Sunday, December 28, 2008

cuentos verdaderos


salía de casa sin mas ropa que la puesta. una pasta dental, un cepillo, una toalla y jabón. tomé un auto, antes dejé una carta a mis padres por haber dejado un futuro seguro para mi vida. mientras mas me alejaba de mi hogar y mi pueblo escuché la canción de un buen amigo. esto me hizo feliz dentro del dolor de las fauces de la soledad. sonreí y le hablé al vecino la buena nueva de la paz en todo el mundo. quería ser un buen siervo de dios. hice todo el intento... hice de todo: errar, acertar, perdonar, amar... vivir... la vida me dio la semilla de la paz dentro de mi alma. la pude cuidar mejor, pero, tan solo hice lo que estaba a mi alcance... ya en la cima de mi vida vi que todo tenía sentido cuando la paz era mi luz; la alegría mis pasos; el amor el aliento que respiraba. en otras palabras, aprendí a vivir en total plenitud... olvidando el momento en que empecé a entregar esta vida en las manos del amor, la paz y la verdad…


San isidro, diciembre de 2008

Friday, December 26, 2008

bullanguera

¡porqué me siento tan mal! hago trizas este instante de belleza sin igual. una madre lactante se posa sobre una mesa y grita a voz de cuello que quiere ligar porque se mueren de hambre. silencio en todo el antro en que respiramos, densamente. me paro y con unas monedas las pongo sobre sus manos llenas de basura, adornadas de un brazalete de oro, mucho oro... ¡gracias maldito gusano!, grita. se baja y con el niño aún en su pecho sale del antro en que existo yo y los demás. un paso, luego otro y otro. se va. se fue. bajo la mirada y sigo pensando en mi vida tan pesada y llena de eterna deudas... debe haber un alto en esta vida que cargo, pero nada. la gente continúa el ciclo que les ha cogido mientras yo sigo pensando en todo y todos... escucho voces lejanas. me paro y pido permiso a todos estos borrachos. salgo a la calle y sigo escuchando esas voces, a pesar de la bulla comercial y motorizada que late sin parar... veo un anciano pegado a una caja de verduras. me le acerco y le pregunto por aquella voz lejana. me mira y sin decir palabra entiendo lo que entiende. sigo andando hasta llegar a un cruce a de autos y gente. veo a una mujer hermosa y llena de oro. ¡qué rica!, pienso en voz alta. me escucha y me ve a los ojos. sus ojos lanzan fuego, queman... se me acerca y me muestra sus dientes amarillos pero no dorados como el oro en su cuello y dedos y brazos. empequeñezco. soy un gusano de costra. salgo de allí como el humo a través del gentío. llego a otra esquina y siento que ya es hora de mirar la hora. las cinco. miro al cielo. azul. azul casi verde. me gusta la pintura del creador y siento que es muy buen pintor, escultor, pensador, jugador... sigo la inercia de la vida y llego a una casa. toco el timbre. sale una manada de mujeres menores de doce años. niñas, muchas niñas. las veo alejarse y puedo escuchar mi nombre: ¡padrecito!... ¿es esta mi casa, mi hogar?... entro y veo a una mujer vestida de verde como el cielo hace un momento. me llama y tiene un niño en los brazos, lactando... le miro a sus ojos, su cuello y recuerdo ese momento en que le daba unas monedas en sus manos sucias y llenas de pesado oro... respiro y tengo ganas de soñar y luego despertar y ser otra persona que no tenga nada que ver con la realidad que cargo sobre las ruedas del tempo...


San isidro, diciembre de 2008

poema muy triste

cabeza duele
manos enhiestos de artríticos huesos
se huele a bondad
a poemas muy tristes...

duele el alma
toneladas de un pasado solitario...
un monte se ve en la cima
una cruz brilla en el cielo
muerte al dios de los muertos...

hay penas inmensas
las cejas se unen en busca de verdades estudiadas...
baja la luz hacia la mar
un viejo grita en su penúltimo aliento
todo el mundo calla por curiosidad
es la vida que se va
es la muerte que se va
es un poema muy triste sin piedad...

san isidro, diciembre del 2008

Thursday, December 25, 2008

enorme amistad

recuerdo ese momento. le vi lleno de canas, grasa y sin lentes... siempre enorme. derrotado era la palabra. le hice pasar a mi casa. hablamos del pasado, del presente, pero no del futuro. ¡éramos tan viejos!. quise contarle tantas cosas, de mis sueños, ilusiones, verdades, etc. pero no, tan solo le escuché su dolor sepultado en vida. pasaron horas y él seguía hablando, hablando, hablando, lentamente y sin parar... llegó la tarde, luego la noche y este seguía hablando. mis ojos se cerraban, estaba entre el sueño y lo real, escogí el sueño y dormí... cuando abrí los ojos mi viejo amigo no estaba. lo llamé por toda la casa pero tan solo escuché el eco de mi voz. recordé ese momento en que entraba a la casa del sueño su rostro se borraba entre imágenes lejanas... unos estaban mis hermanos, siempre sonrientes y llenos de juventud. sí, todo momento fue increíble para mi vida, enorme...

san isidro, diciembre de 2008

Sunday, December 14, 2008

los regalos


tenía ojos nuevos. veía aunque antes también pero no tan bien como ahora. mis ojos nuevos tenía color verde como las germinales plantitas. el centro era un universo o el centro del mismo. mis pestañas eran largas y arqueadas. mis párpados delicados como los labios de una reina. era muy feliz con mis ojos nuevos hasta que llegaron mas regalos y todos eran nuevos... mis manos, mis piernas, mi pecho, mis brazos, mis pelos y vellosidades, mi sexo rodeado de un extraño misterio creativo... era tan feliz hasta que llegaron mas regalos... una pequeña nube bajó hasta mi ser y una voz salió del centro de mi bello pecho y dijo: esta es tu alma, corazón, dios, lo que desees llamarle, pero es lo más que debes escuchar y amar... no seguí escuchándome y cogí la nube, pero esta no se dejó tocar e inmediatamente se metió dentro de mí. algo extraño sucedió... pues al dejar un cachito abierta mi vida, entró otra nube, esta era sombría, rumiaba como vaca y tan solo repetía una palabra... la mía, como un espejo, un eco y siempre inquieta como mis sueños... también entró dentro de mi vida... no quise mas y cerré las puertas de mi vida con cara de sorpresa. de pronto tuve un gigantesco sueño y dormí profundamente. soñé que conocía una parte de mí mismo, pero esta tenía formas diferentes, quizá mas como las flores, o como toda la belleza que anhelaba... desperté y allí estaba el sueño echado a mi lado... me miró y me abrazó sin decir una sola palabra. mis manos, piernas, etc., todas se unieron a sus manos, etc. sentí como que todo era para sentirme mejor... me levanté y escuché miles de voces, infinitas y todas decían cosas diferentes... al final de todas escuché a mi alma, y esta decía: espera y escucha... el ser creado por mis sueños estaba a mi lado y parecía escuchar a mi alma. no sabía que hacer así que me puse a seguir durmiendo... abrí los ojos y no supe si soñaba o no... decidí. decidí y fue, por la primera vez, pues, esta vez, olvidé cómo hacía para ser feliz... tenía todo pero al mismo tiempo no tenía nada... pedí ayuda a mi sueño, pero esta nada, perdida como yo... corrí sin parar hasta llegar a la cima mas alta y en ella suspiré profundamente. miré al cielo y escuché la voz de mi alma, repitiendo: espera y escucha. cerré los ojos pero no dormí ni soñé, esperé y... al fin, te escuché y te vi... estabas allí, leyéndome... fue, una gran alegría...


san isidro, diciembre de 2008

Thursday, December 11, 2008

el sueño

daba vueltas por la cama. a mi lado izquierdo estaba la almohada roja, a mi derecha la azul... sábanas blancas, algo afrancesado para mi gusto pero no para quien arregla mis cosas. estaba oscuro. miré el reloj. las tres menos quince. me levanté y sentí los años tras mi espalda. recordé el último sueño, hermoso como la vida... mi mejor amigo tenía una silla voladora. ¡préstamela!, le grité. con una amplia sonrisa me la dio. la cogí sin decrile gracias y salí a viajar por el mundo. llegué a una bella concha de arena y mar, de gente hermosa y desnuda y sin pásticos sentimientos de pudor, una playa onírica. bajé y me lancé a nadar. vi un pez que con sus grandes aletas me llamaba. fui y este me cogió de la mano hasta hundirme a las produndidades azules de la mar. podía respirar, pues, soñaba... llegamos hasta un espacio lleno de plantas de colores fosforescentes. muchos niños y niñas jugaba en aquella profundidad. me miraron y gritaron: ¡el soñador!... sonreí y les saludé con una mano que brillaba como si fuera una estrella de carne. el pez siguió mostrándome toda aquella belleza hasta llegar a una cueva. entré solo pues éste me dijo que aquel lugar era sólo para mí. al incio era oscuro y estrecho, pero a medida que entraba se hacía ancho y brillante... vi una cama, almohadas rojas y azules, sábanas blancas y limpias... un cuerpo negro lleno de quemaduras ocupaba dicha cama. ¿quién eres?, pregunté. este despertó de su descanso y dijo que era mi peor pesadilla... entiendo, le dije y conversamos acerca del despertar y los preludios de la mañana. me dijo que amaba la música y en ese instante empezó a cantar y a medida que lo hacía le salían burbujas de cristal por la boca, hermosas como campanas navideñas... sonreí y le dije que sembrara semillas de su canto bajo la tierra para así salir de aquel extraño mundo de las pesadillas. gracias, dijo para luego volverse a descansar, esta vez con una bella sonrisa. salí de aquel lugar y vi al pez esperando mi salida. salimos y llegamos a la superficie. mucha gente esperaba mi salida de la mar, todos desnudos, y apenas me vieron, gritaron: ¡el soñador!. sonreí, cogí mi silla voladora, me despedí de aquel pez que lentamente se metamorfoseba en un hombre lleno de arrugas y cabellos balncos y diciéndole adios, viajé a mi casa... empezaba a amanecer y los trinos zumbaban mis oídos. la luz perforaba la magia de mis ensueños. era el día, otro mas, otro mas y no sabía si habría otra noche mas pues, para un soñador tan solo la noche o la oscuridad alimenta su interno universo...

san isidro, diciembre de 2008

Wednesday, December 10, 2008

sombrerías


eran mas de la media noche. mi madre dormía como un lirón, mi perro aullaba cada vez que escuchaba la serena de una ambulancia. todo era normal hasta que alguien tocó la puerta de casa. eran más de la media noche pero sin temor a nada ni nadie bajé y abrí la puerta sin mirar nada. nada, nada, silencio y la luz de un faro lejano y amigo. cerré la puerta y escuché unos pasos que subían las escaleras. no tenía miedo a nada. seguí los pasos de aquello y llegué hasta la casita del perro ubicada en el techo de casa. mi perro aullaba en el piso inferior y yo miraba al fondo de la casita del perro. vi dos puntos brillantes y un humo que brotaba del fondo de la casita, pero no tuve nada de miedo. entré a la casita y encendí con un fósforo el pequeño lugar. vi sombras, pequeñas y con formas extrañas. una de ellas me dijo que cómo no tenía miedo. respondí que no lo tenía porque esto era un cuento. todas las sombras, muy pequeñas rieron sin frenar. salí de la casita y bajé a mi cuarto. abrí mi lecho y me puse a leer un poco. ¿qué lees?, escuché una voz. era una de las pequeñas sombras que estaba a mi lado. le conté que era la correspondencia de Baudelaire. ¡ah!, dijo. seguí leyendo hasta quedar dormido. cuando abrí los ojos aún estaba oscuro. busqué mi libro pero no lo encontré. pensé que se lo habían llevado las sombras. subí hasta el último piso de la casita del perro y sin miedo entré. ¿han visto mi libro?, pregunté. sí, respondieron todos... es mío, les dije. risas, muchas risas... sonreí y salí de aquella casita hasta llegar a mi cuarto. aún estaba oscuro. me tumbé en la cama y dormí... escuché unos cuchicheos pero no quise hacerles caso... siguieron hasta que lentamente se disolvieron con el despertar del un nuevo día... abrí los ojos y vi mi libro al lado de mi cama. lo cogí y seguí con mi lectura.

san isidro, diciembre de 2008

el corredor


me puse mi mejor camisa y salí en busca del amor. las calles estaban llenas de gente hermosa. los autos eran un arco iris de latas. las flores olían a un cielo perdido. mis piernas corrían sin sentir el piso. todo era un sólido cielo cuando una mano detuvo mis pasos. ¿quién eres?, preguntó la inmensa mano. le dije mi nombre y esta me dejó seguir en mi carrera... todo el día corrí. mis ropas mojadas seguían pegadas a la carne, mis sueños esperaban mi cansancio. todo era una realidad a punto de reventar en trozos de ideas... vi al final mi destino. detuve mis pasos y lentamente gateé hasta llegar a esa casa de ventanas iluminadas. toqué la puerta y esta se abrió. entré y escuché una voz hermosa de mujer diciendo que pasara y me diera un baño. entré y fui al baño. en una silla vi ropa nueva de mi misma medida. me bañé y me vestí. salí del baño y vi una mesa servida llena de comida y bebidas. había mucha gente elegante, entre hombres, mujeres y niños. di un paso hacia aquel comedor pero algo dentro de mi me dijo que no, que mejor saliera y siguiera corriendo hacia otro lugar. la puerta estaba abierta y antes de irme les dije adiós. todos respondieron con mis mismas palabras, agitando sus manos. salí y corrí perdiéndome en la profunda oscuridad de la noche... corrí y corrí hasta llegar a un lugar mas hermoso que el anterior. toqué la puerta pero no se abrió. ¡no!, escuché gritos. entré y vi a muchos ancianos tirados en un piso lleno de moho y telaraña. cogí a cada anciano y los puse en sus ruinosas camas. cogí una escoba y barrí toda la casa... el día llegó pero yo seguía limpiando hasta que escuché una voz que me decía: ¿quién eres?. le dije mi nombre y salí sin pensarlo de aquella casa. no dejé de correr hasta llegar a un bosque en donde todos los árboles me preguntaron mi nombre. les repetí mi nombre varias veces. me dejaron entrar y sentí que llegaba a casa... la inmensa mano me cogió del cuello y me puso sobre el pico de uno de los árboles. ¿adónde vas?, preguntó la mano. a casa, le dije. la mano me bajó del pico y me dijo que siguiera buscando. eso hice hasta que llegué a un abismo. grité mi nombre y sentí que ese era mi hogar. salté y sentí que dejaba de ser. sin nombre, ni preguntas ni respuestas... hermoso y profundo como el cielo por la noche...

san isidro, diciembre de 2008

Tuesday, December 09, 2008

el muerto


le vi echado en la calle. parecía un muerto. sus ojos abiertos, su cuerpo sin movimiento, su ropa desarreglada, sus manos cerradas... un muerto, volví a pensar. iba a llamar a la gente pero no, decidí olvidar todo y seguir mi camino hacia casa. mi madre estaba cocinando y mi padre echado en su cama con las manos cerradas, los ojos abiertos como un hombre muerto y sin nadie quien le ayude...

san isidro, diciembre de 2008

Sunday, December 07, 2008

pasos de luz


me llaman joe, pero... eso es tan solo mi nombre. dicen que soy buena persona, pero, la verdad es que no me conozco. debo de ser uno de esos que andan por la calle, apurados en busca de barro que oculte tanta vergüenza real. he decidido saber lo que soy en esta vida y no ser mas de lo que hago en este mundo. me gustaría mirarme al espejo y verme tal cual soy. seguro miraría a una persona mayor, de ojos brillantes, calvo y dientes gastados. me da risa eso que pienso y veo. algo mas hay cuando me miro al espejo, sí, una tristeza profunda, escondida bajo el brillo de mis ojos. seguro que muy pronto olvidaré todo cuanto sucede y saldré a la calle a embarrarme de domésticas cosas. pararé bajo un cielo hermoso y miraré las aves, los árboles, la gente, los autos, un perro, un gato, casas, letreros y tantas cosas irreales mas... bajaré de aquella altura y cerraré las puerta del mundo porque, he perdido la fe en él... es seguro que mis pasos serán personales y muy de mí. llegaré a mi hogar y leeré el libro mas hermoso y sabré al fin el por qué estoy escribiendo un poco de todo...


san isidro, diciembre de 2008

debe ser


son más de las diez y aún tengo algo en el pecho luego de haber recibido tantos dolores. miro y veo un hilo de sangre. siento que muero. recuerdo tantas cosas como los ojos de mi madre, la sonrisa de mi hermano, la gracia de mis hermanas... de pronto nace el mundo frente a mis ojos. escucho voces inexpertas que salen como bandadas de palomas, libres y sin mucho vuelo... abro la ventana y saco mi alma, esta vuela y se va para siempre... debo ser algo diferente para no sentir nada, debo ser algo mezclado a lo eterno, debo ser un soplo de vida, y, algo mas mezclado con carne...

san isidro, diciembre de 2008

Friday, December 05, 2008

mis manos


mis manos... allí estaban. mis manos, mis manos, mis manos... sus dedos, uñas, líneas misteriosas que dicen todo y nada. dejé de mirar aquella belleza monstruosa y pensé en las cosas que tuve que hacer aquella noche. volví al pasado... allí, frente a mis ojos, aquella mujer, desnuda de ojos brillantes y grandes, cabellos negros y largos, y esas piernas largas, y ese lunar en medio de su vientre, y esa vellosidades floreciendo, naciendo, acariciando mis pensamientos... caminé hacia ella y con mis manos empecé a pulsar todas sus partes, sus axilas, su nariz, sus dientes, sus codos, su espalada llena de lunares grandes y pequeños... me gustaba tanto y no sé el por qué la dejé así como estaba, saliendo de aquel hotelucho en busca de algo que arrancara esos misteriosos sentimientos, bañados de un miedo inconciente. llegué a un bar y pedí una copa de ron. "otra mas", dije. vi la cara redonda y pelada del camarero. le odié, le odié y con mis manos le di una trompada... todos quedaron pasmados, también yo. me paré y salí del bar. voces tras de mis pasos. corrí hasta llegar a la puerta de una casa conocida. toqué muy fuerte y salió mi hermano. ¿qué te ocurre?, preguntó. entré y con mis manos cogí una hoja en blanco y escribí: "tengo miedo de vivir". mi hermano miró mis manos y con una franela empezó a limpiarlas, es que, estaban llenas de tierra con sangre. un impulso inconciente me sacó de la tranquilidad en que me hallaba. salí de casa de mi hermano y corrí sin parar, escuchando los gritos de él. llegué a un callejón. un perro me miró y empezó a aullar. me muero o moriré. mis manos, me dije. cogí un palo y le di al perro hasta dejarlo lleno de sangre. solté el palo y me sentí mas tranquilo. mis manos son bellas, pensé...


san isidro, diciembre de 2008

Tuesday, December 02, 2008

tres preguntas


he pasado más de cincuenta años viviendo, esperando que algo suceda conmigo, pero, todo cuando sucede, ya sea bueno, malo, feo, siempre termina por hastiarme. debo ser un ente normal pues casi a todos le sucede lo mismo. desde que me di cuenta de ello he decidido buscar algo diferente en mi vida, como la respuesta a las tres grandes preguntas de la humanidad: ¿quién soy? ¿de dónde vengo? ¿adónde voy?... los años siguen pasando y miro mis huellas y siempre veo círculos, círculos, círculos, ya sea de radio diferente pero siempre terminan en un punto. por eso es que, esto que me ha sucedido desde que tuve el accidente me ha puesto a diferente. no tengo mas piernas, tan solo mis manos y estos hermosos ojos y el resto del cuerpo. extraño mis piernas pero, qué se puede hacer ante la realidad, ¿soñar?... se puede, pero, ¿para qué?. leo el periódico, sueño con un campo lleno de cristales y personas llenas de piernas mientras que yo vuelo como una pluma. durante el día pienso y todo cuanto pienso lo escribo en hojas y hojas que quedan en nada, echadas en montañas de papel, echadas al final de cada día al tacho del basural. mis amigos ya no vienen a visitarme, es mejor pues me dejan tiempo para seguir buscando las tres respuestas... todo seguiría igual si no fuera porque una tarde entró a mi cuarto una extraña cucaracha de color blanco, enorme. se puso a verme desde un rincón de la pared sin mover una patita. pude haber llamado a alguien para que la mate, pero no sé por qué me siento como identificado con dicho bicho que se mueve de un rincón a otro, como si fuera una parte de mis pensamientos o ideas. he logrado acercarla con la fuerza del pensamiento. esta ha venido y se ha puesto en mis manos. la acaricio y siento que este bicho se conmueve... muchas veces pienso: este bicho tiene las respuestas a mis preguntas pues, qué es lo que la retiene a mi lado y por qué me siento como si fuera una parte importante de mi vida. por las noches le pregunto una y otra vez mis preguntas... el bicho se queda quieta, mueve sus antenas, abre sus alas y vuela un rato de un rincón a otro, pero nunca sale del cuarto. pasan los días y nada, el bicho no se mueve de mis manos, pero mueve sus antenas y abre sus alas, aunque no vuele ya mas. cuando vienen visitas, la escondo bajo mis ropas. se van y la saco. esta está descansando, aunque cada día la vea mas y mas quietecita... una noche vi que de ella misma brotaban como miles de huevecillos y se colocaban bajo mis ropas... las he escondido para que cuando vengan a mudarme de ropas no se den cuenta... puede que eso suceda conmigo, es decir, que desde mí broten las respuestas. el bicho no se mueve pero sí sus huevecillos... se han abierto todas y salen extraños seres. no son como la cucaracha, no, son como letras y se mueven como culebras. se ha juntado hasta lograr una oración: "dentro de ti", dice. no sé qué mas hacer y si aquella imagen es la respuesta a mis preguntas entonces debo de buscar dentro de mí, pero cómo, cómo, cómo me meto dentro de mí... de pronto, independiente de mi propia voluntad, mis manos se han juntado y luego se han separado y se abren, como flores, alas... estas se despliegan y se abren mas y mas como pelos... es hermoso pues siento que me elevo, aunque no todo... mientras me alejo de mi cuarto, miro hacia abajo y veo a un ser podrido, lleno de bichos por todos lados... debe ser la respuesta a todo... soy nada, algo podrido, aunque, eso que veo, no soy yo... miro mis alas como pelos y siento que algo de diferente soy... es hermoso pues siento que en verdad no sé nada mas...


san isidro, diciembre de 2008

Monday, December 01, 2008

el dueño


tengo ideas, sueños, textos impresos... dueño de mi propia soledad. navego sin remos al azar. tengo el aire que respiro, un cielo infinito que mirar, un cuerpo hermoso y lleno de dolor y de amor... gente que existe por instantes, un cielo escrito de aves y hojas secas y un viento que brota de la boca de la mar... hay mas que tengo pero no tengo tanto como me tienen a mí... hay cosas que hago y deshago, voces de seres amados, odiados, lejanos y cercanos... no tengo igual... soy dueño y algo desconocido por el mundo pero dueño de mí, seguro que sí...

san isidro, diciembre 2008