bajo toneladas del barro llamado pasado, pero vivo, siempre vivo pues el aire es mi verdadera naturaleza..."

La luz del nuevo día empezaba a gemir con sus golondrinas que movían el pico y sus alas, con los perros que doblaban el espinazo, mientras el poeta cogía su pluma y viajaba al lugar en donde yo no podía entrar pero sí sentir...



San isidro, septiembre del 2005