Friday, May 06, 2011


la casa estaba limpia, el sonido del silencio calmaba mis pensamientos... a través de la ventana la noche era poesía, con sus estrellas y sonidos inexorables... caminé por toda la casa hasta llegar al jardín de los niños... ellos dormían plácidamente hasta que la luz de toda la casa se encendió... de una de las puertas del jardín salió el señor... miró a todos sus hijos y les llamó... todos corrieron hasta rodearle como una sola guirnalda... cogió a uno por uno y cada uno de ellos recibió un beso en las mejillas, luego, todos partieron a sus cuartos... eran tantos los niños que no supe contarlos... el señor cogió un saco muy grande, se lo puso y me llamó... me dijo que les cuidara, asentí... le vi partir de la casa en una noche estrellada mientras notaba que cada uno de los niños le miraba a través de cada una de las ventanas... lo aman, pensé... apagué todas las luces y me puse a caminar por toda la casa... fue extraño, pues, creí escuchar canciones jamas sonadas, dentro del silencio de la casa... me quedé así hasta que noté que aquel sonido hermoso, brotaba de cada uno de los cuartos de los niños del señor... abrí una de las puertas y pude ver que cada uno de ellos dormían, soñaban, cantaban, mientras respiraban una paz profunda y sentida... quise entrar en sus sueños, pero no era posible, no podía dormir, pues, mi labor era cuidarlos... así seguí hasta que me puse a mirar el cielo a través de la ventana... una estrella me dijo: ¿duermes o sueñas?... no lo sé, respondí... la noche dijo que estaba escribiendo un poema... no lo sé, respondí... y cuando la duda estaba en todo el universo, sentí que alguien entraba... traté de acercame pero, por cada paso que daba mi cuerpo empezaba a desvanecerse hasta esparcirse por toda la casa, como escarcha, para luego, disolverse por todo el espacio... cuando estaba junto a una estrella pude ver al señor mirarme, sonreírme, decirme: muchas gracias... de nada, respondí...