Sunday, November 11, 2007

extraños queridos seres



tengo que decir la verdad... tengo que decir una mentira, una historia de niños y animales. tengo que salir a la calle y caminar por lo menos dos horas para fortalecer al corazón. tengo. tengo. ¿qué tengo?. un auto, mujer, hijos, dinero, trabajo, casa, amante, libros, cuentos... tengo, tengo... qué palabra de mentira me digo o pienso para mí cuando llega el medio día cuando escucho la voz de mi padre diciéndome que baje de las nubes para que empiece a laborar en su viejo taller de carpintería. ¿podemos hacer cruces?, le pregunto a papá. me mira y con un martillo y los clavos en la mano me grita que si no empiezo me va clavar en una cruz. me gusta la idea pero el rostro colorado de papá me asusta. bajo de mi cuarto y con una escobilla limpio todo el taller. de pronto encuentro un muñequito de madera. lindo el cosito. lo cojo y le hablo. este me mira así como todos los cuadros, todos los libros, en silencio. ¿eres arte?, vuelvo a preguntarle. me mira, y yo lo miro cuando siento un golpe en mi cabeza. volteo y es mi padre con su carota gorda y colorada, gritando cosas que no puedo entender porque aún me encuentro conversando con el muñequito. me paro y prosigo con la limpieza hasta que llega la noche. miro al viejo y ya no está. camino a su mesa de trabajo y veo una nota para mí. dice que guarde todas las herramientas antes de irme a casa. obedezco. termino y aún con el muñequito me voy caminando hacia casa. me detengo en una tienda y pregunto si tienen ropa para muñecos. no, responden con caras extrañadas y ojos sorprendidos como si vieran a un dios. me voy y saco del bolsillo al muñeco. llego a casa y encuentro a mi mujer. la saludo pero esta se queda callada, luego, alza la voz, diciendo lo mismo de todos los días... ¡la plata no alcanza!. entro a mi cuarto y antes saludo a mis dos hijos, ellos responden con un beso y siguen sentados frente a la televisión, hipnotizados por vivencias ajenas, pero mas sentidas que su realidad... los comprendo, huyen, como todos. entro a mi biblioteca y miro mis libros, cuadros, textos escritos, máquina de escribir... saco el muñeco y lo pongo junto a los libros... me siento mirándolos un rato cuando veo que el muñeco se levanta y camina hacia uno de los libros. lo abre y entra como si fuera su casa. escucho un jolgorio dentro de aquel libro. no sé si tocarlo, abrirlo, no sé, pero me paro y lo abro... es hermoso... o, inédito. en cada una de las páginas del libro aparecen personajes y todos ellos me hablan y repiten palabras. veo al muñequito que les cuenta su historia. me quedo escuchando hasta que alguien toca la puerta de mi biblioteca. cierro el libro y me levanto para abrir la puerta. es mi hijo con un libro en la mano. es bello, me dice. gracias hijo, respondo. quiero abrazarlo pero este me da un beso en la frente, y siento que alguien comprende mi vida, alguien, alguien, pero, nunca es suficiente, nunca, nunca, nunca...




san isidro, noviembre del 2007

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