Thursday, March 15, 2007

no dudes (solo para solitarios)

frente a la puerta de mi cuarto, me puse a pensar en todo aquello que hiciera a lo largo del día. cerré los ojos, mi cabeza reventaba de tanto trajinar... obligaciones familiares, compromisos no deseados, pensamientos castrados, etc. abrí la puerta y entré a mi cuarto. la máquina de escribir me esperaba, también habían libros sin terminar de leer. dudé en hacer cualquier cosa. apagué las luces de mi cuarto y me tiré sobre la cama, vestido, sudado, no quería hacer mas que darme gusto, hacer algo para mí, y tan solo un momento. estaba echado, no pensaba en nada, en nada, cuando me puse a pensar en lo que en sería correcto hacer. en mis pensamientos, asumí que me levantaba, llamaba a la lavandería donde trabajaba y le decía al dueño que estaba hastiado de ese ambiente humoso, pegajoso de su local y toda esa gente insensible por las cosas lindas como la visita diaria de una loca pidiendo unas monedas para comer. todos la echan como basura, y yo, como un cobarde, la veo irse, día a día, como un yoyo. en ese momento, me levanto y le entrego todos los billetes de la caja a la loca, ante el asombro de los empleados y de mi jefe que con un palo, me echa a patadas de su local. me largo y antes de irme, le digo lo que siento por todo su trabajo... llego a mi cuarto, y... no se si entrar, pero entro, solo, sin trabajo y con tantas deudas que la cabeza vuelve a zarandearme. escojo otro pensamiento y deseo encontrar la santidad. estoy concentrado buscando la paz interior y me encuentro en medio de una oscuridad viva, encantada, como una río de aguas mansas pero vivas. me dejo llevar como si estuviera en una balsa y entro en otro mundo, diferente, pero mío, muy mío. me agrada ese sentimiento y siento que todo empieza a esclarecerse. veo un espacio sin límites y luminoso, lleno de tranquilidad, estoy bien, muy bien, y, agradezco a dios el hecho de estar vivo... sonrío ante este pensamiento y abro los ojos y me pongo a escribir, luego, a meditar... pues sé que seré muy feliz, o, al menos, estaré en paz, mucha paz…


san isidro, marzo de 2007