Sunday, October 30, 2005

El creador

Acabada la sesión hubo un segundo, quizá un momento de silencio. El primero en levantarse fue el menor de toda la familia, luego, le siguieron la madre, los hermanos, los tíos, primos y por último cuando ya no había nadie mas en la sala, se paró el patriarca y cogiendo todos sus libros se fue directo a su biblioteca… Mientras pasaba por todas las piezas atiborradas por todos sus familiares agudizó su oído y escuchó lo siguiente:

“Quizás debamos esperar los resultados, dijo uno. La verdad es que no lee bien es preciso aclararle ese punto, dijo otro. No creo que su obra esté terminada, como dicen los artistas es mejor dejar que la masa se fermente para apreciar su aroma verdadero, dijo otro mas.”

Imbéciles, pensó el patriarca y se prometió no volver a escucharlos mas y se juró no compartir su obra con nadie que no sea el menor de su hijos que contaba con escasos siete años. Entró a la biblioteca, cogió una pluma y papel y continuó escribiendo sus poemas y cuentos a lo largo de toda la noche… Qué importaba si su esposa le tocaba la puerta si su vida estaba mientras se entregaba a sus líneas, qué importaba que nadie se le acercase con los oídos destapados si el arte es tan solo cuestión de gusto y no de opiniones generosas… Eso pensaba cuando en medio de las sombras apreció el menor de todos sus hijos cuando ya eran pasadas la media noche. Le tocó el brazo y le dijo si podía leerle un cuento porque no podía dormir. El padre sonrió y cogiendo su recién acabada obra se puso a leerle a su hijo menor. No pasó un instante cuando el niño cayó dormido en su regazo. Lo miró con ternura y en toda la oscuridad y silencio de su casa lo llevó a su hijo a su cuarto para echarlo a dormir en su cama.

Ya estaba por amanecer pero él continuaba escribiendo. Narraba la historia de dos personas que habían viajado tan lejos de sus hogares, jurándose mientras se despedían que se escribirían cada semana. Cosa que hicieron al principio pero con el tiempo ambos se olvidaron. Y cuando llegaron a viejos, con fortuna uno, y el otro con miseria, quiso el destino unirles un instante en la esquina en que se despidieron ambos jurándose escribirse. Miraron la misma salida del tren, el piso de madera que ahora, después de más de cincuenta años había cambiado por uno de mármol blanco. Y ambos, mirando en paralelo la hora en que ambos iniciaban la partida en los trenes que llevaban uno hacia el sur y el otro hacia el norte, pensaron un instante en sus propias vidas… “No fue como pensaba”, pensaron ambos al mismo tiempo. Sacudieron el ensueño que se instalaba en sus conciencias y se encaminaron hacia la realidad. Uno se apretó su lujoso sacó de piel de oso, cogiendo su maleta de cuero llena de documentos y dinero en efectivo, pensando en la cita que le esperaba cerca de una hora mas por lo que tenia que tomar el tren hacia el sur. Mientras que el otro cogió su deshilachado sacó, se ajustó su chalina y sombrero y cogió su puñal buscando a quien asaltar pues hacía más de dos días que su precaria familia no recibía bocado… Ambos tuvieron suerte. El rico creyó reconocer a su viejo amigo mientras que el pobre miraba con ojos asesinos el lujoso saco y maleta… Cuando ambos se alejaron, el miserable llevaba una daga ensangrentada, una maleta llena de dinero y un saco fino de piel de oso. Y mientras se alejaba comenzó a recordar que su suerte cambiaría, y pensó en su viejo amigo que hacía mas de cincuenta años no veía…

Es un buen cuento, pensó el patriarca, mientras escuchaba los primeros trinos de las aves matutinas. Cogió las hojas y las guardó en su portafolio. Bajó a tomar su desayuno y se dispuso irse a trabajar. No encontró nada servido. Miró su reloj y aún no eran más de las seis. Alzó los hombros y salió hacia el taller, pero antes fue a ver a su menor hijo a su cuarto. Lo vio que estaba vestido con ropas miserables y llevaba un cuchillo en las manitas, le miró a su padre vestido elegantemente cogido de una maleta de cuero y notó que sus ojos brillaban de temor, como si fuera una presa a quien cazar…

San isidro, octubre del 2005

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