Saturday, September 15, 2007

poesías

la lluvia no ceza de mojar mis sentidos. puedo morir en paz. puedo vivir luchando por la paz. soy hijo de la carne y de lo eterno. mestizo divino. ten piedad, te ruego, anhelo ver mis raicez, llorar por el amor que tengo enterrado bajo el polvo del pudor. soy sensible y vuelo cada sueño que florece bajo el sol de la noche. soy un pedazo de eternidad y escribo sin dudar un instante, un instante, un instante... ¿puedes ser uno con la vida y la muerte? sé. simplemente sé. hay jugo entre cada poro de nuestras carnes. es simple ser feliz mientras respiramos bajo el monte de carne rociados por ríos de sangre... es así, puedes creerme...

en la vida de un poeta se le vienen a la mente tantas dudas de colores. tantas dudas que no se puede caminar por tanta valla por saltar. podría cantar el secreto mas grande, pero, ¿para qué? uno olvida siempre, es natural olvidar lo escencial y lo trivial. es natural vivir sin saber que la muerte está al lado de nuestro respirar... lo juro. voy a morir bajo montañas de ilusiones jamás realizadas. lo juro...

y si hubiera un momento en que pudiera escoger el fruto de la vida. diría que no, que no y no y no. soy una duda, una constante duda, sobre todo cuando escribo y escribo sin dudar... ven y lee mis textos escritos, son la cosa mas tonta, sencilla y si gota de pleonasmos ni cosas por el estilo. ven y lee, o, lee lo que algún día, escribirás...

Lince, septiembre del 2007




Dignidad


Les vi mientras manejaba rumbo hacia mi centro de trabajo. Me puse a pensar en sus vidas. ¿Serían sencillas? ¿Cuántos hijos tendrían? ¿Delincuentes? ¿Micro-Empresarios? La verdad es que parecían vivir en una sencillez envidiable. Me hubiera gustado saber cómo viven. ¿Tendrían casa? ¿Familia? Muchas cosas mas pensaba cuando sonó el móvil y todo aquel paisaje natural de seres humano se quedó en mi cámara. Luego, de hablar con un cliente, les vi pasar y allí les tomé otras foto. Esta era de perfil... Me gustó, parecían sentirse bien...


Tantos autos, llenos de personas, mientras estos dos personajes seguían su ritmo de vida, con una lluvia intensa, un frío desbordante y los ojos de gente que les miraba como quien ve a un perro cruzando la calle. Me gustó su sencillez y orgullo. Estaban ganándose el pan de cada día...
Lima, septiembre del 2007