Wednesday, October 24, 2007

amigo sentimiento




Ordenador y más ordenador. No es lo mismo que una página en blanco, es más expectante. La página es como mas suave, espera con paciencia mientras que el ordenador te mira y te mira esperando de ti algo, una gota de vida en tus letras. Eso sentía mientras escribía lo que saliera de mí, cualquier cosa. La vida que pasa a través de mi vida es así, un constante movimiento que sigue y seguirá mas allá de cuando terminé de respirar, por ende, muera.

Una amiga me dijo que era un milagro que yo escribiera día tras día. No supe qué responderle. Seguí escribiendo sin parar como cuando una abre la puerta a la calle y entra quien sea. Puede que sea un indigente, un vecino, un gato, una cucaracha o simplemente nadie o el aire. Eso es lo que pensaba y supe que debía parar de escribir porque no tenía nada que decir.

La noche seguía su curso. El silencio se hacía más denso cuando un sentimiento salió de algún lado de mí… ¿Quién eres?, pregunté. Este me miró a los ojos y supe que era algo bueno. No podría describirlo. No era una forma, algo así como una nube… Un aire puro con aroma a paz. ¿Puedes ayudarme? Asintió. Quisiera ser… No pude terminar de hablar o decirle al sentimiento, pues no sabía qué era lo que quería ser. De pronto, el sentimiento se puso cerca de mis pies y me los beso como si fuera una Magdalena. Le pregunté el por qué hacía eso, pero mientras lo hacía, el sentimiento se hacía mas y mas real hasta tomar la forma de una niña. ¿Qué eres?, volví a preguntar, a lo que la niña sonrió y como si fuera un ave empezó a flotar por todo mi cuarto y cuando vio la ventana abierta salió si decirme nada… pero percibí que era muy feliz. No sé, pero desde que la he visto salir de mi cuarto y desparecer por una de las casas de los vecinos siento algo raro, sobre todo cuando veo a los niños. Les sonrió y ellos de devuelven la sonrisa. Me gusta eso. Por ello, cada tarde me siento en el parque de la ciudad y veo a todos los niños jugando entre ellos. Hay veces en que les pido a los padres si puedo jugar con ellos y cuando me lo permiten, me siento muy feliz, como si el sentimiento salido de una parte de mí, saliera un instante y me haría sentir como siempre quise sentirme, es decir, como un niño, un simple niño que juega entre niños en uno de los grandes parques de este precioso mundo… Y cuando termino de jugar, vuelvo a mi casa y espero a que venga la noche. Miro a través de la ventana y noto que de una u otra ventaba sale una luminosidad volando hacia las estrellas… Le digo adiós y el fulgor o sentimiento o niña-ave, me hace brotar de mi alma un aroma que me da una paz linda y preciosa… Y así me quedo durante largo rato por la noche hasta que bajo los ojos y siento que debo de escribir una linda historia de amor o de paz o de sentimientos en cuerpos de niños…



San Isidro, Octubre del 2007

pequeñas historias


toqué la puerta de esa casa. tenía miedo, jamás la había tocado pero todos los chicos me pidieron que lo hiciera, y ya, aquí estoy...

salió un señor vestido todo de blanco. usaba un sombrero y unas gafas negras. era alto, delgado y su piel era rosada. no supe qué decir, mis labios se congelaron y empezaron a moverse apenas el hombre me tocó los hombros. toma, me dijo y recibí de sus manos una bolita de color celeste, luego, cerró la puerta y yo me quedé allí, parado frente a su puerta con una bolita de color celeste. mis amigos estaban un poco lejos y sentí sus silbidos. me di la vuelta y caminé hacia ellos.


¿qué te dijo?, dijeron todos. nada, respondí. todos me miraron mal y lentamente se fueron. les vi caminando por la casa de ese extraño hombre para luego tirar una piedra por la ventana. el hombre no hizo mas que abrir la ventana rota para que todos mis amigos partieron como ratas frente a un gato, luego, sonrió y entró a su casa, cerrando la ventana rota...

me quedé mirando a lo lejos la casa del señor y luego volví a mi casa con mi bolita celeste.


los años pasaron y aun guardo mi bolita celeste. me mudé cuando ya era un adolescente y conocí a mucha gente, buena, mala, de todo. nunca me casé ni tuve hijos. ¿por qué?. nunca supe el por qué, tan solo seguí mis sentimientos y cuando me sentía muy mal, miraba mi bolita celeste y notaba que estaba desprendía un calor y brillaba como una estrellita de juguete.

una tarde en que paseaba por las calles, llegué a la casa del hombre de vestido blanco. la vi idéntica a como la había visto la primera vez. me acerqué y toqué la puerta. salió el mismo hombre, y me dijo lo mismo. esta vez le dije que le conocía de hacía mas de cuarenta años. el hombre sonrió y me dio otra bolita. esta era de color blanco. gracias le dije y luego, el hombre entró a su casa... seguí mi camino y vi mi bolita. me gustó mas que la que guardaba por tantos años. llegué a mi casa y fui a buscar mi bolita celeste. allí estaba y cuando las junté, ambas se unieron como si fueran dos gotas de mercurio. la nueva bolita era de color verde y esta comenzó a rodar como si tuviera vida propia. la seguí y vi que rodaba directo hacia la casa del hombre de traje blanco, y cuando llegó, vi que esta salía volando hasta entrar por la ventana como si alguien la hubiera tirado... vi que nadie abría la puerta ni la ventana. toqué la puerta pero esta sola se abrió. entré y vi que todo estaba abandonada. me sentí con pena y lentamente empecé a limpiar toda la casa. y así la pasé por varios días hasta que una tarde vi que alguien tocaba la puerta. salí y vi que era un niño. le dije que deseaba pero este tan solo me dijo que se le había perdido una bolita. entré a la casa y vi una montaña de bolitas de colores. le di una al niño y le vi alejarse muy feliz... desde aquel día siempre espero que alguien toque la puerta de la casa pues tengo muchas bolitas para regalar... y eso me hace muy feliz, mas feliz que los niños que se van con las bolitas de colores...


san isidro, octubre del 2007