Tuesday, October 25, 2005

El perdido

Recién despertaba y un dolor de cabeza me hizo recordar todos los sueños que había tenido mientras dormía... Vi a mi hermano paseando por el centro de Europa vestido de oro y pieles de animales. Vi a mi hermana llena de hijos habitando en una casa parecida a las jaulas del zoológico, con sus cuerpos desnudos y llenos de pelos en las piernas y brazos, con los ojos redondos y abiertos así como los pescados. Vi a mi padre del tamaño de un edificio de nueve pisos que con los brazos de cemento y sus ojos de ventana trataban de pegarme para que no escapara de casa. Vi a mi madre que con una señora negra trataba de darme de comer toda una montaña de verduras, frutas, menestras y carne. Cierto. Fue, nuevamente, la pesadilla de siempre, pues toda mi familia no existe desde hace años, desde el día en que con una pócima de veneno para ratas les maté, para que luego me encerraran en un loquero, solo como una cucaracha, sin que nadie se enfrente a mi vida…. Solo, solo, es terrible estar solo con un pasado lleno de dolor, de sueños terribles, de sentimientos que nunca podré realizar, por eso es que duermo, y antes de dormir oro porque no vuelva a soñar, no lo deseo, pues por culpa de uno de aquellos sueños en que me vi a mi mismo, diciéndome que si matara a toda mi maldita familia dejaría de soñar, y podría sentir la paz, la tranquilidad de vivir como un ángel... pero todo fue mentira, por eso es que no creo nada de lo que sueño ni de lo que me dice mi cabeza ni la gente... pero qué se le va hacer. Uno despierta y siente un dolor de cabeza. Uno duerme, sueña y siente un dolor en el alma. Todo se ha vuelto horroroso, por eso es que no deseo abrir los ojos ni escuchar a nadie ni hablar con nadie, pero estos tipos vestidos de blanco me arrastran como un gusano y me dan una y otra vez pastillas para que hable, que cuente las cosas que sueño, que he vivido, que he pensado. Es terrible vivir así, muy feo, horripilante, así como el rostro que veo cuando me enfrento al espejo... Es terrible, y en verdad, pueda que toda esta realidad sea un sueño, de esos que nunca han terminado ni comenzado, pueda que sí, pueda que no…



San isidro, octubre del 2005