Tuesday, November 27, 2007

lectura


me habían dicho, o, mejor dicho, había leído que el libro que compré era excelente, pero, al cabo de cuarenta y tantas hojas leídas supe la verdad, era un libro mas. así que lo forré y lo puse en mi biblioteca, al lado de los libros que jamás volvería a leer y que en su parte mas alta dice: "no recomendar". eso de libros buenos, malos es relativo, depende el lector. hay veces en que me llega un libro y es maravilloso, así que lo recomiendo a un viejo amigo. lo extraño es que sólo a mí y a una que otra persona le ha fascinado el libro, por lo tanto, eso de recomendar no es saludable. en estos tiempos busco libros antiguos, de esos que tienen mas de cincuenta años, o mas... los contemporáneos no me dice nada, es mas, quizá están bien escritos pero no hay esa magia que le gusta tanto a mi alma y que hace decir: "es maravilloso"... no es bueno recomendar nada, en especial los libros. una vez llegó a mi puesto de librero una señora, preguntando si yo deseaba ir a la biblioteca de su difunto marido. va a venderlos, pensé. le pedí su dirección, el día de visita y el teléfono para coordinar mi llegada. fui a la casa. era un castillo, metido en un bosquecillo en pleno centro de la ciudad. algo muy raro porque yo pensaba que conocía todo, pero, no fue así. toqué el timbre y salió un hombre vestido de mayordomo. le di mi nombre y pregunté por la señora. lo está esperando, dijo. entré y fui caminando por esa lujosa casa. cada paso que daba me arrepentía de estar allí porque ya vislumbraba la inmensa biblioteca que tenían, además, porque no tenía suficiente dinero para realizar el negocio. llegué a la biblioteca y me encontré con la señora. miré la inmensa cantidad de bellos libros, ordenados uno al lado del otro, y todos con lomo de cuero y filetes dorados, empotrador en cada una de las inmensas paredes de la casa, y supe que algo raro pasaba, porque no tenía mas que unos pesos... me sinceré con la madame y le dije que se había confundido porque no tenía la cantidad de dinero suficiente como para comprarle su biblioteca... ¿vender?, me preguntó la bella señora, ¡no, señor!, no están en venta, se los regalo... ¡lléveselos!. me quedé anonadado y le pregunté el por qué hacia eso. me dijo con una sonrisa maquiavélica que su marido había sido un amante de los libros y la lectura, y a lo largo de toda su vida, fueron los libros toda su prioridad, y fueron ellos los que los separaron una y otra vez, hasta llegar a morir sentado en su escritorio limpiando uno que otro libro, porque además de lector, era un eximio restaurador... no había libro que no rescatase y lo volviese como nuevo... y en eso la pasó el resto de su vida, así que, todos los libros son suyos... me quedé sorprendido y sin pensar en nada, llamé a un viejo amigo y, como tenía un camión, le pedí que me ayudase a llevar todos los libros que entrasen. me hice casi rico con la venta de esos libros, pero, hubo unos cuantos con los que me quedé. tenía una Biblia del siglo XVII, en latín. uno que otro Quijote, del siglo XVI. joyas que tuve que guardar en mi biblioteca personal, y que suelo releer una y otra vez hasta que me vence el sueño. por las mañana suelo ir a la librería y sentarme frente a la entrada por una hora antes de abrirla. es una especie de rito que suelo hacer hace mas de treinta años. aún recuerdo la primera vez en que entré en la librería. allí estaba la señora y su marido, los dueños, y yo, entrando por un aviso en el periódico para laborar en la limpieza y cuidado de libros. siempre les tuve amor, pero trabajar en ello era un regalo de Dios. mis jefes se fueron muy lejos por extraños motivos y me dejaron de regalo toda la librería. un golpe de suerte y un golpe de a de veras intenso. allí volví a nacer. leer fue mi comunión con la belleza, y, cuidar de los libros, una bendición. pensar en que uno que otro libro llegará a sus manos y que lo leerá, es un sentimiento sin palabras, que le da a mi vida una especie de gratitud al sentimiento de servicio. por ello gusto sentarme una hora antes de abrir y al cerrar lo hago un poco mas lejos... veo la gente que pasa y se pone a mirar los libros por la ventana, es bello. me les acerco y les digo si les gusta. entablamos conversación y luego se van o vienen a comprar el libro que les había recomendado. apenas me ven, sonríen pero siempre compran uno que otro libro...los libros antiguos los tengo aparte, en el segundo piso, y es como mi templo. allí aún respiran esos seres que viven por la eternidad dentro de los libros, y en el corazón de las personas, de los lectores... gracias les digo a cada uno de los libros, y ellos callan, sé su situación, pero apenas los cojo y leo, es una fiesta, un regalo de Dios...


san isidro, noviembre del 2007

Monday, November 26, 2007

podría...


podría decir que te amo,
pero no sé lo que es el amor...
tan solo lo siento a lo lejos,
a lo cerca de la noche,
en nuestros ojos y cuerpos...

pero no,
no es mas que conjunciones
maneras de sentir
maneras de coger lo inasible
besar el aire que respiro y vivir por siempre...

no soy mas que un aliento bello,
un soplo de Dios en la carne
y por ello es que canto, escribo, lloro...

no soy mas que un podría
mas ahora
frente a la inmensidad del ahora y la noche
lloro por eso que podría
y no puedo,
porque estás lejos y cerca
porque eres un sueño de esos que no se repiten
y
porque muero hoy
como todas las noches...

amo
eso
es lo que podría
a través de un momento
un instante
un aliento...



san isidro, noviembre del 2007

la casa


tengo una casa, grande, de tres pisos y llena de muebles viejos. sólo vivo yo en ella, y ella me quiere tanto que no le gusta que salga a la calle. cuando salgo siento que algo malo me va a suceder y durante todo el tiempo que la paso afuera, la extraño, como si fuera una parte de mí, pero tengo que alimentarme y conservar la casa que me dejaron mis abuelos, pues nunca conocí a mi padres, sólo a mis abuelos que desde que tengo uso de razón, jamás me hablaron directo a la cara. todo fue a través de notas escritas en una vieja pizarra que ellos tenían en una parte de la casa de tres pisos. así viví hasta que se fueron en su cajón. primero fue él, luego, ella... a pesar de que estaba sola, no me hablaba, y no es que fuera muda, no, hablaba muy bien, hasta cantaba, y cómo hablaba por el teléfono, era como si fuera su mejor amiga, su madre, su todo, eso era ese aparato para ella. por eso, cuando se fue en su cajón al cementerio, lo primero que hice fue tirar el teléfono a la calle, luego, quedé solo, sin nadie mas que la casa y con la nota y herencia de mis abuelos en donde me exigían que debía cuidar la casa hasta que cumpliera los treinta años. y pensar que en ese tiempo tan solo contaba con quince. vinieron unos señores que decían ser familiares pero que no se acostumbraron al silencio infinito de la casa. al poco tiempo se fueron, dejándome con una vieja, que tan solo viene por la mañana y se va al medio día. trato de no verla pues es vieja, fea y con esa joroba que parece un duende verde y con pelos blancos... la odio. por eso es que al poco tiempo dejó de venir y quedé totalmente solo. lo extraño fue que me acostumbre a estar así, solo, sin nadie a mi lado. y cuando iba al colegio, y luego a la universidad, no hablaba mas que con los profesores cuando me pedían que hablara. era la única forma. esto producto del estilo de vida con mis abuelos. muchas veces cuando estoy en la casa, apago todas la luces e imagino a mis padres, preguntándome el por qué me dejaron solo, con mis abuelos, es decir, con los muertos... y en ese silencio que me remoja el alma toda. pero uno llega a acostumbrarse, y yo me acostumbré a mi casa y a la soledad... cuando no tengo nada que hacer, compro latas de pintura y pinto día y noche hasta que todo esté terminado. luego, salgo al calle y la contemplo, como su fuera una obra de Dalí, o Picasso, o mía en otras palabras... el tiempo pasa y ya cumplí los años requeridos, pero no puedo vivir mucho tiempo alejando de ella. la extraño, sobre todo cuando llega el día tímidamente por las anchas ventanas, o cuando enciendo las velas en toda la casa, produciendo esas formas, sombras con vida propia. me encanta esa forma de vida de la casa. muchas veces me quedo contemplando desde la ventana a la gente que pasa. les escucho, ríen, de mi según creo. pero no les hago caso. una vez entró un ave a la casa, y me gustó su manera de mirarme. la vi como volaba de una sala a la otra, luego, de un piso a otro, y lo que mas me gustó fue cuando se estrelló contra la ventana de vidrio. era gracioso verla esforzándose por salir. iba abrirle la ventana pero no, decidí no hacerlo y ver que por ella misma encontrara la salida. al día siguiente la vi tirada en el piso, llena de sangre y con el pico roto y con las hormigas que se le metían por todas partes de cuerpo. no la toqué hasta después de una semana. cuando volví a verla, era una cosa seca de plumas. la cogí y la eché al tacho de basura. limpié la ventana ensangrentada y seguí en lo mío. otra vez entró un perro, era bello el perrito y le gustaba estar pegado a mí. eso no le gustaba a la casa porque se meaba, cagaba en cualquier sitio. tuve que abrirle la puerta, pero este loco no se movió. no le di de comer, nada. y cuando yo merendaba, veía su cara y su lengua y sus patas que no cesaban de empujarme. pero no le hice caso. una vez terminado de cenar, abría la puerta, pero era inútil, no se movía de la casa... por suerte llegó un día, luego de semanas en que lo vi tan flaco que ya no se cagaba no orinaba, pero sí que se comía la madera y los retazos de tela de la casa. al poco tiempo lo vi cagando sangre y mierda y le vi caer de debilidad en el piso. lo mismo, tuve que llevarlo a la basura... desde esa fecha no he vuelto a ver ni un se vivo, aparte de los bichos y ratas que pululan como yo por la casa... una tarde en que estaba sentado en el parque que está al lado de la casa vi a una señorita sentarse a mi lado. me pregunté qué querría de mí y de la casa, así que no abrí la boca. pero ella sí que la abrió y no dejó de hablarme por horas... yo le miraba los ojos, la piel, su ropa, sus manos, sus dientes y sentí que sería como un bello adorno para la casa. me levanté pero antes le cogí la mano. ella sin saber por qué se dejó llevar por mí. entramos y ella se quedó anonadada de la casa. no cesaba de hablar, de bailar de un lado a otro. yo miraba las paredes, los cuadros, las escaleras de la casa y pensaba en dónde podría quedare mejor.

de pronto, cuando se puso frente al inmenso espejo de marco dorado de la sala, supe el lugar... mientras ella se miraba y bailaba frente al espejo, me movía a prisa y con un martillo fui hacia la joven. ella seguía mirándose sin darse cuenta de mis manos levantadas dispuestas a golpear su bella cabecita... mientras daba paso tras paso, ella seguía hablándome, y yo miraba de reojo las paredes, los cuadros, las ventas, el piso y todo ellos me decían los mismo. sí, sí, hazlo, hazlo por nosotros... una vez en el piso, la desnudé y puse sus ropas en una maniquí de mis abuelos. antes había limpiado sus ropas, y su cuerpo lo había puesto bajo cuatro metro abajo del jardín de la casa. fue bello ver ese maniquí con esas ropas frente al gran espejo, y mas bello fue cuando, al cabo de meses, vi un hermoso árbol brotar del jardín. no sabía qué nombre ponerle, pues nunca supe el nombre de la bella joven, así que le puse el nombre de "ella". cada tres días la regaba por la noche, y veía cómo la gente pasaba por la casa y me miraba con cierta timidez, como queriendo conocer la casa de mis abuelos... aún salgo al trabajo del Banco y sigo contento con la casa, pero, uno a todo llega a casarse, sobre todo cuando ve que las paredes de la casa se desgastan y desgastan, y las ventanas se ahumean mas y mas con el tiempo, y los jardines se vuelven mas y mas salvajes, sobre todo ahora en que no tengo fuerzas, y casi tengo la misma cara que mi abuelo, pero, estoy solo, o, mejor dicho, solo en la casa...


san isidro, noviembre del 2007

¿Qué es la Soledad?


y bueno, la soledad es parte de mí.
lo veo de una manera simple.
la soledad es mi vida, hermano...
no me busca ni yo la busco, nos encontramos siempre.
mientras espero el bus.
cuando miro hacia el cielo negro.
en los ojos de mi madre.
en las tardes domingueras de verano.
en la bulla de un colegio de niños.
en un estadio vacío después de una derrota.
en el espejo por las mañanas.
en mis libros.
en mi cuarto sucio o limpio.
en la página por llenar, por dibujar un poema...
en todas partes está,
esa es mi soledad,
que no es desolación, al contrario.

mi soledad es el cuarto, el espacio;
el momento en que comulgo con mi propio ser
y en ese instante, siento paz,
sólo allí,
sólo allí está mi otra parte.

esa que tanto necesito
y que muchos años atrás
la buscaba en la calle,
en la gente,
en el éxito,
en los labios de una mujer,
en el sexo,
en Dios,
en todas partes la buscaba,
pero sólo estaba dentro de mí,
y no como una sombra, no.
era mi propio espacio de comunión con esa parte bella,
inmaculada de mi existencia...
y, desde allí te escribo, me escribo,
siempre...


San isidro, noviembre del 2007

Sunday, November 25, 2007

Pequeñas Necesidades


Cogí una moneda que encontré en el piso y fui a comprar una gaseosa, tenía mucha sed. Entré a una cantina y pedí una gaseosa. Cuesta cinco pesos, dijo un hombre sucio y grande y de cara agresiva, mala. Le pagué con mi moneda y el tipo me atendió. Tomé la gaseosa y pude saciar mi sed, pero tuve mucha más sed, pero, no tenía más monedas así que le pedí una al hombre de cara mala. Me miró y con una sonrisa, y de sorpresa, me dio un golpe en la cara. Caí al piso y perdí la razón. Cuando desperté, estaba tirado en mitad de la calle. Estaba lloviendo muy fuerte y ya era de noche, cuando vi a un hombre elegante pasar por mi lado. Lo seguí como un perro, y, cuando lo alcancé, le dije que yo tenía mucha sed. Mira hacia arriba y abre tu boca, me dijo. Le hice caso. Abrí la boca y sentí que la lluvia del cielo mataba mi sed… ¡Gracias!, le dije al señor elegante, que se iba en un auto negro por las calles oscuras de la ciudad. Seguía lloviendo y busqué un rincón para escapar del frío. Lo encontré y supe que aún tenía más frío. No tenía monedas. No tenía nada cuando vi una manada de perros que pasaban por la calle. Les miré y ellos me miraron. Se acercaron y rodearon. Me olieron el cuerpo, y luego, se apearon a mi lado como una frazada de carne y pelos. Me dieron calor pero al día siguiente, cuando abrí los ojos, no pude moverme, y cuando quise hablar, tosía, como un perro… Nadie me hizo caso. Ni los perros ni la gente, nadie… Así que, me eché en el suelo y esperé, esperé y esperé hasta que llegara un sentimiento interior para liberarme de todo lo pasado. Del frío, del dolor, de todo... De pronto, no tuve ni frío ni calor ni hambre ni nada. No tenía nada, ni siquiera respiraba, nada. Libre…

San Isidro, Noviembre del 2007

Saturday, November 24, 2007

cambia el aire que respiras por amor (1)


sentado frente a mí estaba un hombre el cual conocía hacía mas de treinta años. sus ojos eran los mismos, su cabello escaso y blanco, y sus manos eran suaves y agotadas, solitarias como el instante en que se hallaba... era el primer hombre que vino a esta parte del mundo a darme las buenas nuevas. a decirme que había algo mas para mí, a contarme la historia de mi vida clavada en un instante, un instante de paz, alegría y amor verdadero...

hablamos por más de siete horas, me relató su historia, su bella historia que borraba todo el brillo del ahora y abrazaba el ayer, hermoso ayer con huellas de pasión, magia, amor y corazón... le escuché y fui feliz...

me dijo que todo empezó un día de clase en donde para ir a la escuela hubo un paro total de una semana. no sabía dónde ir y simplemente salió a la calle a dar vueltas por allí. de pronto a lo lejos vio una bandada de personas, jóvenes todas que caminaban con los ojos encendidos de alegría como esas fiestas en donde todos reciben su regalo... les siguió y sin saber cómo estaba caminando en una manada de muchachos rumbo hacia una casa bien llena de personas. ya iba a salir al ver que todos se quitaban los zapatos cuando una alud de mas personas entraron sin poder dar un paso atrás. se hizo un silencio y vio a un hombre vestido de azafrán caminar por una estela de flores hasta llegar a un altillo y sentarse como una flor de loto. cerró los ojos y se hizo un hueco en todo el mundo, como el sonido de un abismo... pasó minutos o una eternidad cuando siguiendo un impulso, nuestro amigo cerró los ojos y sintió una paz que hacía mucho no sentía. vio como si todo dentro de él fuera un mar pacífico, lleno de estrellas sin brillo pero con presencia de algo mas... la voz de un hombre lo sacó de aquel mar interno y vio al hombre de azafrán hablando a todas las personas. no pudo entender pero un muchacho le dio un trozo de papel en donde puso su nombre y dirección. vio en dicho papel un espacio en donde tenía que anotar las veces en que había escuchado las conferencias del hombre de azafrán. puso “0”, nada mas. vio cerca de doscientas o mas personas estaban escuchando al hombre, y éste les llamaba por sus nombres y todos respondían... cuando le llegó su nombre escuchó y supo en dónde estaba. estaba en el lugar correcto. ¿hace cuánto has venido?, le preguntó. es la primera vez, respondió mi amigo. bueno, tienes que seguir escuchando hasta que entiendas un poco mas de qué se trata esto. no, respondió, yo no me voy hasta que sepa qué es esto... el hombre de azafrán rió como un lobo en la luna y le dijo que viniera al día siguiente para que reciba el Conocimiento de Dios... le dieron la dirección y la hora. al día siguiente llegó antes de la hora, aunque siempre con el gran problema de la huelga, pero, llegó y entró a la sala en donde le darían el Conocimiento de Dios... en un gimnasio, nuestro amigo estuvo por mas de doce horas recibiendo la iniciación, y cuando terminó supo algo, algo nuevo, o algo que había olvidado hace mucho. el hombre de azafrán le dijo: ¿cómo te sientes?. he vuelto a nacer, respondió. todos rieron pero no mi amigo que salió agradecido a todos y por la primera vez vio una foto de Maharaji, era un niño, gordito, vestido con corona y con una bella guirnalda en el cuello. le vio y supo que era el ser mas hermoso que había visto jamás... salió de la sala agradecido y era ya de noche cuando empezó a llover torrencialmente. un hombre feliz no sabe de bueno o malo, simplemente es, simplemente es feliz y lo sabe y siente... caminó y cada gota que caía sobre él y sobre la vereda, pista por la que andaba, era como una sinfonía de la vida, la noche estrellada y esa magia de amor que no cesaba de latir en su pecho... fue feliz y lo supo toda su existencia...

Friday, November 23, 2007

la chica de rojo


no tenía un mango en los bolsillos, pero aún así fui a un restaurante. me senté y pedí la cena porque ya era de noche. mientras me traían mi pedido me fijé en toda la gente que entraba y salía del restaurante. hombres, mujeres, niños, familias enteras comiendo, hablando. meseros, meseras, administradores. sillas, mesas, cubiertos, paredes de diferente color, cuadros, cuadritos, cuadrotes, retocados de animales disecados, etc. a través de una de las tantas ventanas vi un auto precioso, lujoso y de lunas polarizadas... puse mi total atención en este carro cuando llegó mi cena. el olor era profundo, tanto que me hizo voltear la mirada y miré mi plato lleno de camarones y especias y arroz y ensalada... el auto, pensé y volví mi atención a la ventana, pero, ya el auto estaba totalmente quieto, apagado y bien estacionado. me la perdí, pensé. de pronto vi a una hermosa mujer de no mas de treinta años entrar al restaurante. toda la gente se calló y puso su atención en cada paso que daba la musa del restaurante. toc-toc-toc-toc.... eran sus pasos de taco en forma de aguja. vestía de toda de rojo, falda pequeña mostrando largas y formadas piernas, zapatos rojos escarlata, y una vincha en su dorado cabello, mientras que el rojo de sus labios parecía ser un precioso rubí, largo, sangrante... llamó a un mesero y pidió una mesa cuando me miró a los ojos y todo desde ese instante se hizo rojo y azul, y dorado y rojo, me enamoré... y ella quedó sin habla ante mi intensa mirada, luego, volteó y siguió al mesero que la llevó al segundo piso del restaurante. volví en mí cuando vi mi plato de camarones. lo probé pero ya estaba frío. llamé al mesero y pedí que lo volviera a calentar. ya se estaba hiendo cuando le llamé y le pregunté por la mujer de rojo. es la dueña, me dijo. pucha , pensé, mucho para mí... los pensamiento volvieron pero en forma atropellada, el hambre se iba y venía, sin saber si tenía que comer o no, pero comí todo. cuando llamé al mesero me trajo la cuenta y recordé que no tenía un centavo en los bolsillos. le dije mi problema y este llamó al administrador. vino un hombrecito, pelado y bien vestido y mejor educado que me dijo que si no tenía dinero llamaría a la policía. llámelos por favor, le dije. acompáñenos, me dijo. me levanté ante todas las miradas del restaurante y cuando vi un espacio de la puerta abierta, corrí sin parar, mientras escuchaba los gritos y mas gritos de la gente que dejaba atrás... de pronto vi un auto que venía hacia mí. salté una berma y salté un muro. entré a una casa en donde había piscina y las luces estaban apagadas. empecé a caminar por ese lugar y noté que estaba sin gente. vi una silla reclinable y me senté en ella, luego, quedé dormido... al día siguiente escuché voces. eran los dueños. volví a saltar el muro y volví a la ciudad. caminé sin parar hasta llegar a mi cuarto. la dueña me esperaba. ¡¿cuándo?!, gritó. mañana, le dije y entré a mi cuarto. mi cama totalmente apestosa y muerta, mi silla y mis libros regados por todos sitios. platos sucios, cubiertos encima de mi velador y una botella de vino. la abrí y la vacié en mi estómago y recordé a la mujer de rojo. era hermoso, en verdad era preciosa. me senté a escribir y la retraté, luego, dormí, y tuve un sueño con ella. me decía que comiera todo cuanto quería y que me deseaba pero que me bañara, afeitara, vistiera de azul noche y usara lentes oscuros, que eso me traería suerte. apenas dijo eso, desperté. me fijé en mi ropa pero no tenía nada azul. tan solo lentes oscuros. salí a la calle y me encontré con un vecino. le dije si tenía un traje azul, me dijo que no por lo que tuve que salir con mis lentes oscuros, pero sí me bañé y afeité. pasé por el restaurante y vi el auto de lunas polarizadas. iba a entrar pero no pude, tuve temor que me reconocieran. de pronto tuve la idea de mandarle el retrato que escribiera de ella. volví a casa y lo mandé por correo, y esperé. pasaba por el restaurante pero nunca la veía, tan solo el auto de lunas polarizadas... pero, una noche me llegó su respuesta. abrí la carta y era ella diciéndome que sabía quién era yo. me alegré mucho, pero adjunto a la carta estaba la cuenta de lo que comiera aquella noche... me reí y no volví a pasar por aquel lugar. tengo que trabajar, pensaba cuando sonó el teléfono, era mi madre diciéndome que tenían un trabajo para mí de corrector de una revista por horas. acepté y al primer mes cobré y fui a pagar la cuenta. todos se sorprendieron pero no quisieron atenderme, mas bien, con educación me llevaron a la puerta. ya estaba por irme cuando vi el auto de luna polarizadas. es ella, pensé. vi el auto detenerse justo a mi lado y vi que tres mujeres bajaban y todas vestían de rojo, y todas con el cabello dorado. quedé anonadado pero supe que mejor estaba el recuerdo, y mucho mejor mi sueño, así que volví a mi cuarto y volví a escribir, y escribí una vez mas...


san isidro, noviembre del 2007

un día feliz


me levanté muy contento, como pocas veces y me senté a escribir sin parar por una hora o meno. lo dejé porque tenía que irme al trabajo. me bañé y desayuné. salí contento, demasiado quizá porque la cara parecía no tenerla o que una cáscara se hubiera caído de mi faz, era feliz.... salí de mi casa y fui al trabajo. ya sentado en el taller me puse a revisar todos los documentos contables. vi un grave problema tributario, iba a ponerme mal pero no, no quise sentirme mal y simplemente llamé al contador. hablamos y dijo que él se encargaría. seguí laborando hasta que vino la tarde y luego la noche, y ya era hora de salir... me despedí de mi jefe y no tenía ganas de volver a mi casa. miré el periódico y no sabía si ir a un cine o a una librería. decidí por la librería. entré y entre miles de libros hubo uno que llamó mi atención. era una obra de Coetzee, "Un día en la vida de K", me gustó mucho verlo porque hacía años lo buscaba. lo compré y cuando estaba por salir, el librero me dijo que tenía algo especial para mí. ¿un libro?, pregunté. sí, me dijo, es una obra de Suetonio, "Vida de los doce Césares"... le pregunté el precio. era bastante alto, pero le dije que sí... ¿lo tienes ya?, pregunté. no, pero mañana te lo llevo a tu trabajo, dijo. le dije que estaba bien y salí con un fuerte apretón de manos, y cuando le miré los ojos sentí que era un extraño pez quien me miraba, como un muerto viviente... le solté la mano y salí, medio confuso y mas nervioso. algo raro pasa, sentí. llamé a otro amigo de los muchos libreros que conozco y le pregunté por el libro. me contestó que estaba muy caro y lo más gracioso era que él me lo había vendido ya mas de cinco años atrás. cómo te acuerdas, le dije. se rió y dijo que es un secreto de libreros... gracias, le dije y llamé al ojos de pescado para disculparme por el pedido que le habñia hecho. no lo encontré pero le dejé una nota a su esposa. subí a un auto y mientras miraba el libro recién comprado, recordé el otro libro que había comprado el día anterior y que aún no lo terminaba. pensé en cómo haría para leer tantos libros. me reí de ese pensamiento y supe a mis sesenta años que jamás podría terminarlos de leer... ¿qué haré con ellos una vez dejé este planeta?, volví a pensar y supe que tenía un problema. llamé a un amigo abogado y le expliqué el problema... dónalos a la Biblioteca Nacional, una vez que dejes este mundo, dijo. gracias, le dije y fui muy contento a mi casa. apenas llegué subí a mi cuarto y me puse a tocar el piano hasta la media noche. una vez terminado, vi mi máquina de escribir y supe que toda mi alegría desparecía como un velo gris... me senté y supe que nunca podría dejar de hacerlo... miré como mis dedos me poseían y una visión tras otra ahorcaba el aire que respiraba... todo era nuevo y tormentoso hasta que perdí el conocimiento... abrí los ojos y estaba echado en mi cama, y, no sé por qué. un brillo de amor inundaba mi alma... me levanté y la vida sonreía de lado a lado para mí, mientras caminaba entre hojas y hojas escritas por mí o por una parte oscura de mí... nada mas, me bañé y salí hacia un nuevo día mas de trabajo...

san isidro, noviembre del 2007

Thursday, November 22, 2007

cartas anónimas


eso es lo que es para mí. salía del taller cuando dos personas se acercaron. eran un hombre joven y una mujer hermosa y algo mayor que el joven, que era bastante apuesto, bien vestido y muy alto, fuerte, etc. la mujer fue la primera que habló. preguntó por mi nombre. le dije que sí, que era aquella persona. luego el joven comenzó hablar. su voz era extraña, parecía a la de un pájaro. no pude soportarlo, pensando que en cualquier instante se iba volando pues cada vez que tocaba la vocal i, parecía silbar como un pajarito, y sus manos las movía, agitaba de lado a lado. por un momento pensé que se burlaba de mí, pero no, no era así. era un joven raro pero agradable aunque era poco lo que pude entenderle. al terminar de hablar, le pregunté si iba a darme algo, pues de todo cuanto habló era de un viaje, un largo viaje que había ganado producto de una carta que enviara a el director de una de las empresas mas importantes del país. aunque había mandado cerca de veinte cartas a los gerentes mas importantes de las empresas líder del país. y allí estaban estos dos que ya había vaciado todo su prologo que en pocas palabras era una invitación a laborar para su empresa como ayudante de creatividad. parece que le gustó mi carta, pensaba. gracias, les dije y agregué que no tenía intenciones de trabajar para su firma. me dejaron su tarjeta, ambos, y luego, la bella mujer, me dio su teléfono personal... con una nota de total disponibilidad. sonreí por mi extraña suerte y caminé hacia mi casa. ya estaba por llegar cuando vi un precioso auto parado en la puerta de mi casa. otro imbécil, pensé. las luces de casa estaban todas encendidas y las voces de mi empleada sonaban como a fiesta. aceleré mis pasos y llegué a casa. sentados en el sofá de la sala había cinco chicas, arrogantemente felices... y muy hermosas, vestidas todas de uniforme y con los labios pintados de un color sangre. me gustaron tanto que me solté totalmente, como asintiendo a que hagan lo que gusten conmigo. todas se acercaron y cantaron con voces del cielo, repitiendo que tenía una propuesta de trabajo en su empresa, y que todas estaba disponibles para mí. gracias, les dije y con el dolor de mi cuerpo, ya estirado como arco, les dije que para otra vez sería... se fueron en el acto y una de ellas se quedó. ¿qué desea?, pregunté. sonrió y supe todo. aquella noche fue intensa y rápida y llena de sudor y demás... apenas abrí los ojos, había desaparecido. los cerré y seguí durmiendo. de pronto, el teléfono. pregunté quién era. soy tu madre, escuché. ¿pero si mi madres está mas de once años muerta?, le dije. colgaron. imbéciles, pensé, pues mi madre vivía a unos metros de casa. la llamé por si acaso. aun estaba viva. colgué y me dispuse a salir rumbo al taller. aquel día, el fono sonaba sólo para mí. mi jefe se molestó y me pidió que si no diera el teléfono a nadie mas... sí jefe, le dije. el trabajo terminó y fui caminando hasta llegar a casa. esta vez no había nadie excepto la empleada. llamé a mamá. me contó lo mal que se porta papá, que las empleadas son una flojas, que todos estos indios deberían volver a su tierra, que son unos cochinos, que son flojos y gustan mujeres y licor, como cualquier hombre de la calle, medianamente pasional... colgué y fui a darme un duchazo. limpio, fui caminando hacia el trabajo. entré y saludé a todos y cuando estaba por sentarme en mi escritorio, vi a dos jovencitas. Dios, me dije, de nuevo... y todo fue igual, excepto que, me cansé de todo eso... las invitaciones siguieron llegando hasta que sentí ganas de descansar. me senté en mi escritorio e hice cuarenta cartas a las mujeres mas hermosas del país... las envié por la noche y al día siguiente el día estaba gris cuando una gran muchedumbre de mujeres me cercaron. ¿eres tu?, dijeron, mientras mostraban la carta... sí, soy yo. vi que unas manos se posaban en mi cuello y luego, no supe mas. estuve un años en coma, pero, desperté. al año, volví al taller, aun me esperaba. gracias, le dije al jefe. seguí laborando cuando tuve otra idea, otra carta por hacer...


san isidro, noviembre del 2007

Monday, November 19, 2007

artistas naturales


leí estas palabras en un libro que no recuerdo dónde estará y no le hice casi hasta que una tarde de verano vino un amigo a visitarme sobre todo a verme, me vio y preguntó el por qué tenía tantos libros en mi cuarto. le respondí que me gustan los libros. ¿los has leído todos?, preguntó. sí, respondí. me miró con ojos sorprendidos y agregó otra pregunta: ¿y, qué has aprendido?. ha escuchar, respondí. quedamos ambos callados por unos segundo y luego se sentó y me contó su vida y obras a lo largo de tantos años sin vernos.

me dijo que estaba casado, con dos hijas y dos perros, que vivía pobremente y que su esposa estaba gorda... pero soy evangélico y temo a Dios, agregó. hice un gesto no de burla pero si de desconfianza en sus palabras. seguimos hablando por varios minutos hasta que no tuvimos temas que hablar. se fue y le dije para volvernos a ver. te aviso, me dijo y sé fue.

iba a sentarme a escribir, pero recordé una película que iba a pasar por la TV. encendí el aparato y me dispuse a ver, pero, algo raro sentí. estás solo, escuché una voz dentro de mí. me puse a mirar mi cuarto. todo estaba en desorden y lleno de aparatos y libros y películas y hojas regadas por todo el piso mientras la TV seguía emitiendo sonidos y creando figuras con música de fondo, apagué el aparato. de pronto, el aire que respiraba se hizo pesado, casi sentía como una cadena de plomo en mi pecho que hizo tumbarme en el piso. estoy solo, pensé. me levanté, sacudí la mente y empecé a revisar libro tras libro que estaba sobre anaqueles y en el piso. cogí uno y leí: "los dioses no tienen sombra...". miré si la tenía, allí estaba cuando noté que las luces del cuarto se apagaban, haciéndose uno con mi sombra. entendí que la noche era la sombra del creador, o que el universo era la sombra de Dios. estoy raro, pensé. comencé hacer ejercicios, estaba gordo. luego, le fui a dar un duchazo... que rico, pensaba, si tuviera una linda mujer no me sentiría tan solo, pero no, estoy solo. miré mis sombra en la luz del baño. allí estaba. terminé de bañarme y salí hacia mi cuarto... me senté y me puse a escribir un poema, cualquier cosa y luego, empecé a sentirme menos solo hasta que casi me sentí en una fiesta. ¿qué ocurre?, pensé. nada, no ocurría nada, tan solo que estaba escribiendo y eso me hacía mucho bien, tanto que empecé a pensar que estaba feliz, muy feliz, al menos esta noche. miré mi sombra y... sí, allí estaba... no soy Dios, pero, escribo y eso me hace un creador...


san isidro, noviembre del 2007

artistas naturales

leí estas palabras en un libro que no recuerdo dónde estará y no le hice casi hasta que una tarde de verano vino un amigo a visitarme sobre todo a verme, me vio y preguntó el por qué tenía tantos libros en mi cuarto. le respondí que me gustan los libros. ¿los has leído todos?, preguntó. sí, respondí. me miró con ojos sorprendidos y agregó otra pregunta: ¿y, qué has aprendido?. ha escuchar, respondí. quedamos ambos callados por unos segundo y luego se sentó y me contó su vida y obras a lo largo de tantos años sin vernos.

me dijo que estaba casado, con dos hijas y dos perros, que vivía pobremente y que su esposa estaba gorda... pero soy evangélico y temo a Dios, agregó. hice un gesto no de burla pero si de desconfianza en sus palabras. seguimos hablando por varios minutos hasta que no tuvimos temas que hablar. se fue y le dije para volvernos a ver. te aviso, me dijo y sé fue.

iba a sentarme a escribir, pero recordé una película que iba a pasar por la TV. encendí el aparato y me dispuse a ver, pero, algo raro sentí. estás solo, escuché una voz dentro de mí. me puse a mirar mi cuarto. todo estaba en desorden y lleno de aparatos y libros y películas y hojas regadas por todo el piso mientras la TV seguía emitiendo sonidos y creando figuras con música de fondo, apagué el aparato. de pronto, el aire que respiraba se hizo pesado, casi sentía como una cadena de plomo en mi pecho que hizo tumbarme en el piso. estoy solo, pensé. me levanté, sacudí la mente y empecé a revisar libro tras libro que estaba sobre anaqueles y en el piso. cogí uno y leí: "los dioses no tienen sombra...". miré si la tenía, allí estaba cuando noté que las luces del cuarto se apagaban, haciéndose uno con mi sombra. entendí que la noche era la sombra del creador, o que el universo era la sombra de Dios. estoy raro, pensé. comencé hacer ejercicios, estaba gordo. luego, le fui a dar un duchazo... que rico, pensaba, si tuviera una linda mujer no me sentiría tan solo, pero no, estoy solo. miré mis sombra en la luz del baño. allí estaba. terminé de bañarme y salí hacia mi cuarto... me senté y me puse a escribir un poema, cualquier cosa y luego, empecé a sentirme menos solo hasta que casi me sentí en una fiesta. ¿qué ocurre?, pensé. nada, no ocurría nada, tan solo que estaba escribiendo y eso me hacía mucho bien, tanto que empecé a pensar que estaba feliz, muy feliz, al menos esta noche. miré mi sombra y... sí, allí estaba... no soy Dios, pero, escribo y eso me hace un creador...


san isidro, noviembre del 2007

se busca una mujer


joven, blanca, de tamaño normal, ojos grandes y amigables, pies pequeños como patitos, hombros estrechos, trasero duro y redondo, cara oval y cabellos largos y oscuros y lacios como cascada de río, manos y dedos pequeños como pañuelo apretado, piernas largas y encarnadas y bronceadas como estatua de bronce o como dunas de carne... y sus voz musical, dientes blancos y lineales como granos de maíz, ¿algo mas?, bueno, que exista sobre todo, que viva al lado de mi casa, que trabaje, que piense antes de hablar, que coma poco, que beba mucho vino mas no otro licor, que tenga pocos amigos, que guste leer y escribir, que guste cocinar bien y para mí, que hable cinco idiomas y tenga vocación magisterial, que guste mirar al vacío y que confíe en mis palabras, que no ronque mientras duerme, que guste de pasear a mi perro, que limpie todo lo que usa, que sea independiente en todo, menos en mí, que dependa de mi voluntad, que me ame, sobre todas las cosas... bueno, eso es lo que busco. será posible que aún no la haya encontrado, que tan solo viva en mis sueños y en esta página Web mientras la dibujo una y otra vez en mi lienzo al cual dedico cerca de ocho horas diarias y siempre la pinto. cada vez con diferente expresión. será por ello que aún no la he reconocido ni visto jamás, tan sólo en mi imaginación, o quizá no se deja ver y sabe que existo pero que no se anima a visitarme, por ello, olvidaba agregar que no sea tímida conmigo... con los demás, de vez en cuando o mejor ¡nunca!

si ustedes la han visto por favor díganle que existo y la espero, no se la guarden para ustedes, no sean tontos, ella es para mí. ¿su nombre?... mmmm. me gustaría que se llamara Isabela, como el nombre de mi tatarabuela, bisabuela, abuela, madre y hermana... ese nombre da una especie de suerte con la fidelidad, pues cada uno de mis familiares han sido fieles y llena de hijos y todos sanos y buenos, llenos de suerte y de eso tan buscado... amantes de su hombre... no lo olviden, si la ven, háblenle de este su servidor y fiel amante soñador y artista, que la espera... a pesar de que aún no cuento con quince años, pero en unos años mas podré conocerla, pues eso es lo que me han prometido el doctor y mis padres..., pero, si la ven, me avisan, por favor... ¿mis padres?... allí, en la casa, cuidando mis alimentos, mis salidas, dejando en la puerta con llave a un muchachote vestido de blanco. dicen que es por mi bien, que es mi guardián... espero que sí, y, espero que pronto llegue Isabela y me de un solidario abrazo y un beso de amor. la espero. se los juro... ¿que estoy loco?. no, por favor, cómo van a creer o pensar en eso. si me vieran en persona y conversaran conmigo se darían cuenta de que no es así, y si vieran cada uno de mis cuadros, hermosos, elevados, se darían cuenta de que soy un amante de la belleza y de ella sobre todo. sensible, soñador, juguetón, a pesar de que cuente con tan sólo tengo dos piernas… ¿brazos?, no, no los tengo desde aquel choque que tuve con mis padres en su auto, hace un año atrás, mientras salíamos en buscar de una amiga de colegio, que no se llamaba igual, aunque yo le llamaba Isabela (eso no le gustaba), pero eso es el pasado… ahora no estoy con ella ni soy su amigo, a pesar de que siempre me llama por el teléfono. le cuelgo porque somos diferentes, y no me gusta dar pena a nadie… ¡ah!. si habría que agregar algo es que no sea tan hipócritamente compasiva con nadie, sobre todo con un medio hombre como quien les escribe, con un ojo, calvo (producto de quemaduras), y cortes en toda la cara y piernas, por los infinitos intentos de suicidio… por lo demás, nada, se los dejo todo a ustedes y a su buena voluntad. adiós y no tengan pena de mí, se los exijo, pues... existo y pinto y espero a Isabela, ¡y eso es lo más importante…!


san isidro, noviembre del 2007

Sunday, November 18, 2007

lágrimas de tierra


es fácil sufrir
deja entrar lo bello
y espera
que el tiempo lo marchite

subí a mi cuarto
y vi un ser llorar
era bello
como el cristal

tengo dolor
grité
en silencio
comulgando con la noche
y con Dios

tengo un regalo dentro
lloré
en silencio
sintiendo que todo se hace claro
como ángeles lloviendo en un libro...

salgo del ayer
empiezo
escribo
lloro
grito
siempre que puedo salgo de ello

nací para la presencia
no la ausencia
río
como las aves del cielo
y siento
que vivo y no muero...
respirando
mas fuerte
mas fuerte
y mas fuerte...
como volando por el universo...


san isidro, noviembre del 2007

los ojos de Dios


no debí salir, pero lo hice sabiendo que todo cuanto llevaba podría perderlo. tomé un auto y me puse a conversar con el chofer. me dijo que había perdido a su hijo y a su esposa, me impactó y le vi sus ojos, eran ojos sin tiempo y llenos de sorpresa. callé y seguí así hasta llegar a mi destino. llevaba una valija llena de dinero y documentos importante. le pagué al chofer y subí a las oficinas. ya en mi salón, llamé a mi secretaria y le pedí una taza de té. me lo dio y le vi por la primera vez su bello trasero. le pedí sin pensar mucho su podía salir. no, respondió para luego salir de mi salón. sonreí y pensé que era cosa de esperar y pronto mordería aquella dulce pera de carne.


me llamó mi jefe y me dijo si podía conversar con él. asentí. fui a su oficina y le vi agotado y con el rostro vencido o colgado, sin alma. le dije que lo veía mal, que, qué era lo que le ocurría. me contó que su mujer había salido de viaje, con todos sus hijos y él no lo sabía.... me engañaba y yo, sin saber nada. dedicado al trabajo por horas y mira como suceden las cosas... le miré a los ojos y supe lo que era el dolor. no sé por qué recordé la misma mirada del chofer. estuve callado por unos minutos para luego pedir permiso y salir. terminé de laborar y partí hacia mi hogar. vivía solo. ya estaba por subir a un auto cuando un joven de no más de veinte años y vestido con ropas deportivas, se acercó y le vi muy de cerca. le miré a los ojos y pude reconocer ese tipo de mirada... de pronto, saltó hacia mí y con sus dos pesadas manos me arranchó mi maleta llena de documentos y dinero. luego, partió corriendo para meterse a un auto que lo esperaba en una esquina. me sentí extraño pues había reconocido la misma mirada en las diferentes miradas de las personas... callé y seguí caminando hasta llegar a casa. en la ruta vi un perro que no cesaba de ladrar. de pronto el animalillo se subió a mis piernas como si fuera a morderme. me asusté y le di una patada... el pobre perro empezó a llorar y me miró a los ojos y pude reconocer la misma mirada de las demás personas que viera durante todo el día... llegué a casa y un aire raro me hizo sentir un ahogo, como quien es responsable de su aliento. me fui a dormir y dormí sin soñar. al día siguiente salí a mi trabajo y en cada persona con quien me cruzaba veía los mismos ojos de viera en cada uno de los seres con quien tuve un contacto...


san isidro, noviembre del 2007

Saturday, November 17, 2007

escritor vivo


eso hacía esta noche en que la gente no cesaba de cantar y gritar al mas amado entre todos. era un video que se enviaría por su cumpleaños. no quise participar, me sentía agotado y sin ganas de nada, pero fui porque es natural en las personas hacer lo contrario a su voluntad, sobre todo cuando no se sabe lo que se quiere para uno. claro que uno busca la felicidad, pero ello está en los alientos dados por el gran hacedor y mostrados por el maestro viviente, eso es la verdad, uno puede encender la vela de la dicha y ser una vela en esta torta de la existencia llamado el aquí y el ahora.

la gente estaba en todos lados cuando me llegó un libro de Hugo, "Les miserables", en francés... no sé leer bien ese idioma pero en el mío lo he leído una vez y una que otra lo releo porque es maravilloso... y allí estaba este amigo preguntándome cómo hago para leer si casi no existe un espacio durante el día y la noche para un empresario como yo. le respondo que leo despacio y casi nunca termino un libro, es verdad, allí están los cientos de libros manoseados por mí y leídos hasta una cientos de páginas, pero dejados de lado porque es así, hay tanto que leer, que escribir sobre todo... y allí está uno, perdiendo la vista y llenándose de dolores corporales porque es así de pobre, derretible es este cuerpo...

la noche estaba sobre mí cuando llegué a mi cuarto con mas y mas libros en mis manos producto de una que otra visita a libreros... los dejé a un lado del cuarto y luego me puse a escribir. estaba agotado pero este silencio es divino, mágico, sobre todo cuando escribo y abro la puerta de mi vida interior, y siento cómo se vacía el cántaro de ese gran corazón que vive fuera del tiempo y espacio, y siento que... me lleno mas y mas... es así...



san isidro, noviembre del 2007

pensando


esto fue una tarde lejos de hoy. le miré y casi rogo que le tomara su imágen. le tomé y escuché por un lado que tuviera cuidado con mi cámara. no hice caso pero guardé la máquina. seguí manejando hasta llegar al día de hoy en que me han robado mi cámara, pero no la ilusión de seguir robando imágenes así como el ladrón de mi cámara. nunca es como se piensa por ello me gusta pensar un poco, no tanto, pero lo necesario como para sentirme mejor, vivo, respirando como todo ser que vive en el ahora. cuando miro las estrellas me pregunto si aún existen o sólo es la luz que queda de ellas viajando hacia mis ojos o los ojos de los que miran el cielo de noche... todo es así como el ahora, nada es como parece. mis manos un día dejarán de ser, lo mismo con las demás partes de mi ser... es así.

ya mas lejor del tiempo pienso en toda la gente que he visto durante el día y pienso en toda la gente que has mirado tu, ¿cómo será?. por supuesto, gente lo mismo que toda la gente, pero de diferente color y pensamientos, viajando, siempre viajando por este valle del ahora, viajando hasta que el tren diga nuestro nombre y nos toque bajar, y allí dejaremos de poder vivir la dicha de un aquí, y un ahora...

san isidro, noviembre del 2007

Friday, November 16, 2007

despedida


¿debe de escribir aquel que se siente mal?, ¿que le pasa todo lo malo en un solo día? no lo sé en verdad. hay un "elan vital" que ayuda a escribirme, o escribirte quien seas o sepas. el mundo sigue girando. el aire, el Sol, el tiempo siguen su inexorable curso vital, y yo les sigo los pasos hasta que mi sombra me recoja, absorba o sea uno con la ausencia total. debo decir que hace vidas que no me siento tan especial como hoy en que no tengo idea de lo que escribo pero allí le sigo dando, adelante como esos cosacos rumbo a las espadas napoleónicas o a la sombra eterna de la muerte. me agrada la poesía, siento que no es mía ni de nadie con nombre y apellido, es de la vida, y que uno las siente como si fuera lluvia en un día de Sol, y se baña en sus besos, y es feliz o completo por instante o eternidades... les cuento que salí de mi trabajo y me crucé con una señora, conocida de años por mí, me dijo algo inesperado: "voy a morir mañana". le creí y le dije si deseaba algo. respondió que tan solo pasaba a despedirse, y luego, la vi caminar despacio, como cargando una cruz invisible, con esos pasos arrastrados y llenos de un pasado hermoso y vivido. me le acerqué y le pedí si deseaba que la ayudara a cargar sus cosas del mercado. dijo que sí. le cargué su bolso y una cosillas (trapos), y la seguí por cerca de nueve cuadras. no podía imaginar que la anciana de noventa años caminara mas que yo. y cuando llegamos a su casa me invitó a pasar. pasé y vi una casa pequeña dentro de un edifico. limpio de lado a lado. rodeado de tantas fotos y un piano de cola bastante gastado y sin uso. le pedí a la señora que me dejara tocarle una pieza. ¿por qué no?, respondió con una pregunta. me senté y toqué el preludio de Bach. me gustó tanto el teclado pero me di cuenta que le faltaban varias notas, o estaban las cuerdas fuera de lugar, o sueltas, o rotas... ¿se la afino señora?, pregunté. no, me dijo, no es necesario, mañana no estaré aquí y mis nietos o hijos se lo llevarán, y allá ellos que se ocupen de tocarlo. respiré profundo y sentí un gran respeto por esa anciana. ya estaba por salir cuando me invitó una taza de té. gracias, le dije y la tomé casi solo porque la anciana seguía haciendo sus cosas. soy curioso y fui a verla y vi que estaba preparando un traje de color verde, con unos zapatos negros, medias transparente y un listón en la cabeza. luego la vi que se sentaba en una mesita y se ponía a escribir. noté que se le dificultaba escribir. iba a decirle que podía ayudarla, pero no terminé de pensar cuando la escuché pediéndome que la ayudase. me senté y escribí su carta de adiós a todos sus hijos y familiares y amigos. apenas terminé, la señora me entregó un billete de cien dólares y por mas que le dije que no era necesario, ella insistió. acepté y cuando estaba por salir de su casa escuché que ella hablaba con una persona. me acerqué para ver a la otra persona pero no pude verla. iba a preguntarle a la vieja algo pero cuando noté que su cuerpo no tenía sombra así como la mía supe que estaba en el umbral de la vida. salí de su casa lleno de escalofríos. corrí o caminé raudo hasta llegar a mi casa. entré y apenas llegué, sonó el teléfono. no contesté y seguí mirando la ventana oscura de casa por horas y horas, mientras la vida y la noche seguían su curso, así como mi vida...


san isidro, noviembre del 2007

Thursday, November 15, 2007

robo



algo así como un ruido,
susurro nocturno
que guardaba
noticias de hiel,
dolor
en la fibra de la historia..
salí del paraíso
tenía sed de alegría...
era feliz y pleno
cuando dos ojos
se clavaron en los míos
cogiéndome fortuna,
ilusión...
luego,
partió con la noche,
con el auto del infierno
dejándome solo
sin ojos
ni sueños
ni ilusión...
partí
grité
lloré
hasta que el alma se hizo flor
ante el Sol de la vida...
partí
y supe que la vida
traía un nuevo día
en una noche de hiel,
dolor
y recuerdos sin raíz...

san isidro, noviembre del 2007

Tuesday, November 13, 2007

el muerto


hoy se murió un amigo
tenía mas de ochenta...
ciego
duro de morir
pero tieso quedó
con ojos de pez
echado en un mar de sudor
y recuerdos hermosos

le vi después de morir
estaba en los ojos de su hijo,
en la tarde seca de su aliento
estaba allí
para mí
mientras un auto entra
toca la bocina
y escupe una lisura

le siento aquí
aunque esté en todas partes...

hoy se murió un amigo
hoy ha muerto
una parte de mí...


san isidro, noviembre del 2007

Monday, November 12, 2007

personajes


tenía hambre y salí a la calle a comer un pan con chancho con us café y su buena atención. necesitaba estar con gente aunque nunca la halla visto. esto de estar encerrado escribiendo cuentos, novelas, poemas, o mirando la televisión es algo que agota y llega a hastiar... y allí estaba, sentado en una mesa cuando un hombre se sentó en mi mesa. siempre fui tímido y medio cobardón, por lo que no hice nada. le miré, saludé y continué con mi café y mi pan con chancho. llegó el mozo y pedí otro café, pero esta vez deseaba hace una sobremesa, mirando a la gente que entraba, salía o que aún permanecía sentados, cenando o mirando a la gente como yo. de pronto sentí como un sonido en la mesa y recordé al hombre sentado en mi mesa. volví a sonreírle y saludarle con una bajada de cabeza, a lo japonés. el hombre siguió mirándome con intensidad. levantó la mano y observé que estaba escrito mi nombre en ella. luego, levantó la otra palma de la mano y leí números. me fijé bien y eran mi fecha de nacimiento y una fecha futura, algo así como veinte años mas. ¿qué es esto?, le pregunté al hombre. este cogió un papel y una pluma y se puso a escribir. es mudo, pensé. luego me mostró lo que escribió, y leí: soy uno de los futuros personajes de usted, de su obra. me quedé sorprendido. le pregunté si deseaba comer o tomar un café. dijo que no, que estaba satisfecho. ¿qué es lo que desea de mí, señor personaje?, le pregunté. me dijo por escrito que tenía una historia para él. le escuchó, le dije y le escuché hablar por la primera vez. me encantó el tono de su voz y me quedé pegado en su historia. me dijo que había vivido en París y en Luxemburgo, y que se había casado una vez, que tenía una hija de trece años y que la odiaba porque no se le parecía nada. agregó otra historia de su madre y sus hermanos. casi los podía ver. era tan agradable escucharle... de pronto, se calló, se paró y sin decirme nada, se fue del café... le vi salir hasta subir a un auto y esfumarse como blanca nieves... me paré y pagué lo consumido. salí a la calle y empecé a caminar hacia mi casa. cuando llegué , ya tenía otra historia que contar. me senté en mi escritorio y escribí una historia. extrañamente no era la misma que escuchase a mi personaje, que al final del cuento fue uno de los menos importantes. cuando terminé, me levanté y fui a la refrigeradora a tomarme una cerveza. me la tomé y me eché a dormir, y en mis sueños encontré al mismo personaje, esperándome, sentando en un parque. me le acerqué y le saludé. este me miró y me dio un beso en las manos... gracias, me dijo. de nada respondí...


san isidro, noviembre del 2007

sentimientos de colores


veo desde lejos
una que otra mirada se cruza con la mía
deben de ser bellos, les pienso
deben de saber adónde van, vuelvo a pensar
una voz entra en mi atención
me dice qué es lo que pienso
veo, respondo y no miento
me mira y siento que dice algo duro, frío...
se da media vuelta y sale de mi atención
veo un grupo de sombreros
colgados sobre un palo dentro de casa
me gustan
parecen tener vida
como una flor de colores
pregunto al pensamiento
qué es todo ello
es un regalo, me dice la conciencia
¿para mí?, vuelvo a preguntar
es la apreciación de un instante vivo y mágico...
¿eres feliz?, me pregunta
no lo sé en verdad
pero es bello ver una flor de sombreros de colores
vibrando como una ruleta de circo...
cierro los ojos
un instante
una eternidad
y noto que puedo ser feliz
un instante
una eternidad
los abro y le digo a las paredes
al techo
a los sombreros
que soy feliz
un instante
una eternidad
una vida de colores que pintar...



san isidro, noviembre del 2007

Sunday, November 11, 2007

alegría



salía del taller cuando vi a un joven cruzando la pista. tenía el rostro lleno y alegre. podría decir que era un tipo feliz. quería hablarle, decirle que envidiaba su sana alegría, pero callé, no dije ni pío. seguí en mi auto cuando el mismo jovencito se acercó y me pidió un cigarro. no fumo, le dije. está bien, pero... ¿por qué me mira de esa manera?, preguntó. le respondí que no, que si en efecto le estaba mirando no había mala intención ni nada de esos espacios, al contrario; le dije que es bello mirar personas llenas de contento porque me hacen sentir que yo puedo lograrlo, y que si le era posible me dijese cuál era su secreto. el muchacho sonrió y me dijo que no tenía un secreto, que tan solo disfrutaba de la vida, que trabajaba y que tenía amorosos padres, y que si algo tenía de malo, eso era su salud porque tenía leucemia. callé y sentí pena. pareció que el muchacho se dio cuenta de lo que sentía y me dijo que no me sintiera de es manera, que no era necesario, que su vida sería breve pero que mientras la tenía alimentaba su alma, corazón, con largas y sentidas respiraciones, pues eso era la vida para él, una cadena de respiraciones... le miré y le dije gracias. de nada, respondió para luego alejarse de mi auto, seguramente rumbo a su hogar, con sus padres y amigos, y, su terrible enfermedad... le miré y sentí que veía a un hombre contento de verdad, aunque estaba condenado, como todos nosotros...


san isidro, noviembre del 2007

extraños queridos seres



tengo que decir la verdad... tengo que decir una mentira, una historia de niños y animales. tengo que salir a la calle y caminar por lo menos dos horas para fortalecer al corazón. tengo. tengo. ¿qué tengo?. un auto, mujer, hijos, dinero, trabajo, casa, amante, libros, cuentos... tengo, tengo... qué palabra de mentira me digo o pienso para mí cuando llega el medio día cuando escucho la voz de mi padre diciéndome que baje de las nubes para que empiece a laborar en su viejo taller de carpintería. ¿podemos hacer cruces?, le pregunto a papá. me mira y con un martillo y los clavos en la mano me grita que si no empiezo me va clavar en una cruz. me gusta la idea pero el rostro colorado de papá me asusta. bajo de mi cuarto y con una escobilla limpio todo el taller. de pronto encuentro un muñequito de madera. lindo el cosito. lo cojo y le hablo. este me mira así como todos los cuadros, todos los libros, en silencio. ¿eres arte?, vuelvo a preguntarle. me mira, y yo lo miro cuando siento un golpe en mi cabeza. volteo y es mi padre con su carota gorda y colorada, gritando cosas que no puedo entender porque aún me encuentro conversando con el muñequito. me paro y prosigo con la limpieza hasta que llega la noche. miro al viejo y ya no está. camino a su mesa de trabajo y veo una nota para mí. dice que guarde todas las herramientas antes de irme a casa. obedezco. termino y aún con el muñequito me voy caminando hacia casa. me detengo en una tienda y pregunto si tienen ropa para muñecos. no, responden con caras extrañadas y ojos sorprendidos como si vieran a un dios. me voy y saco del bolsillo al muñeco. llego a casa y encuentro a mi mujer. la saludo pero esta se queda callada, luego, alza la voz, diciendo lo mismo de todos los días... ¡la plata no alcanza!. entro a mi cuarto y antes saludo a mis dos hijos, ellos responden con un beso y siguen sentados frente a la televisión, hipnotizados por vivencias ajenas, pero mas sentidas que su realidad... los comprendo, huyen, como todos. entro a mi biblioteca y miro mis libros, cuadros, textos escritos, máquina de escribir... saco el muñeco y lo pongo junto a los libros... me siento mirándolos un rato cuando veo que el muñeco se levanta y camina hacia uno de los libros. lo abre y entra como si fuera su casa. escucho un jolgorio dentro de aquel libro. no sé si tocarlo, abrirlo, no sé, pero me paro y lo abro... es hermoso... o, inédito. en cada una de las páginas del libro aparecen personajes y todos ellos me hablan y repiten palabras. veo al muñequito que les cuenta su historia. me quedo escuchando hasta que alguien toca la puerta de mi biblioteca. cierro el libro y me levanto para abrir la puerta. es mi hijo con un libro en la mano. es bello, me dice. gracias hijo, respondo. quiero abrazarlo pero este me da un beso en la frente, y siento que alguien comprende mi vida, alguien, alguien, pero, nunca es suficiente, nunca, nunca, nunca...




san isidro, noviembre del 2007

Saturday, November 10, 2007

vencido


llegué temprano. una mancha de gente me rodeó y todos me dijeron lo mismo: tengo sed. abrí mis manos y les di cuanto tenía, pero ellos aún decían lo mismo... sus ojos decían tanto. uno de ellos cerró los ojos y vi sus lágrimas caer. me pregunté qué puedo hacer por todos ellos si ni siquiera yo puedo calmar mi sed. de pronto un calor surgió del fondo de mi pecho. puse mis manos sobre mi pecho y con los ojos abiertos vi mas allá de la gente y sus ojos y todo cuanto antes percibía. vi mundos girando... seres alados de formas humanas. vi una nave llena de luz girando alrededor de uno de los mundos. y cuando estaba por querer entender, todo se hizo negro, y luego, vi a la gente con sus ojos brillantes y sus caras saciadas y sus voces calladas, y todo su ser llenos de paz... empezaron alejarse cuando vi al joven que había llorado sonreír como un niño, y fui muy feliz verle así... y cuando estaba solo en este lugar, miré hacia el techo del mundo y vi una mano inmensa, cogiéndome como polvo... la mano se cerró y al fin pude sentir que todo acababa, así como los poemas, así como el día y la noche. así, solo así terminé...


san isidro, noviembre del 2007

Friday, November 09, 2007

mes


conversaba con un amigo y me decía que un mes se pasa volando. estaba a punto de viajar lejos, tanto que ni imaginaba el lugar... aunque había escuchado el lugar una vez: BELEN. le pregunté para que iba. me dijo que deseaba mearse en los lugares sagrados. estás loco, le dije. si, respondió. cómo puedes sentirte luego de que has pasado por todo lo mío. le miraba la cara. estaba llena de sangre. sus manos estaban sin dedos y su cabello era un araña negra quemada. se paró y con un cuchillo hizo una cruz en la tierra. estábamos en un parque lejano al centro de la ciudad. de pronto se puso a mear. me dio risa escucharlo decir: así, así se mea cabrón de Dios, así... el pito de un policía nos sacó de la realidad pues, tal como mi amigo, estaba meando toda la cerveza que habíamos tomado luego de la golpiza que nos dieron unos borrachos, dejándonos llenos de dolor por todo el cuerpo y sin un puto mango. mi amigo volteó ante la llamada del policía y preguntó qué diablos quería. este cogió su garrote y le dio un mazazo en el pene, haciéndole caer como un viejo árbol, aunque no se quejó nada. me dio mas dolor que si me lo hubieran dado a mí. cogí una piedra y se lo tiré en la cabezota del policía. este también cayó como una olla de sopa... le miré y le seguí pateando hasta dejarlo lleno de sangre. me dio tanta rabia... levanté a mi amigo y lo cargué hasta llevarlo a nuestro auto. lo subí y arrancamos rumbo hacia su casa... mientras manejaba mi amigo despertó. ¿adónde me llevas?, dijo. a tu casa, respondí. no, me dijo. llévame al puerto que un barco zarpa de madrugada, y si gustas te vienes a BELEN junto conmigo a seguir con la meada. le dije que no, que tenía que trabajar, que mi familia me necesitaba, que esto y lo otro... cojudo, me dijo. y con una sonrisa larga y ensangrentada me dijo que no era un hombre. no le hice caso y seguí manejando rumbo al puerto. llegamos y lo ayudé a bajarse. un hombre vestido de negro y de piel del mismo color, pero mas negro, lo recibió diciéndole: nos vamos amo... ¿eres su esclavo?, le pregunté al negro. este me miró a los ojos y sentí que volvía a la lucidez. ¿eres el Diablo?, pregunté. sonrió y no dijo mas. cogió a mi amigo que se mecía como muñeco porfiado, y se lo llevó hacia uno de los inmensos barcos del puerto... me hubiera gustado despedirme, pero este parecía no escucharme. adiós, le dije con el pensamiento y me di media vuelta hacia mi auto. subí y arranqué rumbo hacia mi casa. llegué de amanecida y recordé todas las cosas que hicimos aquel día... fue todo casual. estaba laborando cuando mi amigo llegó con un almanaque del mes. hola, me dijo. no lo reconocí pues estaba lleno de heridas tal como les conté. pero al verle los ojos, le recordé. me habló de sus planes del mes, de día anterior y que este mes lo había cambiado totalmente. ¿en qué?, le dije. sonrió y me dijo que toda su familia había muerto por llegar borracho hace un mes. fue una casualidad. salió temprano y dejó la cocina de gas encendida. cuando su mujer e hijos fueron a encenderla, explotó, y todos volaron por los aires del edificio... el aún estaba ebrio, tirado en una banca al frente de su casa... se había quedado dormido sentado esperando el bus que lo llevaría a su trabajo. y cuando volvió en sí, vio el infierno... quiso gritar pero no pudo. todo su apartamento estaba incendiándose. entró como pudo y unos vecinos lo detuvieron. se puso loco y vio a su lado tres bultos, y vio las manitas de sus hijas y el brazo chamusqueado de su mujer... se paró y se metió a un bar. nunca mas volvió a su casa, pero una noche se le presentó el negro vestido de negro. soy tu esclavo, le dijo. mi amigo sonrió y dijo que sí. ¿nos vamos a BELEN?, preguntó. sí, respondió, antes voy a despedirme de unos amigos... y eso estaba haciendo hasta que me encontró. le creí en parte, hasta que le vi desaparecer con aquel negro... desde aquel día nunca mas lo he vuelto a ver, pero cada mes voy al puerto por si acaso vuelve él, o su esclavo, el negro...



san isidro, noviembre del 2007

Thursday, November 08, 2007

islas infinitas....


por los mares de pasiones
por cielos estrellados de sueños
busco la verdad
cara a cara
pecho a pecho
aliento a aliento

no lo siento
no lo veo
¿vivo?
¿muerto?

sigo sin cesar este viaje
con destino negro
como la puerta de los sueños
hay una isla que deslumbra mi conciencia
habitan estrellas, niños y hombres sin cabeza...

llego
piso tierra
siento que me deshago entre la arena
veo y dejo de ver
oigo sonidos como olas entre rocas

muero en una isla
donde se entrecruzan sueños y realidades
muero aunque respiro
muero
siempre muero
aunque sienta el aliento
ya no en mi pecho
no
no
en el aire
en la costa
en la piedra y las olas
en cada pedazo de existencia...

¿vivo?
si
siempre si
aunque la isla se deshaga
entre la bruma
y los cielos se hagan sueños
y este ser
vuelva al sendero
negro como el fondo de una cueva ...


San isidro, noviembre del 2007

poema de una tarde de sol y remanso



sentado frente al fono
quise gritar
matar
escupir
a quien me dio dolor, mentira

supe esperar
supe decirme
mientras mis aguas oscuras
encrespadas por la vida
seguían el dolor de ahogo,
el saber poco...

ya frente a mi
dije tres palabras
luego las olvidé
repetí otras mas
luego olvidé
todo dolor y ahogo...

una vida es tanto
como la noche sin razón de brillar

una historia contada, escrita
sombras de lo que fue
y que nunca volverá...

sal de tu hogar
y siente el calor de este Sol
y la bruma de una tarde
que agoniza
con una sonrisa...


san isidro, noviembre del 2007

Wednesday, November 07, 2007

recuerdos


sentado en la puerta de la casa de mi juventud, me puse a recordar todo, todo lo pasado y sentí nostalgia... vi a jóvenes subiendo y bajando de un bus que los llevaba a la playa. vi los rostros de la gente mas hermosa del mundo. vi, vi tanto que me puse a escribir acerca de esto llamado vida. que no es otra cosa que los pasos mas sentidos que damos en la existencia. me gustó todo lo que pasaba y escuchaba cuando llegó el auto que me llevaría a mi casa. me paré de la puerta y corrí a tomar el bus. ¿va a la playa?, pregunté al chofer. me miró como a un borracho y tan solo dijo si iba a subir o no. subí en silencio y mientras me alejaba de una parte de mis pasos por la vida, escuché una canción por la radio del bus. era la misma que me llevaba a la playa con mi hermano y amigos y amigas. supe que estaba viajando al mismo sentimiento que tuve cuando joven. seguí escuchando hasta que la música terminó. bajé del bus y seguí caminando hasta llegar a mi cuarto. las luces de la casa estaban apagadas. vi mi sombra entornada por la luz de un farol. la vi y me dijo: cuánto has cambiado viejo. pareció que la sombra me escuchó pues, esta se puso a saltar y dar vueltas por el suelo, como un muchacho borracho. lo haces bien, le dije a mi sombra. de pronto, la sombra, se puso a cantar, la misma canción que escuchara en el bus... sigue, le dije, y esta siguió. cerré los ojos un instante y cuando los abrí, las luces del día estaban despintando la magia de la noche, y de mi sombra... escuché a las aves piar y sentí la misma melodía cuando joven... corrí y entré a mi cuarto. encendí la radio y escuché música. lamentablemente no era la misma, aunque esta era bella, como una tarde de verano en un día domingo... me acosté y dormí y soñé cosas lindas, así como esta historia que no se si existió o lo soñé... no lo sé, pero no importa, nada importa si no tiene historia y un sentimiento guardado bajo la sombra...


san isidro, noviembre del 2007

Tuesday, November 06, 2007

LIBRO PREMIADO


estuve leyendo un poco cuando observé en uno de los diarios de la ciudad y luego en la Internet que un señor llamado J. Littel había ganado el premio Gouncord 2007 de novela. esta nota decía que el autor contaba con cuarenta años y era hijo de un escritor de novelas policíacas y que durante su juventud había ayudado en las guerras de moda o las mas publicitadas. y que su novela de mas de novecientas páginas la había terminado en cerca de siete años, que estaba casado con una belga y tenía dos hijos, que vivía en España, que hablaba entre el francés, el ingles, español, alemán, hebreo y otros, y que el gobierno francés le había dado al autor judío-americano la nacionalidad francesa, ya negada hacía dos años. este señor era una persona famosa, reconocida y muy contento, imagino... sus libros se vendían como la coca cola, y recién había sido traducida al español por la editorial DEL NUEVO EXTREMO. en fin le tuve una gran y sana envidia por todo esto.

me veía a mí, sentado día a día, y, noche a noche escribiendo cuentos y poemas, pues para la realización de novelas se requiere de mas tiempo y dedicación y algo así como las ganas porque sí... y aunque ya había realizado una novela en poco tiempo, pero sin ningún reconocimiento ni menos fortuna, el vil metal en otras palabras, no sentí nada especial no singular como sí lo siento cuando escribo cuentos y poemas...

ante esto me puse a pensar, luego de estar leyendo una antología de escritores norteamericanos, y me dije si mi literatura tendría alguna fortuna o destino. me contesté que no lo podría saber enseguida. primero, porque no me gusta estar cerca a mucha gente, menos la fama y muchísimo menos las obligaciones superficiales, esas en la que se comprometen los escritores cuando tienen que promocionar sus libros en todo el mundo, aunque no les guste caras nuevas o el dinero. bueno, pensándolo bien, no es tan mala mi situación en ciertas circunstancias negativas o ahorcadas, impuestas...

salí un rato por el patio de mi casa y me puse a mirar las frías veredas de las calles, sus postes iluminados como velas de una torta de concreto sin nadie mas que la noche como invitado... sí, era magia entre la magia de un artista desconocido, de un ser que no puede ser diferente a sí mismo, que encuentra en sus pasos una huella o el sentido luminoso de su dulce interior, de su corazón... ese soy y aunque jamás sea nada para los que salen en las páginas y en la web, seré iluminado por la vida misma que cada noche me brinda la oportunidad de sentirme pleno, como esta noche en que el silencio y el ruido de uno que otro auto apurado me dicen que me valla a descansar, que ya di el jugo que emana de mi ser interior y que es para la noche y para ti y para mí... no sé para quién mas podría ser... quizá para J. Littel, si es que lee estas letras... sí, puede que sí...


san isidro, noviembre del 2007

Sunday, November 04, 2007

estampas


apagué la luz de mi cuarto y me fui hacia la ventana a mirar la calle, la gente, los autos, gatos, etc... escuché los gritos o alzada de voz de mujeres. agucé los oídos y escuché que todos discutían por unos documentos perdidos. una de la mujeres decía, casi llorando, que necesitaba sus documentos al instante o perdía el trabajo. otra decía que su marido estaba tras la puerta o en la esquina esperando a que cobrara su sueldo semanal. supuse que todas estaban en una empresa. miré mejor y pude ver la sombra de un hombre que no cezaba de caminar de un lado hacia otro porque todos estaban dentro de un cuarto. de pronto las luces de toda la ciudad se apagaron. escuché gritos de las mujeres dentro del cuarto. escuché el correr de personas por la calle. las luces de los autos llenaban la ciudad de sombras y seres fantasmales... cogí una linterna y la encendí... apunté hacia el departamento de las mujeres y vi que no había nadie... la puerta estaba abierta. supuse que todos se había ido a sus casas. imaginé a la mujer por su dinero, sus documentos, etc. apunté las luces hacia la calle y vi a una mancha de gente que corrían juntos por la vereda, me dio la impresión de ver una araña. dejé de ver por la ventana y apunté hacia mi cuarto. allí estaban mis libros, mi novela inconclusa, mi billetera, ropa y mas cosas. apagué la linterna y sobre oscuras me arrastré hacia mi cama... me cubrí con mis frazadas y dormí, y cuando ya estaba soñando las luces de toda la ciudad, incluido mi cuarto, se encendieron. quise dormir, pero no fue posible. me levanté y fui nuevamente hacia la ventana. miré hacia el cuarto, pero tan solo vi al hombre, solo, y estaba echado en el piso. pensé que estaba mal herido, pero al ver que movía una pierna y sus brazos, supe que estaba mejor que cuando lo viera por la primera vez. apagué las luces y volví a la cama, y tuve un sueño. este sueño trataba de un grupo de señoras vestidas todas de negro, y cada una de ellas me daba una estampita indicando la muerte mía. ¡pero este soy yo!, grité. todas me miraron y sonrieron como quien acaba de contar una broma, y siguieron repartiendo estampas... ya mas tranquilo, miré una de ellas. vi la foto y había otra persona. busqué un espejo, pero no había uno solo. miré nuevamente la foto y mientras la observaba empezó a esfumarse la imagen... quise despertar y con gran esfuerzo, abrí los ojos y la conciencia...


san isidro, noviembre del 2007

Saturday, November 03, 2007

nuevos encuentros...


estaba escuchando al doctor. me dijo que estaba bien. pero, me duele la cabeza, en este lado de la oreja doctor, le dije. me miró, escribió sobre un papel y con una sonrisa estirada y especialmente apenada, volvió a decirme lo mismo. gracias, le dije. le pagué y salí del consultorio. mientras pasaba por los pasillos del hospital, vi a tanta gente enferma que casi me sentí mejor. vi a un hombre tan delgado y viejo y mal vestido que me dije: no jodas, hay peores que tu. sonreí de mi suerte hasta que sentí unos mareos producto de la gente enferma. aceleré mis pasos hasta llegar a la calle. busqué un auto que me llevara a mi casa pero todos los que pasaban estaban apurados y llenos de personas. así estuve por varios minutos hasta que decidí caminar y caminé. pasé por un barrio de gente extraña porque todos vestían con el mismo tipo de ropa... pensé que estaban o pertenecían a una logia o a un grupo grande musical. seguí caminando hasta llegar a un restaurante. olía bien y me puse a mirar la ventanilla. habían varios patos asados y trozos de chancho colgados sobre un cordel. vi al cocinero con un hacha cortando verdura, vestía de blanco pero por ese mismo detalle se le veía asqueroso porque su traje era una pintura surrealista. decidí no entrar cuando de pronto me detuve en mitad de la calle, y pensé: ¿por qué siempre decido? ¿es un regalo o maldición? si acierto está bien y mi futuro estará cerca de mis mas bellos anhelos, y si no, bueno, quedaré como la inmensa mayoría perdedora... me sacudí de mis razonamientos y seguí caminando, me di cuenta que el pensar era como cargar arena sobre un río. una señora pasó por mi lado y era tan bella que no me resistí en saludarla. no respondió a mi saludo y me sentí rechazado y marginado, un insecto. iba a insultarla. la seguí y cuando estuve casi a su lado, la bella mujer me dijo el porqué la perseguía. le dije que porque me daba la gana y eso no estaba penado. la miré con intensidad como dispuesto a disparar balas con mis ojos. la pobre me pareció que se encogía y empezó a retroceder diciendo que yo estaba loco. me dio pena pero no vergüenza y seguí mi camino hasta llegar a mi casa. ya estaba cerca cuando vi el cuerpo hermoso de una mujer hablando en un teléfono público. me detuve y me le acerqué hasta llegar casi a rozarla sin que se diera cuenta, e hice algo que nunca me lo hubiera imaginado. ella estaba de espaldas y con mis manos, le tapé los ojos y le dije: ¿adivina quién soy?. sentí la tibieza de su cuerpo pegada al mío, y sus manos que tocaban las mías, y sentí por un momento que ella era la mujer de mi vida. volteó y cuando le saqué mis manos, su cara se metamorfoseó... retrocedió mientras le decía que me había confundido, pero ya ella se iba alejando como si viera a un fantasma. seguí mi camino hasta llegar a mi casa. las luces estaban encendidas, ya era de noche. toqué el timbre y salió mi esposa. la miré, le di un beso en los labios y mientras mis dos hijas me hablaban, sentí que era el hombre mas raro del mundo, o, quizá, el mas singular... dejé de pensar y me senté en la mesa a cenar...


san isidro, noviembre del 2007

Thursday, November 01, 2007

tres signos


veía el auto delante de mí. tenía unas letras impresas en la ventana posterior. decía: tres signos. me gustó lo que podría significar y me puse a imaginar en todo lo que significaría. primero me acerqué al conductor con mi auto. era un hombre de mas de cincuenta años, usaba un sombrero pequeño. era extraño porque hacía calor y no se le veía bien. supuse que tendría que ver con las letras posteriores. miré la marca del auto. era una camioneta azul, aproximadamente del año 1990. la marca era japonesa. miré las llantas, estaban bastante gastadas y percibí que el dueño era bastante sucio o descuidado, al menos con su auto porque noté que los asientos estaban gastados y sucios. vi que tenía unas cadenas colgadas en el espejo retrovisor y le faltaba una de las luces posteriores... de pronto, el conductor se quitó el sombrero y vi que no tenía cabello, y en su cuello colgaban muchas cadenas con cruces de diferentes tamaños. pensé que era un religioso o algo por el estilo, o un brujo, o, simplemente una persona extravagante. ya me iba a adelantar cuando vi que el auto aceleraba y volví a ver las letras impresas: tres signos. decidí seguirlo y así lo hice. rodamos por varios distritos hasta llegar a un pueblo alejado de la ciudad, un pueblo joven y sin pista, tan solo tierra asentada. no había mucha luz por los alrededores y las casas eran bastante pobres. vi a gente sentada en la puerta de sus casas. la mayoría era gente mayor, rodeados de niños y gente joven... al final de aquel lugar había un pequeño parque y allí mismo, el auto azul, se detuvo. vi al hombre bajar y entrar a un bar. me detuve a cierta distancia y me senté en el parque que estaba lleno de gente joven, bastante pobre por cierto que no dejaban de mirarme, a mí, y a mi auto. me asusté y pensé que había cometido una locura. ya estaba parándome cuando uno de los muchachos se me acercó y me dijo si yo era de por allá. le dije que no, que estaba paseando, nada mas. el chico se rió y sus amigos también se rieron. pensé que estaban locos, pero al oler el humo de la marihuana supe que estaba en peligro. seguí caminando hasta llegar a mi auto. lo arranqué y cuando estaba por partir vi al hombre del auto azul entrar a su auto... no lo pensé mas y partí sintiendo que hacía las cosas mas irracionales del mundo... de pronto, vi que el auto azul me seguía. aceleré y este también lo hizo. no pude aguantar mas y me detuve en un lugar donde había un gran letrero lleno de luz. salí del auto y el auto azul siguió su camino. me sentí aliviado y cuando estaba por partir, leí el letrero y decía: tres signos, su pueblo... me reí y partí rumbo hacia mi casa... y mientras avanzaba vi como el auto azul desparecía por las sombras de la noche...



san isidro, noviembre del 2007