Sunday, September 30, 2007

viejos edificios

me había fijado en la gente y olvidé que gente vive dentro de estas moles de concreto, cemento, fierros... pensé en la gente y en mí. en la gente sobre todo o en gente que labora en estos lugares en donde la vida se les achica día a día, noche a noche. sí, es así, como cuando veo una hormiguita apurada en busca de su hormiguero...



no le debía nada a mi amigo que vive en uno de estos lugares, pero sentí irle a visitar. toqué el timbre y salieron otras personas. pregunté por mi amigo y respondieron que estaba muerto hacía mas de veinte años... ¿y ustedes son sus familiares?, pregunté. no, respondieron, somos sus vecinos. vimos la casa deshabitada y nos metimos, nada mas... me despedí y vi una foto de mi amigo en una mesita. les pregunté qué hacía esa foto. respondieron que era una foto bonita y que les gustaba que estuviera así... adios, le dije. adios, respondieron...



no quería salir pero salí y vi mas edificios de tantos colores y llenos de problemas. no sé por qué entré en uno de ellos. toqué el timbre y le dije a esa mujer. ¡te amo!. me miró y tiró la puerta en mis naricez, al rato vi que un negro salía tras de mí con un machete. corrí y no me detuve hasta llegar a mi cuarto...



es bueno ser feliz, encontra soledad en su cuarto. saludar a la personas y cantar una melodía feliz mientras camino, pero al ver estos lugares, siento que ellos son mas grandes y felicez que yo, y, que debo callar porque pueden abrir sus bocazas y escupir personas tranquilas por las puertas o balcones o ventanas... es mejor callar. es mejor caminar y silbar en silencio, para mí, sólo para mí...



una vez que entre en una casa de esas, juro que nunca mas saldré de allí, aunque soy tan voluble que es seguro que salga casado, con hijos y con una historia bajo la ruma de pensamientos y sueños...

SE ESCUCHAR


me habían contado tantas cosas de mi hermano que cuando le vi supe que mis días serían diferentes. era hijo de mi padre con otra señora. era menor que yo por cinco años, pero, era muy especial. había viajado mucho. conocía medio mundo, pero, era pobre. mi padre murió, y su madre también. no tenía mas familia que yo y mi madre. tenía la cara de su madre, así me lo contó mi madre. mas alto que yo y sus ojos eran azules. dicen que su madre era alemana, rubia y muy inteligente, era antropólogo. mi padre nunca supe qué era lo que hacía, pero mi madre me contó que era fotógrafo. y bueno, allí estaba este jovencito de quince años. lo recibimos en nuestra casita que era una departamento en el octavo piso de un antiguo edificio con tres piezas mas cocina y baño. me saludó con cortesía. a mi madre le dije mamá. y luego entró a casa con varias maletas y una carta de mi padre para mi madre. nunca me lo mostró, pero cada vez que recuerdo el rostro de mi madre, cayéndole cinco lágrimas exactas, gordas y solidas como el cristal, me pongo triste pues nunca conocí a mi padre. mi hermano me mostró sus fotos. era un tipo bajito, como yo. medio aindiado como yo, calvo, o, muy poco pelo. en fin, un tipo común y corriente. mi hermano me miró y me dijo que quería contarme algo. me habló de su madre, de mi padre, de los países que había conocido y de sus sueños y anhelos... quería ser médico.

el tiempo pasó y todo cambió. mi madre obtuvo un negocio de buena fe y lo elevó por los cielos. mi hermano y yo tuvimos buena educación y nos mudamos a otro lugar. mi hermano estudió para ser médico y yo, por mas que intenté estudiar algo, en todo fracasé. mi hermano se casó con una chica acomodada y yo no tuve suerte en el amor. era demasiado tímido. lo mas extraño era que mi madre se sentía muy orgullosa de mi hermano, y de mí, nada. tuve que ayudar en el negocio de mamá que se trataba de la venta de colchones, y así pasé la vida hasta que mamá dejó el negocio en mis manos... lo de siempre, quebramos. no servía para nada, en cambio mi hermano era toda una eminencia y venía casi una vez por semana a saludar a mi madre trayéndole cosa o detalles y dinero. mi madre lo adoraba... en fin, me sentía muy mal...

una mañana en que salía a vender colchones para otra firma me encontré con mi hermano en la calle. le saludé pero él no me contesto. supe lo que era el desaire. no le conté a mi madre de esto porque no me iba a creer. seguí laborando hasta que una tarde en que llegué de la calle encontré a mamá enferma. la llevé a emergencia y la atendieron inmediatamente. mamá murió al rato de un infarto. no sé por qué no lloré nada, era como si lo desease. mi hermano estaba de viaje en otro país y no se enteró hasta que enterramos a mamá. vino con su ramo de flores y sus lentes oscuros junto a su bella esposa y sus dos hijas... me saludaron y me dieron sus condolencias... y luego, se fueron. nunca mas los he vuelto a ver...

en estos días sigo laborando con la venta de colchones y ya siento que quisiera morir. mi vida no tiene sentido. no creo que nadie me vea si muero, soy invisible o peor aún... no lo sé. sigo caminando hasta que una tarde vi a mi hermano sentado en su precioso auto, en la puerta de mi cuartillo. le pregunté qué le ocurría. me dijo que se sentía muy solo... ¿solo?, le pregunté. me miró y vi que le caían cinco lagrimones casi como dos huevos de cristal... le abracé y le dije que pasara. entro a mi cuartillo y me contó sus problemas. lo de siempre. tonterías de gente del mundo que no acepta su soledad. le escuché por horas hasta que quedamos callados por mas de diez minutos. se paró, me abrazó y se fue... nunca mas lo he visto.

ahora ya no trabajo. me siento en una banca y me he puesto un letrero en el pecho: SE ESCUCHAR. mucha gente viene y me habla por horas, les escucho y ellos me miran como si hubieran dejado todo su mal en mis ojos... se paran y me dejan unas monedas en mi bolsillo. he visto y visto mucha gente que llora, que ríe, que grita, que gimen, que odia, etcétera. y nunca he visto cinco lágrimas como los de mi madre y mi hermano... luego me paro y camino a mi cuartillo. entro y cuenta todas las monedas. las guardo y me acuesto. antes, me pongo a escribir todos los nombre de las personas que ha sido escuchadas... son tantas que tengo mas de veinte cuadernillos con nombre, apellido y edad...

es extraño. desde que he realizado este acto, mis sueños son dulces así como cuando se ve el arco iris...


san isidro, septiembre del 2007