Friday, August 19, 2005

Juegos de Vida

Me gusta escuchar a Mozart, no sé por qué a mucha gente no le gusta pero ya me he cansado de entenderles. No todos tenemos los gustos iguales, ni siquiera la cara ni las ganas de vivir. Unos desean comerse la vida a través de sus ojos, en mi caso es diferente... miro al mundo, a la gente que me cruza por la calle y sigo de largo como si yo fuera un fantasma. Siento que no pertenezco a su mundo ni siquiera se dan cuenta que en medio de todo su entorno hay algo tan simple que puede cautivar al ser mas confundido que es su propia respiración, yo lo hago. Cada vez que vienen las tormentas, nubes, rayos, es decir los problemas en sus diferentes grados de calor y forma me gusta buscar el centro de la tormenta, aquello que es el origen de todo lo creado y eso es la respiración. Una respiración, luego otra y otra y otra y de nuevo viene la calma, la claridad, la alegría, es mágico y simple vivir de acuerdo a aquel regalo que uno lleva consigo desde que vino a este mundo.

Hoy fui al cine, solo como siempre, pasaron una película futurista en donde los clones encuentran su propia vida y se ve que son más simples, puros, sanos que los seres verdaderos... Uno de ellos se escapa y encuentra al ser humano del cual es copia y se ve reflejado pero no identificado, se sabe dueño de su propia vida y vive su propia vida. Me hizo pensar en el mundo del futuro... ¿Cómo será? ¿Tendrá el ser humano las ganas de vivir para siempre? En mi caso quisiera vivir no mas de noventa años, creo que es suficiente para mí, ya no habría nada que saber de uno mismo pues sino no lo la encontrado antes es imposible que lo haga cuando ya no tenga mas que ganas de descansar como un vegetal, aunque pueda obtener un cuerpo nuevo. ¿Qué hará? ¿Hará las mismas cosas que antes? ¿Buscará los mismos amigos? Yo siento que es suficiente con los años que el cuerpo puede aguantar... ¿más? no es necesario... ¿Qué habrás mas allá del abismo negro, de la muerte? ¿Habrá otro tipo de vida?, no lo sé pero ni deseo saberlo, lo único que anhelo saber es quien soy ahora, nada mas... En ello, siento yo, encontraré toda la felicidad del universo. Seré un hombre pleno y sin necesidad de nada más...

¿Seré un dios, un demonio, un ángel, un hombre?...

¡Qué misterio, qué enigma, qué bendito juego!


San isidro, agosto del 2005