Sunday, December 30, 2007

dedos rotos


me rompi los dedos, todos. lloré mucho, sobre todo por mi padre que lloraba por mi suerte, sentado a mi lado, con noventa años sobre el hombro y sin saber cómo ayudar. es que, el viejo estaba cojo y sordo, roto como mis dedos... llamé a un niño que vi a lo lejos. vino y le dije que llevara a mi padre a casa. ya, respondió, y les vi irse lejos. y cuando el dolor volvió a mi alma, corrí al hospital. me enyesaron los dedos, pero aún así, no pude volver a escribir... pero sí vivir, siempre vivir, eso aún no se rompió...


san isidro, diciembre del 2007

poder


estar siempre bien
romper la línea cotidiana
sentir cada aliento
salir desnudo y sin pensamientos
comprar sin dinero
ganarlo todo y perderlo al mismo tiempo
saber poco y sentirse pequeño...

algo así sentí hoy
mientras las hojas del árbol caían sobre mi rostro
en medio de un parque lleno de gente y niños y ángeles invisibles...

alcé mi alma
y canté
con todo mi corazón

vino un hombre,
una mujer,
muchos niños
y Dios mismo vino...

seguí cantando
hasta que llegó la noche
y subió la cortina del día...

ya ciego
corrí sin parar
con mi canto en la oscuridad
y vi las estrellas bailar,
cantar a mi lado
como hermanos...

llegué al templo de carne
y supe todo…

el poder de vida
estaba aún en mí...



san isidro, diciembre del 2007

la importancia del sexo


salía de la casa de ella. sexo loco, mucho, quizá excesivo, no sé, pero allí estaba, saliendo de aquella casa a altas horas de la noche y con un hambre natural, mortal. es gracioso, muchas veces había tenido sexo con ella, pero esta vez fue diferente. sus besos emanaban corriente que hacían vibrar todo mi ser, sus ojos despedían un brillo abismal y su cuerpo tenía la fuerza y flexibilidad de una bestia salvaje... aún quedaban las huellas de sus dientes por todo mi pecho, cuello y brazos... había cambiado, y tan solo contaba con veinticuatro años, quién lo diría después de verla crecer desde los nueve. conocía a sus padres y hermanos. sabía que estudiaba y que tenía novio y amigos en cantidad afortunada. era una chica de gracia y talento natural, pero, quizá sólo conmigo, era una bestia, un hermoso y salvaje animal porque jamás hacía lo que yo deseaba, sino, lo que ella pedía. era como un esclavo... aún recuerdo la primera vez que lo hicimos, fue en su casa, en la cocina de sus padres mientras todos cantaban la navidad, y abrían sus regalos. yo salí de esos momentos que detestaba y fui a mirar a través de la ventana todos esos fuegos artificiales, y el cielo amplio y negro, rodeado de casas iluminadas, falderas, con chicos y chicas jugando, corriendo con sus cuerpos llenos de vida y fervor. pensé que mi vida iba a seguir en la misma soledad para siempre hasta que sentí una mano en mi espalda y una voz deseándome feliz navidad. le agradecí, era ella, y cuando quedamos mirándonos, paralizados, supe que algo mágico iba a ocurrir. ella se acercó hasta tocar mis labios con los suyos. cerró los ojos mientras pegaba su bello cuerpo al mío. estaba paralizado por todo cuando sentí hasta que una de sus manos tocó mi sexo, debajo de mi pantalón... luego, no supe lo que hacía... simplemente lo hicimos como dos sedientos de placer. cuando terminamos, ella me pidió ir a mi casa al día siguiente. le di mi dirección y fue... así estuvimos por años, hasta que ella se casó. estuve en su matrimonio y mientras el novio la besaba, ella me miraba sonriente, cómplice con los míos. sentí ganas de reír, pero sonreí porque sabía que iba a verla muy pronto. efectivamente, salieron de luna de miel y al cabo de quince días volvió y llamó a mi casa por teléfono. le dije que viniera pero no quiso. ven a la mía, mi esposo es agente viajero, pero, entras por la puerta posterior. así fue como seguí con ella, año tras año... día tras día. una tarde en que iba hacia su casa, vi que otro auto paraba en la entrada de su casa, me detuve y esperé. era su esposo. escuché ruidos, gritos, el sonido de un arma de fuego. llamé a la policía. llegaron y cuando entraron, vieron el cuerpo inerte de su esposo, con los ojos abiertos y un hueco negro en mitad de la cara, chorreando sangre coagulada… y ella, a un lado, con las manos abiertas, ensangrentadas, con un corte en la cara de lado a lado, y el pecho abierto de un tajazo, y el vientre desnudo mostraba partes de sus intestinos y mierda... agonizaba. llamaron a la ambulancia y cuando llegaron, aún respiraba. me acerqué a su lado, no sentía nada extraño, y cuando ella puso sus ojos en los míos, supe que no volvería a verla mas. efectivamente, nunca mas la volví a ver, pero siempre que voy al campo santo a dejarle flores y a rezarle, la siento tanto o mas que cuando teníamos sexo. es extraño, a pesar que no he vuelto con ni una mujer, siento que no es necesario, que el sexo tiene algo de espiritual, algo que no tiene nombre compuesto y que pertenece a quien ama mas allá de la vida y de la muerte. quizá por eso es que no me he casado, y escribo estas notas y notas sin sentido; quizá sea así el amor, no lo sé ni me importa, pero, cuando la recuerdo, no lloro ni me pongo triste, no, al revés, río sin parar, como un loco, un loco extraordinario; quizá sea eso la felicidad, un estado de contento fuera de la vida y quizá de la muerte... no lo sé ni me importa... vivo por ahora y en el ahora, y espero que la muerte sea como es mi vida, una hermosa escena de amor sin condiciones ni respeto por nada mas que para el amor sin tiempo ni espacio…


san isidro, diciembre del 2007

Saturday, December 29, 2007

comidas


nunca me habían pedido escribir por encargo, pero, eran mucho dinero, algo que por las circunstancias, necesitaba... hicimos el contrato y cual fue mi sorpresa cuando leí lo que deseaban que escribiera. por naturaleza he sido poeta, cuentista, novelista, ensayista, retratita y algo mas... pero, escribir acerca de comida, era algo fuera de mi imaginación, especialmente si soy una persona que no tiene gusto al paladar. recuerdo a mis padres preguntándome qué tal me había parecido este o esto; mi respuesta era siempre la misma: me hes indiferente, como y lleno la barriga y ya. han pasado los años y mi alimento es siempre lo mismo: un te con tostadas y mermelada; un plato de tallarines con champiñones al almuerzo; y, un plato de carne a la plancha con ensalada en la comida. esto es algo de años y años... y allí estaba, frente a una hoja en blanco, esperando escribir acerca de comidas, diferentes comidas en diferentes platos de países sin nombre conocido. me levanté y me fui a dar una vuelta. al rato entré a un restaurante y vi a un hombre grasoso y gordísimo. pensé rápido y le dije si podía ayudarme. dijo que sí, así que salimos de lugar y entramos en mi casa. nos sentamos y le escuché por horas y horas. fue increíble, este hombre había viajado por tantos pueblos y había comido hasta mierda, y de ello, había encontrado sabores nuevos que usaba en su restaurante. me dio varias recetas, pero lo que mas me cautivó fue algo que dijo: sólo siente que lo que haces te sale de las tripas y ya... ¿cual tripas?, pregunté. sonrió y con un cuchillo que brillaba se lo puso en el pecho, en el centro. entendí y le agradecí. lo acompañé hasta la puerta, le pagué y luego, me puse a escribir acerca de las tripas de mi ser. recordé una tarde en que una tía cocinaba sin zapatos y con las manos cayosas, cocinaba en medio de una mesa llena de grasa, cortando la cabeza de un pato, mientras en una olla, hervía verduras para una sopa. de pronto, cuando me acercaba, me dijo que no entrara, pero, por un hueco de la casa vi que mi tía sacaba de un frasco un ungüento marrón, poniéndolo en la olla en que hervía la verdura. toda la familia quedaba satisfecha. una tarde, en que no estaba mi tía, subí por el estante y me fijé qué contenía ese frasco marrón. lo abrí y vi que algo se movía... eran gusanos vivos. lo cerré y no volví a comer la comida de mi tía. todo esto puse en mi ensayo, y algo mas acerca de cómo se mataban a los toros, para luego, juntar su sangre coagulada, envolverla en una tripa seca y llevarla a la congeladora. el pobre toro era masacrado con un cuchillo mas grande que mi tamaño. claro que era un niño de nueve años, pero, imagínense una de esas cosas en mi lomo... machacada una y otra vez sobre el pobre cuello de la bestia. recuerdo ver los ojos del toro asustado, sorprendido, sin entender qué le sucedía... tan solo aguantaba parado hasta caer de cansancio, muerto... nunca volví a comer carne, y cuando una de mis tías llevaba un cabrito o un carnero, lo dejaba escapar de la casa. claro que me castigaban, pero, eso era mejor que ver al pobre animalillo en mi plato de comida... todo esto puse y para terminar dije que lo mejor era comer poco y bien, es decir, frutas, verduras, agua y siempre quedarse con un poco de hambre... presenté mi ensayo, y claro, no lo aceptaron, pero, me pagaron por mi originalidad y atrevimiento... luego me contaron que lo publicaron como broma en una revista y que causó mucha gracia entre los lectores... en fin, pude entender que una realidad es una broma y una cosa seria, y una realidad es una verdad llena de desgracia y sangre...


san isidro, diciembre del 2007

Friday, December 28, 2007

cumplidos


me había prometido no hablar con nadie. tuve que encerrarme en mi trabajo y luego ir directo a mi casa. pude lograrlo por cerca de una semana pues una noche alguien tocó la puerta. era un perro, un bello animal, pequeño, casi del tamaño de mi mano. lo levanté y empecé a acariciarlo. este movía la cola como limpia parabrisas. nos hicimos amigos hasta que sin darme cuenta volví hablar con medio mundo. les contaba de mi perrito y de mi vida que estaba llena de fantasía. todos me miraban absortos de mi alegría, parecía que no le creyesen pero sí que lo deseaban creer. una noche llegué a casa y no encontré a mi perrito. lo busqué por todas partes pero no lo hallé. volvía a encerrarme en mi silencio, aunque dentro de mí estaba lleno de recuerdos y anhelos y esas cosas que alegran esta vida por instantes. así pasaba mi vida hasta que una noche regresó el perrito. estaba igualito. le pregunté en dónde había estado. no respondió y noté que no movía la cola ni siquiera pestañeaba, nada. entró y se puso a comer de todo. le miraba pero era diferente. salía de mi casa y trabajaba y hablaba, pero mi hablar era triste y melancólico. una tarde entré en mi casa y el perrito había vuelto a desparecer. esta vez, lo tomé diferente. las cosas había cambiado, quizá era yo. salí de casa al día siguiente y veía en cada persona los ojos del perrito, y sus manos se movían así como su cola... la alegría era como mi Sol, y así estuve hasta que en cada sombra notaba que mi perrito estaba atrás. me puse hablar con cada una de las sombras de la noche y una de ellas me contó la verdadera historia del perrito. me dijo que todos los perros eran hijos de la mierda de los hombres, y que la alegría que yo veía era mi alegría escondida dentro de mi vida. muchas cosas mas me dijo y cuando volvía a casa, la sombra se había esfumado. al día siguiente vi a mi perrito y cuando le miré los ojos, vi la sombra que me hablase la noche anterior. saludos, le dije, y el perrito empezó a aullar como un lobo frente a la luna... seguí caminando hasta que perdí la conciencia. cuando volví en sí, estaba en una cama y noté que cada palabra que salía por mi boca era un ladrido, y en los ojos de la gente veía la sombra que me hablase una noche en que buscaba a mi perrito... me gustó estar así, y me puse a dormir hasta el día siguiente en que quizá los ojos de las personas me hablasen de esos que tanto me gustaba, como la alegría y la soledad...


san isidro, diciembre del 2007

bellas manchas


siento

gozo

sonrío

respiro mucho...

me encanta lo último

es como ver un ave

parado sobre una rama de un árbol...



cuando niño

gustaba correr sin parar

era un avión sin motor

mis labios y brazos

elevaban eso tan sensible

mi alma

mi imaginación

y todo cuanto viví

fue real en el ayer...



veo tanto en estos días

gente que va y viene

que compra y vende su tiempo

por la sonrisa del amado...



veo tanto y siento tanto...



espero que todo cuanto siento

sea una lágrima de lluvia

que cae

sobre la semilla del ahora



veo

corro

respiro

y muchas veces lo olvido

aunque este

no me olvida

hasta el instante

en que la noche

borra mi conciencia...





san isidro, diciembre del 2007

dicen por allí


que la noche canta
que los niños rien
que mis manos escriben
que todo es hermoso
que mis sueños son reales
que todo cuanto miro es mentira..

eso dicen por alli
a las seis de la tarde
cuando el Sol se hace gris
y la gente guarda el cuerpo
y los sueños arañan la conciencia

me pongo una bufanda
y salgo a caminar
entre ríos y sombras,
entre tanto silencio
que amo ese canto
que sabe a pura soledad

dicen por allí
pero sólo dicen
mas no viven este instante
de genuina paz y soledad...



san isidro, diciembre del 2007

Wednesday, December 26, 2007

peligro


me hubiera gustado estudiar idiomas, literatura, historia, artes plásticas, pero no, no pude. quizá porque no veía en esos tiempos y ahora que el tiempo me arrastra así como la mar a las arenas de una playa, me siento que todo cuanto hice tenía un sentido, uno solo, el que pueda sentirme bien conmigo mismo, y que no deje de escribir todos los días, aunque tan solo encuentre un pedazo de papel. la vida en uno tiene eso de hermoso, jamás sucede cuanto soñamos o deseamos, todo es sorpresa, aunque no nos guste. pensaba que una tarde saliera de mi laboro y toda la gente se sintiera contenta al verme porque les amaba porque sí. eso es lo que sentía, aunque sea tan solo un largo sueño sin cola no patas, tan solo etéreo, sueño sin nombre ni lugar de nacimiento, ni carnet de identidad, nada. podría empezar hoy a estudiar idiomas, pero, no hay tiempo para uno que ama escribir y leer; no hay esos momentos en que se pude mirar hacia el Sol y sentir tanta inspiración, no, no hay nada de ello... tuve que volver a la cruda y ensangrentada realidad y soñé que estaba en un centro de labores con mucha gente a mi lado, y todos me llamaban jefe, señor, etc. esa era mi realidad, rodeado de tanta forma hueca, sonidos sin alcance al corazón, embriones de sonrisa que no encuentran el útero del artista... nada. era el jefe, pero no era nada, tan solo un cuerpo humano y muchos sueños que dejan de vagar por la inmensidad del universo interior. me levanté de aquella realidad y con mis alas les dije adiós. nadie dijo nada, ni siquiera se fijaron que me iba volando a través de la ventana, rumbo hacia el Sol, dejándolos secos como piedras del desierto. viajé y viajé y mientras mas me acercaba al Sol, supe lo que era el amor verdadero y eterno... sí, todo era luz y yo... un trozo de ello... si.


san isidro, diciembre del 2007

Tuesday, December 25, 2007

mis manos...


amo
soy eso
amo
una lápida blanca y sin letras hundidas
amo
amo, eso es lo que hago con gusto

y cuando despierto
y veo esos ojos secos
amo
aun así
amo esta locura sin permiso de conducirme...

respeto cuando escribo
amo
Dios
amo esta vida,
estas letras sin destino
amo porque sí,
porque sin amor no hay respiración...

dos niños se amaron lejos
y sin tocarse uno al otro
soñaban despiertos
hasta que vino uno al lado del otro
y los muertos se tocaron
muriendo sus sueños y anhelos,
dejando esas huellas sobre la arena del ayer...

amo
lo juro que amo,
y eso es lo mejor que hago,
al menos hoy
que vivo
y aún no muero...


lince, diciembre del 2007

un día


salí despacio a la calle. estaba desnudo y con tan solo el corazón de mi lado. encontré mucha gente frente a mí. les dije que amaba, con toda el alma. nadie respondió, nadie me miró, todos siguieron sus caminos, dejándome solo con mi corazón. sentí pena y soledad por mi vida cuando un calor invadió toda mi existencia. alcé mis ojos y vi dos árboles moviendo sus brazos, escuché el baile de un ave por mis cabellos, el Sol brillaba, dorando mi cuerpo desnudo, cuando dejé de sentir pena por mi vida... me paré y corrí hasta llegar a la bella naturaleza y cuando me abracé a uno de los árboles, todo el universo apagó sus luces, dejándome como una estrella en el firmamento. miré dónde estaba y un ser de luz vino hasta mi existencia, rociándome de algo sin palabras... gracias, le dije. de nada, escuché... y cuando quería seguirle toda aquella brillante oscuridad se encendió. allí estaba yo. desnudo, durmiendo al borde de un viejo árbol, y, desde el otro lado, estaba mi corazón... siempre pegado junto a mí...



san isidro, diciembre del 2007

Sunday, December 23, 2007

esos momentos


despacio, escuché decir. detuve mi marcha y me fijé de quién era aquella voz tan dura y posesiva. frente a mis ojos estaba un gato color negro. miau, le dije al gato, y este me dijo que no maullara, que no tenía tiempo y que lo llevara al centro comercial para comprar los regalos de navidad. está bien, respondí. proseguí mi marcha y entré al centro comercial. estaba repleto de gente. era víspera de navidad. un hombre iba a coger al gato, pero le detuve y le dije que este iba conmigo. señor, me dijo, está prohibida la entrada de animales al centro. está bien, dijo el gato ante el asombro del hombre encargado de la vigilancia del centro comercial. nos dimos la vuelta y vimos como toda una ruma de gente nos miraba en silencio total. salimos y vimos que todos nos miraban a través de las ventanas de aquel coso. seguimos y nos alejamos de aquella visión. ¿adónde vamos?, le pregunté. a tu casa, respondió. caminamos hasta llegar a mi casa. entramos y nos sentamos a tomar un lonche. le serví un poco de leche fría. saltó sobre la mesa y empezó a lamerla hasta terminarla. le miraba cuando este me inquirió si nunca había visto tomar leche. bajé la miraba hasta terminar mi vaso de leche, luego, me levanté y me puse a leer un libro. de pronto, sentí el ronronear del gato y le vi saltar como una sombra hasta ponerse en mi hombro. ¿qué lees?, preguntó. le conté que leía a Sebald. ¡ah!, respondió, ya lo leí. saltó de mi hombro hasta el borde de mi cama. y... qué te pareció, le pregunté. muy inseguro, aunque erudito en lo que expresa... dicen que es original, lo creo, pero quién no lo es... le di la razón y cerré el libro. le iba a preguntar si conocía mi obra, pero antes de que abra la boca ya me había leído la mente. me dijo que yo era un buen hombre pero muy lúdico en todos mis textos y que me aconsejaba que leyera a los griegos porque era una cultura que aún sobrevive en las esferas dominantes del este viejo mundo. aquella noche conversamos de autores y de vidas de gatos. le pregunté el milagro de su voz. me dijo que era un don, un regalo de los dioses y que él mismo no se lo explicaba, y que desde muchos años atrás leía y sabía de sus vidas pasadas, y que siempre había sido un gran gato... así seguí hasta pedirle permiso para irme a dormir. anda, respondió. me tumbé en la cama y dormí profundamente. a la mañana siguiente le levanté y fui a buscar a mi gato. no lo encontré y aún lo estoy buscando cada noche que salgo a caminar, y cuando voy a los mismos lugares que he caminado a su lado, le pregunto a la gente si lo ha visto. nadie sabe nada de él y estos me miran como un loco, pero yo sigo buscándolo, pueda ser que lo encuentre y me diga que tal están mis textos y mis lecturas... sí, pero, nunca mas lo he visto y menos hablado, porque cuando me cruzo con uno, le hablo pero nada, tan solo dicen lo mismo: miau, miau, miau...


san isidro, diciembre del 2007

Wednesday, December 19, 2007

dejé de escribir


tenía tanto sueño, pero, también, tenía tanto amor reprimido que sufrí por el resto del día hasta que la noche apagó todo dolor encendido. no quise hablar con nadie de esto ni siquiera pensarlo, nada, tan solo quería amar a escondidas, y ser uno con ello, pero, al amor no se le escoge, al revés, viene y se lleva todos tus sueños y uno se queda respirando aires mas puros, con el alma saciada de aquello que tanto se busca y que no cuesta mas que perderse a uno mismo...

dejé de escribir y cuando volví hacerlo, estaba el amor, con sus mismos ojos y labios, sus manos iguales y ese aroma que tienen los niños... en verdad, dejé de escribir y cuando volví, volví a respirarte...


san isidro, diciembre del 2007

Tuesday, December 18, 2007

escritos lúdicos


antes de acostarme tuve ganas de escribir y así lo hice. me fijaba en la pantalla de la computadora y esta parecía esperar una genialidad, una idea original o algo por el estilo, pero, nada se me ocurría y puse una letra, luego una palabra, una oración, una imagen, una raya de lado a lado, y al final le puse mi firma. me sentí mejor e imprimí el texto, luego, lo puse en la web con el título de: "costas originales". me gustó el título y pensé muy dentro de mí que era una escritor genial, original cuando escuché una voces internas, seguidas de risas, gritos burlones, presencias malolientes... miré lo que había escrito y lo borré. me sentí peor, pero ahora ya nada podía hacer, así que me senté durante horas frente a la pantalla hasta quedarme dormido. tuve varios sueños. en uno de ellos veía a una mujer con el cuerpo muy grande, vestida toda de rojo con sus cabellos dorados y unos zapatitos encharolados... era una mujer muy especial que comenzó a acercarse hasta tocarme con una de sus uñas pintadas de oro pero que quemaba, ardía mientras la colocaba en mi vientre. quise gritar pero era imposible aunque el dolor era inaguantable. por suerte recordé que podía silbar y eso podía arrastrarme a la realidad. abrí los ojos y lleno de sudor y silbando sin parar, me levanté. miré en donde estaba y allí, frente a mi cara, estaba el ordenador de la computadora. parecía burlarse de mi y de mis sueños. escribí uno de mis sueños y le puse mi firma. me gustó mucho, pero el sueño y cansancio me mataban, así que me eché a dormir y quedé muerto como diez horas. tuve otro sueño. estaba acompañado de ancianos, hombres y mujeres, y todos ellos se tocaba las partes sexuales. me horroricé y quise despertarme y volví a silbar. abrí los ojos y frente a mis ojos estaba mi abuelo con sus viejos lentes y con esa sonrisa escasa de dientes... ¿qué quieres?, le pregunté. nada, respondió y luego, le vi atravesar la pared de mi cuarto. me asusté y recordé que mi abuelo, padres y hermanos estaban mas muertos que Napoleón. salí de casa y con una radio portátil, me sentí mas entonado y feliz... caminé hasta llegar a una casa llena de personas, como una fiesta. toqué la puerta y vi que todos estaban disfrazados. ¿puedo...?, pregunté. pasé, dijeron y noté que todos m miraban... busqué una silla y me senté. les veía bailar y besarse, y cuando una chica enmascarada se sentó a mi lado, y dijo mi nombre, sentí que todo era una locura, difícil de creer por nadie excepto yo... bailamos y luego salimos juntos a la calle. paseamos por todas las calles y en ningún instante se quitó la máscara. ¿cómo te llamas?, me dijo. iba a decirle mi nombre pero no me acordaba, así que le dije que no me acordaba. se rió y luego se paró y me dio un beso en la frente, y se fue caminando... iba a seguirla pero no quise, preferí irme a mi casa, pero cuando empecé a caminar, no recordaba mi nombre ni el lugar en donde vivía, así que me eché en una banca y dormí... y cuando abrí los ojos, estaba siendo observado por muchos perros... me olían, orinaban, gruñían y muchas cosas mas... apreté los ojos y seguí soñando hasta el día siguiente en que seguramente volvería a ser nuevamente la persona que empezó a escribir una historia frente a su ordenador...


san isidro, diciembre del 2007

Monday, December 17, 2007

mirada al cielo



dicen que los niños ven a Dios, esta niña miraba el techo de una cortina y con sus manitas jugaba como una diosa. le dije que me gustaría darle un beso. dijo que no, que no y que no. me puse a llorar y ella con sus manitas tocando el rostro de Dios, me dijo que sí... gracias, le dije y miré así como ella, hacia el cielo cuando de pronto una mano tocó mi espalda. volteé y vi a un hombre muy alto. cogió a la niña y se la llevo de mi mesa en que estaba ella y yo. adiós, le dije, pero ella siguió mirando hacia el cielo, hacia el rostro de Dios. alcé la vista y sí, allí estaba Dios... te amo, le dije y Dios sonrió así como la niña que le tocaba el rostro...


san isidro, diciembre del 2007

adelante


busco la paz
el aroma de los vivos felices
busco
siempre busco
siempre encuentro
una rosa clavada en un cielo celeste
un ser blindado de ideas...

si el tiempo fuera mío
y la noche tuviera idioma
seguro que pintaría mi nombre
en la línea de cada estrella

no sé quién me dijo tanto
sólo sé que todo se hace humo
cuando termina esta canción,
este poema de paz

siempre adelante
con la vela del presente
dejando huellas de un pasado
limpiando sendas de un sueño...

siempre
siempre
siempre seré una flor
que grita su aroma de paz
mientras la vida
me regale un aliento,
uno mas
cada vez
que abro los ojos
y siento gratitud...

siempre
siempre adelante...


san isidro, diciembre del 2007

Sunday, December 16, 2007

idiomas


supe que grandes escritores gustaban comprar libros llenos de imágenes y de idiomas desconocidos. yo no soy gran escritor ni siquiera pequeño, tan solo me gusta o me provoca escribir en la Web o en un pequeño cuadernillo azul que tengo siempre en mi bolso o en las manos, junto a un lapicero de tinta azul; me gusta ese color, lo uso en mis ternos, corbatas y en casi todos mis pantalones, incluso uso un gorro de ese color. quizá me recuerda que vengo de la oscuridad o que navego en medio de ella. lo cierto es que gusto de escribir como quien se lanza al aire con alas, con aquel sentimiento de libertad, paz o algo por el estilo, y cuando lo realizo me siento muy bien... en eso estaba hasta que leí mucho, demasiado quizá, casi diariamente y por ello compraba libros compulsivamente. tanto fue, que tengo tantos que no podré leer jamás, y aún sabiéndolo, continúo con ese impulso. mis padres me llaman loco, es verdad, estoy fuera de todos los términos normales de una sociedad pobre o rica. no salgo, no como, no gusto de la gente ni ellos de mí, seguramente porque no gusto cambiarme de ropa de otro color que no se el azul, no lo sé ni me interesa saberlo. el caso es que, por esas casualidades, me llegó un libro escrito en japonés, luego otro en latín, en francés, alemán, inglés, etc... me gusta verlos, tocarlos y saber que aunque no los entienda, ellos me entienden a mí. los tengo tras una caja vidrio, y con llave. cuando los tomo hay algo en mi corazón que se enciende como una lumbre. sus líneas se hacen mas azules de lo normal y siento que son una parte del cielo, de ese universo infinito e incomprensible, que tanto amor y respeto le tengo. hace unos meses me puse a escribir en letras extrañas... no supe el porqué lo hacía, pero al hacerlo, dibujaba algo al costado, como muñequitos de colores, pues escribía con colores diferentes, de tono siempre azul. una mañana desperté y no pude ver mas que nubes y nubes... llamé a mis padres y ellos me llevaron a un oculista. este nos dijo que leía demasiado y escribía seguramente mucho. me pidió que bajara la intensidad. dije que sí, pero, al poco tiempo seguí leyendo, escribiendo y, dejé de ver por completo, todo fue perfectamente negro. quedé ciego como la noche, por ello, cuando aún tomo un libro de mi cuarto, siento que leo, que escucho voces de uno que otro personaje, y siento que una luz hermosa me eleva más allá de la oscuridad. y aunque la vida me regaló todo esto, respiro y en cada aliento que recibo, encuentro una nota, una estrella, una línea azul que siento cuando toco los libros del cuarto, sobre todo aquellos que son de otro idioma, aunque no los vea, pero les recuerdo que están bajo una caja de vidrio... mis padres dicen que estoy desvariando y que por ello canto todas las noches, pero, cómo no voy hacerlo si siento dentro de mi alma aquella sinfonía del universo, de esa oscuridad que me narra que cante, que cante, que cante y que lea cada línea apelmazada en ese idioma total, perfecto... la fusión de todos los idiomas, de todas las letras, sí, sí, total, total...


san isidro, diciembre del 2007

Saturday, December 15, 2007

entre uno y uno


me siento en la silla
hojeo un libro viejo
hago que entiendo
aunque no se mi idioma...

abro la puerta
la echo a la calle
ella dice que no volverá
le creo
y cierro la puerta con clavos
y siento que la casa abre sus puertas

no soy un libro
un vaso de agua
un poco de tinta
pero
algo soy
mientras duermo y sueño
como golondrinas en el cielo
sin poner sus patas en la tierra jamás...

hago mas
un poco mas
y las puertas claveteadas se abren
entran un sueño
un miedo
un aliento grueso
y me gritan
que les recuerde
y escriba de ellos...

tomo la tinta
y escribo en todo mi cuerpo
odio el papel
odio la noche sin magia ni silencio

esta tarde fui un hombre afortunado
el mundo me dio una patada en la conciencia
y yo le dije muchas gracias...
tomé las llaves de mi vida
y escapé tras mis sueños y alegrías...


san isidro, diciembre del 2007

Friday, December 14, 2007

paseando


sin querer me detuve un instante mientras iba a comprar un poco de pan, azúcar y queso. vi a este hombre y me dije si era feliz. me le acerqué casi hasta darle un beso en la boca, como los boxeadores y le dije con el pensamiento si era tan feliz como yo. me escupió y luego me dijo muchas malas palabras y con una mano me lanzaba lo que tenía en la bolsa que era pan, queso, azúcar y un paquete de cigarros. me detuve y recogí todo lo que me había tirado. se lo devolví y este se quedó boquiabierto. sonreí y con la mano le dije adiós. seguí mi camino y entré en una panadería y compré el queso, pan y azúcar. salí y en la puerta volví a encontrarme con el mismo hombre. le saludé con la mano y seguí mi camino, pero mientras lo hacía sentí que alguien me seguía. era el hombre. ¿qué desea?, pregunté. se quedó lívido y en un acto de sorpresa, me dio un beso en los labios, luego, me dio su bolsita de pan, queso y azúcar y los cigarrillos. no quise recibirlos pero ya el hombre se había alejado. seguí andando hasta llegar a mi casa y poco antes de entrar vi a un perro que me miraba con hambre y eso que da pena en sus miradas. abrí la bolsa y le di todo lo que el viejo me había regalado, luego, entré a casa. preparé mi desayuno y cuando ya estaba listo a salir vi al perro rascando la puerta de casa. abrí la puerta y el perro se me abalanzó y me lamió toda la cara, para luego irse de lo mas campante. me levanté y salí rumbo al trabajo... tomé un auto y no paré hasta llegar, pero en la ruta miraba los ojos de conductor. era un hombre hermoso y muy joven. me gustó su mirada y le sonreí. este me devolvió el saludo y empezó a hablarme. me dijo si me gustaban los hombres. le dije que no. ¿y las mujeres?. le dije tampoco que no. ¿los animales?. no, respondí. me sentí incómodo, pero por suerte ya estaba llegando al trabajo, y cuando el auto se detuvo, saqué un billete para pagarle pero el conductor dijo que no, que el viaje era gratis. gracias, le dije, y antes de alejarme el hombre dijo que yo le gustaba mucho y que deseaba hacerme el amor. no, respondí y entré al trabajo. todo el día la pasé muy bien hasta que un colega me dijo si deseaba hablar. le miré y tenía unos labios gruesos y carnosos, color sangre. le di un beso en los labios y este me dio un puñete en la cara, rompiéndome la nariz. llamaron a la ambulancia y luego, me llevaron a casa. al poco rato recibí la llamada de mi jefe, preguntándome si me gustaban los hombres. le dije que no. ¿entonces, por qué ha besado a su colega?. le dije que me gusta dar besos a las cosas hermosas. ¡ah!, es usted un artista..., dijo. no, respondí. bueno, en ese caso, puede volver al trabajo apenas se sienta mejor, pero eso sí, por favor evite de dar besos en el trabajo. de acuerdo, respondí. apenas colgó, encendí la TV. daban una serie erótica. la apagué y respiré profundo muchas veces, muchas veces hasta que dejé de sentir mi cuerpo. sentía que era un punto que estaba dentro de un cuerpo lleno de carne. seguí respirando largo y profundo hasta cerrar los ojos. de pronto, me vi en medio de una constelación de estrellas y de una parte de ese lugar aparecieron unas sombras luminosas... se me aceraron y vi por primera vez, la cosa mas bella de todas las cosas, era la belleza misma... me le acerqué y me uní a ella, luego, no sé qué mas, pues abrí los ojos y todo estaba oscuro. me levanté y casi desnudo salí a la calle a caminar. fue raro, no había nadie por las calles, excepto el perro que apenas me vio, dio un brinco hasta lamerme toda mi cara... pude salir del perro, pero no por eso detuve mi paseo... seguí hasta que el día llegó... casi podía tocarlo con los ojos y los dedos. cerré los ojos y le di un beso, de esos que no tienes labios, tan solo corazón...

Thursday, December 13, 2007

mi camino


esas calles por las que día a día camino me hablan tanto... cuentan de un hombre nacido antes que yo y muerto poco después que naciera, tenía un nombre, una historia que contar. le imagino pasando por las mismas calles, deteniéndose un momento en el parque y ponerse a silbar cuando ve un ave en cielo saltar de una rama a otra, y en ese momento cierra los ojos e imagina a un hombre que aún no existe robando a una mujer en la puerta de una casa. ella grita y el corre hacia ella y ve al ladrón huir como un gato por la noche. la mujer es una anciana, bella y de ojos azules. le coge del brazo y le pide que la acompañe hasta la entrada de su casa. toca la puerta y sale un anciano. este hombre le mira y siente que le ha visto en algún lugar pero no lo recuerda. se despiden con un saludo de gratitud. nuestro hombre sigue caminando hasta llegar a su banca. se sienta y cierra los ojos. cuando los abre está sentando en la misma banca con el Sol que le quema la cara y un perro que le huele y mira como si estuviera haciendo algo anormal. se para y sigue caminando hasta llegar a su centro de labores. saluda a su jefe y a los demás compañeros y sigue laborando hasta que le llega la noche. sale y vuelve a pasar por las mismas calles cuando de pronto ve una sombra muy grande, se asusta y siente que esa sombra le mira a lo lejos en el tiempo, tan lejos que tiene que correr y cuando llega a una esquina escucha los gritos de una anciana. se detiene y ve su sueño realizado... sonríe y sabe que está mas vivo que la sombra que viene lejos en el tiempo...


san isidro, diciembre del 2007

especial

Abel


Salí tan temprano que supe que todo iría mal. Llegué al taller y un señor de traje oscuro y lentes también me esperaba con una larga y peligrosa sonrisa. Me llamó por mi nombre y mientras esperaba por mi respuesta pensé en negarme, pero no lo hice y dije que sí, que era la misma persona. Felicitaciones, me dijo. Luego, abrió un maletín y sacó cinco libros grandes y pesados. Son para usted, me dijo. Gracias, respondí mientras miraba la tapa y los nombre de los cinco libros. Sus páginas eran de papel de seda y su tapa era de cuero con letras de pan de oro. Los autores eran los más venerados por mí, desde mi vida de lector. Firmé una hoja que me dio el extraño hombre y sin más, entré al taller. Fue raro. Todos me miraban a la cara y yo sentía que algo muy malo veían. ¿Qué les ocurrirá?, pensaba. No bien pasé a mi oficina cuando puse los libros enfrente de mis ojos. Los abrí y no supe más. Perdí el conocimiento. Cuando volví en mí, estaba echado en una cama, bien cobijado y alumbrado por una vela muy grande. Pensé en la luz, por ello me levanté y busqué a tientas el interruptor. No lo encontré. Más bien vi a un lado de aquel extraño y gran cuarto, lleno de cuadros con rostros y cuerpos completos de diferentes autores un escritorio lleno de páginas en blanco y mucha tinta y pluma… Estoy desvariando, pensé. Pero no, caminé hasta llegar al escritorio y me senté. Apenas toqué la pluma, un impulso me hizo escribir sin parar sobre las hojas en blanco que eran duras como el lienzo pintado de un artista. No supe cuánto tiempo pasó, pero fue mucho. Tanto fue que caí derrumbado sobre una ruma de papeles escritos. Cuando abrí los ojos, aun estaba en mi oficina. Ya no estaba nadie. Todos se habían ido. Me fijé en los cinco libros y no estaban. Casi me vuelvo loco y los busqué por todas partes. Ya era mas de la media noche y supe que los había perdido o me los habían robado. Salí del taller y tomé un auto que llevara a mi casa. Apenas entré vi al mismo hombre vestido de negro, con los cinco libros en la mano. No entendí el cómo había entrado a casa. Pero allí estaba. ¿Quién es usted?, pregunté. Sonrió como antes y sentí un escalofrío en el espinazo. Soy usted, me dijo. ¿Yo?, respondí. Bueno, una parte de usted. Soy un personaje que aun no brota de su imaginación pero lo hará en estos días y mi presentación tiene un sentido, el de tener un nombre. Deseo que escuché mi historia para cuando le venga la forma de la historia total ya sepa cómo ubicarme, y si bien le he dado cinco libros es porque son mis autores favoritos y en ellos aparezco yo, pero no como me hubiese gustado existir. No sabe usted cómo se vive de esa manera. De ideas en ideas, de críticas en críticas… En fin algo penoso y que no deseo que vuelva a ocurrir. El extraño personaje siguió hablando para luego sentarse en una de mis sillas y tomar una taza de té. Luego, mientras bebía me contó su historia. Interesante y elocuente. Terminó. Lo acompañé a la puerta y cuando le abrí la puerta, y darle la espalda, ya no estaba mas… Sonreí. Nunca me había ocurrido antes. Pero, siempre hay una primera vez. Caminé hasta sentarme en mi escritorio y cuando subí la vista tenía los mismos autores de los libros que en una parte de mi vida me regalara un personaje que sería mi personaje en una próxima novela que yo escribiría. Leí los cinco libros y cuando los terminé supe que tenía algo que contar. Lo extraño fue que en todos los libros, el extraño personaje aparecía con nombre diferente, pero era el mismo. Así que tuve que ponerle un nombre. Cerré los ojos y no los abrí hasta que sentí una voz, lejana, oscura, que provenía de mi mundo interior. “Abel”, escuché. Abrí los ojos y corrí hacia mi escritorio. No podía esperar más…


San Isidro, Diciembre del 2007

Wednesday, December 12, 2007

ciegos


leía tanto, tanto
que los ojos se apagaron
como llama ante la brisa...

llamé
grité tu nombre, el mío
pero nadie escuchaba

tuve que callar
y allí
en silencio total
escuché una voz
cálida como la primavera
era una mujer

le dije que leía
que mis ojos no veían
que mis manos sabían tanto hoy como mañana
todo eso le dije
y ella tocó mis manos
y lloró como una madre

la quise tocar
mirar
abrazar
pero no
ella se iba
lejos
así como el sueño

grité tu nombre, el mío
pero no escuchaba mas que la brisa del pasado
y el recuerdo de unas manos en las mías...

ya agotado
arrastré mi cuerpo sobre el barro
conocí la soledad de los muertos
la gracia de la oscuridad viva
el tacto del amor
el color de la nada
y lloré mucho
y mi llanto se hizo fuego ante mis ojos
y pude ver
sí,
pude verte
lejos caminabas
con una hoja escrita en tus manos
y yo hablaba en sus líneas
y tu llorabas sin parar
ante el grito lejano de mi alma

supe al fin lo que era el perdón,
perdoné
supe al fin lo que era gratitud,
agradecí...
y luego
abrí los ojos
y vi tan cerca tu rostro, el mío
que sentí cerrarlos
amé más tus sueños y tus ojos ciegos...


san isidro, diciembre del 2007

Tuesday, December 11, 2007

durmiendo


largas son las noches que espero
que sueño con notas disonantes
y un silbido largo de un gallo negro

podría conversar contigo
decirte cuanto lo siento
decirte que vivo dentro de un cuerpo
que lloro cuando río
que invento cuando me pagan
que digo mil cosas
para esconderme de ti...

si
eso cuento en mis líneas
en mis cartas largas y llenas de lágrimas modernas

y cuando llego a mi catre
pienso en todo
cuanto no hice y pude...

es seguirte en tus sueños
tras esos momentos
en que insisto en disonantes notas
pues
ellas son la flor de la sencillez
de quien escribe por la noche,
sin saber a quién
y por qué...
y hasta cuándo...


san isidro, diciembre del 2007

Monday, December 10, 2007

valor del momento


les miraba y dentro de mí sentía esas ganas de arrancarles la piel del rostro y ver qué es lo que sienten. aunque, aunque fuera de ese modo, no encontraría la verdad. semblantes de personas que imagino conocer pero que hay tan poco conocido. les vi a los dos y les pedí una sonrisa. fue duro para ambos, pues, ambos saben que no son iguales, que viven sin saber adonde van y giran como trompos sobre el piso de sus días a días. les miro y siento que hay mucha pintura mía en sus rostros, en sus manos y en sus pensamientos. pueda ser que jamás hayan existido mas que en mi imaginación, o, por el contrario, sea yo quien vive en sus sueños e imágenes buenas de sus vidas... les vi y supe que pronto iba a ser diferente, que las noches serían cadáveres de los días malos, y que el brillo de sus miradas era mas que dos estrellas apagándose sobre los rieles de la vida... supe que todo era un poco mas de vida encarnada y vista por el valor del momento...


san isidro, diciembre del 2007

Sunday, December 09, 2007

reuniones


nunca me han gustado las reuniones... sobre todo si es en lugares llenos de gente y la comida es cara, y la familia se reune con caras aburridas y llenas de compromiso. me hubiera gustado no salir y estar echado en una cama cómoda, leyendo libros o escribiendo cuentos, poemas, dibujando, mirando una película, en fin, encerrado en mi cuarto... pero no, tuve una reunión y todos estuvieron llenos de comida y con los ojos llenos de hastío o aburrimiento, gastados de hablar lo mismo, o contándose las mismas mentiras elegantes de siempre mientras beben, comen y pagan la cuantiosa cuenta... les quiero, pero, desde lejos...

san isidro, diciembre del 2007

Friday, December 07, 2007

roto


se me caen las luces del Sol cuando el cielo se hace nubes y sobre cada una se abre una especie de lanza que con un ser negro con capa y corcel viaja como un rayo por todos lados y los niños empiezan a correr y yo me hago un ovillo al ver tanta desgracia y las luces me hinca la vista, por ello cierro los ojos deseando no abrirlos jamás porque soy cobarde y sensible y temo siempre, siempre temo como esos perros a punto de ser mojados por su dueño. es duro cuando el mundo se cae como vidrio y su sonido es terrorífico y uno siente que jamás se volverá a ser como antes, aunque el antes haya sido desgraciado o bello, porque desde lejos en el tiempo las cosas son hermosas y claras como esos amaneceres de verano cuando niño, pero ahora mientras todo se detiene y la gente se encoge como larvas antes el Sol me siento mal, aunque todo haya de pasar como siempre ha ocurrido a lo largo de mis tantas vidas, porque yo he tenido muchas vidas, una de ellas es esta en que muero como una rata ante el cambio del Sol y del tiempo, pues alguien debe de haberse portado mal como esos perros que muerden la cara del hijo de su dueño, dejándole un trozo menos de cara, provocando la ira de su amo o dueño, algo así por ejemplo... espero que nuestros días y noches se hagan hermanos (es mi esperanza), que se junten en sueños, se hablen, se presten tiempo, color o sonido... es bello imaginarse las cosas cuando todo sigue rompiéndose, moviéndose, cambiando como siempre, como cada mañana en que me miro la cara frente al espejo, observando ya a un hombre nonagenario, casi ciego, sin cabellos y lleno de dolor por toda su alma antes el bramar de todos sus sueños...



san isidro, diciembre del 2007

Thursday, December 06, 2007

malas oraciones


no tenía hambre, sin embargo había toda una fuente en la mesa de casa. era extraño pues nadie mas que yo vivía allí, así que, cogí una silla y me senté en la mesa, y con las manos empecé a comer. era extraño comer cosas nuevas, como vísceras de perro, gato, rata, y esos ojos dentro de gelatina lo hacían verse medio surrealista pero mientras los comía, sabían bien... lo terminé todo. iba a pararme cuando escuché que alguien entraba a casa. ¿pero si sólo yo tengo llave y nadie mas que yo entra?, me cuestionaba. me paré y me puse tras uno de las sillones de la casa. escuché pasos que se acercaban al comedor. sentí miedo y así fuertemente el cuchillo con que había cercenado, cortado, matado a todos esos bichos, incluido aquel anciano que se ponía a mendigar en la puerta de la casa. de pronto los pasos se detuvieron y como era un poco oscuro, vi la sombra gigantesca de una persona. iba a decir quién era, pero no, esperé, mejor esperé, asiendo mi cuchillo en la mano. como las luces estaban encendidas no podía moverme así que empecé a avanzar con el mueble hasta casi llegar a la entrada del comedor y casi pude sentir la respiración de un ser humano... no pude mas y grité: ¡quién es!... la sombra empezó a moverse pero en sentido contrario, como saliendo de la casa. me paré y corrí con el cuchillo en la mano hasta donde estaba la sombra. lamentablemente sólo estaban unas huellas y retazos de ropa vieja, ensangrentadas y llenas de huecos. recordé la ropa del anciano y sí, era la misma ropa. ¿qué hago?... ¿será su alma que viene por el cuerpo de viejo?, pensaba, pero ya sus carnes circulaban por mis venas, así que tuve que coger la ropa del anciano, preguntándome cómo habían parado allí, y sí, el alma de las personas tienen sombra. todas esas cosas pensaba cuando escuché unos gemidos por la calle. yo vivía en las afueras del pueblo, y estaba rodeado por un gran bosque lleno de animales y caballos y perros y lobos y una que otra alma vagabunda en busca de un ser humano que le temiera... yo no tenía miedo a nada, menos a la muerte así que salí con mi cuchillo en mitad de la oscuridad de la noche y me metí al centro del bosque y grité: ¡¿dónde están?!. nada, tan solo el silencio de la noche y ojos, ojos brillantes que me miraban como si fueran velitas de iglesia... salí del bosque y me corté un poco el brazo. deseaba beber mi sangre luego de cada festín. me sentí mejor y como era luna llena, corrí por los valles aullando como un lobo... fue bello hasta que llegó el día, y allí estaba, como siempre, desnudo en la puerta de la iglesia del pueblo, gritando la bendición del cura que aún no llegaba. esperé y vi salir a toda la gente del pueblo que al verme me lanzaban injurias y piedras y pedazos de mierda con palos... me levanté y corrí hasta llegar a la casa del cura. toqué la puerta y salió. pasa, me dijo. entré y me dio de vestir y comer. ¿qué me has traído?, dijo el cura. sonreí. me senté en el piso y empecé a cagar y salieron todos los pedazos de la gente que me había tragado... ¿eso es todo?, dijo. sí, respondí. puedes irte en paz, pero antes reza y pide al Señor que te de claridad y humanidad. sí, respondí mientras envolvía toda mi mierda y la colocaba en una bolsa, para luego, irme por donde entré, hacia mi casa...


san isidro, diciembre del 2007

Wednesday, December 05, 2007

retratos


tenía mucha hambre pero tan sólo contaba con unas monedas así que salí al mercado y fui a comprarme un poco de fruta y pan y agua mineral. encontré en el camino a un ciego, a niños callejeros muy sucios y a una señora sin piernas pero con una sonrisa hermosa y unos ojos grandes y negros. su cabello no se le podía ver, tenía una pañoleta en la cabeza que era bastante pequeña y en forma de huevo, podía darme cuenta que usaba el pelo corto. me gustó su invitación hacia una conversación, a pesar que tenía mucha hambre y me senté a su lado, en el piso y hablamos. lo malo era que era de una lejana provincia de mi país por lo que habían palabras que no le entendía pero era un disfrute su risa cuando le decía algo gracioso. era como si la alegría de esa mujer me inundara como oleadas de agua que salía por su boca que me hacían sentirme lleno y satisfecho. así seguimos cuando vino un anciano y con suma delicadeza le dijo que ya era hora de irse. vi al hombre viejo y este lucía un fez en la cabeza. pensé que era turco u oriental, pero hablaba bastante bien el español y su dejo era el mismo que el de la mujer sin piernas. me voy, me dijo. ya estaba por irse cuando le dije si podíamos vernos otro día. dijo que sí, en el mismo lugar y a la misma hora. le dije que sí. apenas la vi alejarse vino el hambre como una nube gris y me hundió en mis necesidades. seguí caminando hasta llegar a una bodega. compré fruta y agua mineral y pan. con mi bolsa seguí caminando hasta llegar a mi casa. entré y vi una foto en el suelo. era la mujer y yo conversando de lo mas contentos. lo extraño era que la mujer en la foto tenía dos piernas y saltaba, y esa silla en que estaba sentada era un arbusto. pensé que en todo lo que había pasado y supe que algo raro me sucedería al día siguiente. siempre soy una persona que sueña, pero esta vez no soñé nada, es mas, abrí los ojos una vez que me había acostado y ya era de día. me sentí renovado por aquel extraño despertar, pero muy bien. me bañé y saqué todos mis libros y fotos y me fui a mi esquina a venderlos. llevé por casualidad la foto de la mujer sin piernas que en esa fotos sí las tenía. llegué a la rotonda y saqué todos mis cosos. colgué en el centro la foto de la mujer y esperé que llegaran clientes. ese día vendí todo, menos la foto de la mujer. terminé al medio día y sin pensarlo mas fui corriendo a mi cita. llegué y me encontré con el mismo ciego, los niños callejeros y con la mujer sin piernas y con sus hermosos ojos. allí estaba. la llamé pero no recordaba su nombre. me le acerqué y apenas estuve a su lado le pedí si podía tomarle una foto con mi cámara que había sacado por esta vez... dijo que sí con su alegría desbordante que llenaba toda mi alma... se la tomé y de pronto, escuché otra foto a mi espalda. volteé y era un hombre extraño, bastante alejado del lugar en donde estaba. me iba acercar pero antes le pedí permiso a la mujer coja. me sonrió y dijo que sí y que no demorase y tuviera cuidado. mientras me acercaba al hombre, este siguió caminando hasta alejarse de mí mas y mas. corrí y este corrió... cruzamos la pista y pude verle la espalda. le grité para que se detuviese y este se detuvo. se volteó y no sé por qué me quedé paralizado... yo lo había visto antes, pero no podía recordarlo. y cuando el hombre comenzó a acercárseme escuché los gritos de la gente y una sombra negra que me ahogaba, luego, un golpe sordo y nada mas... cuando volví en sí, estaba echado en una cama y a mi lado estaba la bella mujer de ojos negros con ese turbante blanco en su cabellera. tuviste un accidente, me dije, pero te salvarás. gracias, le dije y cuando la miré mejor la vi caminando, bellamente mientras un hombre viejo con una fez en la cabeza la llamaba. iba a levantarme pero no pude, nunca iba a poder porque ahora el que no tenía piernas era yo... no entendí nada, pero antes que se alejara le pedí a la bella mujer que me llevara un día al parque. pasados varias semanas estábamos en el mismo parque y ella se reía conmigo de una manera tan tierna y bella que me hubiese quedado así por el resto del día. y en ese preciso instante vi al viejo hombre con fez en la cabeza tomándonos una foto. ambos me llevaron a mi casa y antes de despedirse me regalaron la foto tomada... y sí, era yo quien no tenía piernas y mi rostro era tan triste, al contrario de la bella mujer de turbante y ojos negros. cogí la foto y me la puse en el pecho, esperando al día siguiente. ¿quién sabe si todo volvería a la normalidad?


san isidro, diciembre del 2007

libros usados


después de leer a varios autores de la literatura universal me quedan ganas mas que de leer. no sabría cuál es, o ha sido, el mejor. todos son diferentes, siempre y cuando se hayan escrito con amor y pasión. esa es la manera de escribir. sin esperar nada de nadie, mas que de uno mismo. sondear el pasado y ver que todo se va quedando negro o vacío, muertes escarchadas de desgracias, alegrías golondrinas y noticias en blanco, alentadoras como la paz... de eso se encarga la gente sencilla que sabe lo que no quiere, pero hace siempre lo mismo, es decir, hace lo que le dice su patrón interior... un patrón de conducta es nuestro uniforme, y seguir escribiendo dentro de nosotros, como un libro que no cesa de tener hojas y hojas en blanco, como todas las noches y como todas las tardes. mis padres son hermosos y llenos de vida, sin embrago hay algo que pronto se abrirá y las cosas del mundo tomarán la verdad y el resto de todo el gentío, quedará llenándose de amor, como lluvia de verano, y será para quien decide apagar la llamas de toda confusión externa o interna… es el mismo dolor contra la misma agua…


san isidro, diciembre del 2007

Tuesday, December 04, 2007

soñando despierto


estar así, sentado, escribiendo, me parece un milagro, una de esas cosas que no todos los días suceden. soy un milagro por algo que algunos saben: vivimos y eso es todo. sentado, escribiendo, respirando encuentro en la vida aquello que tanto busqué, el dar, dar sin esperar, el darse uno mismo.

hubo un tiempo en que mi vida era un vacío, de esos que se sienten cuando estás en un cuarto, solo, sin saber adónde ir ni a quién buscar. estás solo y eso lo sientes y lo sabes muy bien... pero, respiras y eso te da ese sentimiento grande que da el saber que vives, que no eres como la noche, la estrellas ni siquiera el perro que te huele, mira o simplemente camina de un lado a otro a altas horas de la noche.

tengo el cansancio de un Cristo con su cruz, subiendo la pendiente de la muerte, de ese momento en que tan solo anhelas que todo acabe, pero ya estás echado, mirando que tus carnes se llenan de sangre, y aprietas los dientes, sudas frío, y miras al cielo buscando un lugar para escapar, para irnos lejos, o quizá cerca, cerca de esa eternidad que late a través de nuestras venas... y cuando todo se hace negro, respiras hondo mientras luchas con el último de tus aliento y mueres y eso es todo lo que anhelas, dejar de sufrir, dejar de ser, dejar de cargar todo el dolor de tanta vida... aunque sientes y sabes que jamás la caminarías por otra...

seguí sentado en mi silla y seguí escribiendo sin parar cuando sentí ese calor en mi pecho, en mi corazón... pensé que eran gases, pero no, sentí una presencia. volteé y no vi nada, nada de nada, tan solo el silencio total y una cama abierta esperando mi carne, mi último aliento. seguí escribiendo y no supe mas...

ya por la mañana vi un pedazo de ropa en el piso. era mía. la tomé y me la puse. salía a la calle y vi que todo tenía un nombre escrito en sus ojos, en cada espacio. pensé que enloquecía, pero no era así. toda persona se me acercaba y miraba dentro de mis ojos y decían un nombre impronunciable... ¿es mi nombre?, pregunté. todo el mundo río y yo reí con todos ellos... así seguí hasta llegar a mi cuarto. entré y vi hojas y hojas escritas por mí, y en cada página había garabatos y mas garabatos... sin embargo, entendí todo, sabía que estaba bien y sólo yo lo sabía... quemé todas las hojas y el humo salió por la ventana. me gritaron desde abajo y yo seguí riendo hasta que todo el cuarto se incendió. yo también, aunque el dolor fue diferente, era como si tomara mucho alcohol y mis manos temblaran como cuerdas de cable telefónico... fue dulce pero todo negro...


san isidro, diciembre del 2007

Tuesday, November 27, 2007

lectura


me habían dicho, o, mejor dicho, había leído que el libro que compré era excelente, pero, al cabo de cuarenta y tantas hojas leídas supe la verdad, era un libro mas. así que lo forré y lo puse en mi biblioteca, al lado de los libros que jamás volvería a leer y que en su parte mas alta dice: "no recomendar". eso de libros buenos, malos es relativo, depende el lector. hay veces en que me llega un libro y es maravilloso, así que lo recomiendo a un viejo amigo. lo extraño es que sólo a mí y a una que otra persona le ha fascinado el libro, por lo tanto, eso de recomendar no es saludable. en estos tiempos busco libros antiguos, de esos que tienen mas de cincuenta años, o mas... los contemporáneos no me dice nada, es mas, quizá están bien escritos pero no hay esa magia que le gusta tanto a mi alma y que hace decir: "es maravilloso"... no es bueno recomendar nada, en especial los libros. una vez llegó a mi puesto de librero una señora, preguntando si yo deseaba ir a la biblioteca de su difunto marido. va a venderlos, pensé. le pedí su dirección, el día de visita y el teléfono para coordinar mi llegada. fui a la casa. era un castillo, metido en un bosquecillo en pleno centro de la ciudad. algo muy raro porque yo pensaba que conocía todo, pero, no fue así. toqué el timbre y salió un hombre vestido de mayordomo. le di mi nombre y pregunté por la señora. lo está esperando, dijo. entré y fui caminando por esa lujosa casa. cada paso que daba me arrepentía de estar allí porque ya vislumbraba la inmensa biblioteca que tenían, además, porque no tenía suficiente dinero para realizar el negocio. llegué a la biblioteca y me encontré con la señora. miré la inmensa cantidad de bellos libros, ordenados uno al lado del otro, y todos con lomo de cuero y filetes dorados, empotrador en cada una de las inmensas paredes de la casa, y supe que algo raro pasaba, porque no tenía mas que unos pesos... me sinceré con la madame y le dije que se había confundido porque no tenía la cantidad de dinero suficiente como para comprarle su biblioteca... ¿vender?, me preguntó la bella señora, ¡no, señor!, no están en venta, se los regalo... ¡lléveselos!. me quedé anonadado y le pregunté el por qué hacia eso. me dijo con una sonrisa maquiavélica que su marido había sido un amante de los libros y la lectura, y a lo largo de toda su vida, fueron los libros toda su prioridad, y fueron ellos los que los separaron una y otra vez, hasta llegar a morir sentado en su escritorio limpiando uno que otro libro, porque además de lector, era un eximio restaurador... no había libro que no rescatase y lo volviese como nuevo... y en eso la pasó el resto de su vida, así que, todos los libros son suyos... me quedé sorprendido y sin pensar en nada, llamé a un viejo amigo y, como tenía un camión, le pedí que me ayudase a llevar todos los libros que entrasen. me hice casi rico con la venta de esos libros, pero, hubo unos cuantos con los que me quedé. tenía una Biblia del siglo XVII, en latín. uno que otro Quijote, del siglo XVI. joyas que tuve que guardar en mi biblioteca personal, y que suelo releer una y otra vez hasta que me vence el sueño. por las mañana suelo ir a la librería y sentarme frente a la entrada por una hora antes de abrirla. es una especie de rito que suelo hacer hace mas de treinta años. aún recuerdo la primera vez en que entré en la librería. allí estaba la señora y su marido, los dueños, y yo, entrando por un aviso en el periódico para laborar en la limpieza y cuidado de libros. siempre les tuve amor, pero trabajar en ello era un regalo de Dios. mis jefes se fueron muy lejos por extraños motivos y me dejaron de regalo toda la librería. un golpe de suerte y un golpe de a de veras intenso. allí volví a nacer. leer fue mi comunión con la belleza, y, cuidar de los libros, una bendición. pensar en que uno que otro libro llegará a sus manos y que lo leerá, es un sentimiento sin palabras, que le da a mi vida una especie de gratitud al sentimiento de servicio. por ello gusto sentarme una hora antes de abrir y al cerrar lo hago un poco mas lejos... veo la gente que pasa y se pone a mirar los libros por la ventana, es bello. me les acerco y les digo si les gusta. entablamos conversación y luego se van o vienen a comprar el libro que les había recomendado. apenas me ven, sonríen pero siempre compran uno que otro libro...los libros antiguos los tengo aparte, en el segundo piso, y es como mi templo. allí aún respiran esos seres que viven por la eternidad dentro de los libros, y en el corazón de las personas, de los lectores... gracias les digo a cada uno de los libros, y ellos callan, sé su situación, pero apenas los cojo y leo, es una fiesta, un regalo de Dios...


san isidro, noviembre del 2007

Monday, November 26, 2007

podría...


podría decir que te amo,
pero no sé lo que es el amor...
tan solo lo siento a lo lejos,
a lo cerca de la noche,
en nuestros ojos y cuerpos...

pero no,
no es mas que conjunciones
maneras de sentir
maneras de coger lo inasible
besar el aire que respiro y vivir por siempre...

no soy mas que un aliento bello,
un soplo de Dios en la carne
y por ello es que canto, escribo, lloro...

no soy mas que un podría
mas ahora
frente a la inmensidad del ahora y la noche
lloro por eso que podría
y no puedo,
porque estás lejos y cerca
porque eres un sueño de esos que no se repiten
y
porque muero hoy
como todas las noches...

amo
eso
es lo que podría
a través de un momento
un instante
un aliento...



san isidro, noviembre del 2007

la casa


tengo una casa, grande, de tres pisos y llena de muebles viejos. sólo vivo yo en ella, y ella me quiere tanto que no le gusta que salga a la calle. cuando salgo siento que algo malo me va a suceder y durante todo el tiempo que la paso afuera, la extraño, como si fuera una parte de mí, pero tengo que alimentarme y conservar la casa que me dejaron mis abuelos, pues nunca conocí a mi padres, sólo a mis abuelos que desde que tengo uso de razón, jamás me hablaron directo a la cara. todo fue a través de notas escritas en una vieja pizarra que ellos tenían en una parte de la casa de tres pisos. así viví hasta que se fueron en su cajón. primero fue él, luego, ella... a pesar de que estaba sola, no me hablaba, y no es que fuera muda, no, hablaba muy bien, hasta cantaba, y cómo hablaba por el teléfono, era como si fuera su mejor amiga, su madre, su todo, eso era ese aparato para ella. por eso, cuando se fue en su cajón al cementerio, lo primero que hice fue tirar el teléfono a la calle, luego, quedé solo, sin nadie mas que la casa y con la nota y herencia de mis abuelos en donde me exigían que debía cuidar la casa hasta que cumpliera los treinta años. y pensar que en ese tiempo tan solo contaba con quince. vinieron unos señores que decían ser familiares pero que no se acostumbraron al silencio infinito de la casa. al poco tiempo se fueron, dejándome con una vieja, que tan solo viene por la mañana y se va al medio día. trato de no verla pues es vieja, fea y con esa joroba que parece un duende verde y con pelos blancos... la odio. por eso es que al poco tiempo dejó de venir y quedé totalmente solo. lo extraño fue que me acostumbre a estar así, solo, sin nadie a mi lado. y cuando iba al colegio, y luego a la universidad, no hablaba mas que con los profesores cuando me pedían que hablara. era la única forma. esto producto del estilo de vida con mis abuelos. muchas veces cuando estoy en la casa, apago todas la luces e imagino a mis padres, preguntándome el por qué me dejaron solo, con mis abuelos, es decir, con los muertos... y en ese silencio que me remoja el alma toda. pero uno llega a acostumbrarse, y yo me acostumbré a mi casa y a la soledad... cuando no tengo nada que hacer, compro latas de pintura y pinto día y noche hasta que todo esté terminado. luego, salgo al calle y la contemplo, como su fuera una obra de Dalí, o Picasso, o mía en otras palabras... el tiempo pasa y ya cumplí los años requeridos, pero no puedo vivir mucho tiempo alejando de ella. la extraño, sobre todo cuando llega el día tímidamente por las anchas ventanas, o cuando enciendo las velas en toda la casa, produciendo esas formas, sombras con vida propia. me encanta esa forma de vida de la casa. muchas veces me quedo contemplando desde la ventana a la gente que pasa. les escucho, ríen, de mi según creo. pero no les hago caso. una vez entró un ave a la casa, y me gustó su manera de mirarme. la vi como volaba de una sala a la otra, luego, de un piso a otro, y lo que mas me gustó fue cuando se estrelló contra la ventana de vidrio. era gracioso verla esforzándose por salir. iba abrirle la ventana pero no, decidí no hacerlo y ver que por ella misma encontrara la salida. al día siguiente la vi tirada en el piso, llena de sangre y con el pico roto y con las hormigas que se le metían por todas partes de cuerpo. no la toqué hasta después de una semana. cuando volví a verla, era una cosa seca de plumas. la cogí y la eché al tacho de basura. limpié la ventana ensangrentada y seguí en lo mío. otra vez entró un perro, era bello el perrito y le gustaba estar pegado a mí. eso no le gustaba a la casa porque se meaba, cagaba en cualquier sitio. tuve que abrirle la puerta, pero este loco no se movió. no le di de comer, nada. y cuando yo merendaba, veía su cara y su lengua y sus patas que no cesaban de empujarme. pero no le hice caso. una vez terminado de cenar, abría la puerta, pero era inútil, no se movía de la casa... por suerte llegó un día, luego de semanas en que lo vi tan flaco que ya no se cagaba no orinaba, pero sí que se comía la madera y los retazos de tela de la casa. al poco tiempo lo vi cagando sangre y mierda y le vi caer de debilidad en el piso. lo mismo, tuve que llevarlo a la basura... desde esa fecha no he vuelto a ver ni un se vivo, aparte de los bichos y ratas que pululan como yo por la casa... una tarde en que estaba sentado en el parque que está al lado de la casa vi a una señorita sentarse a mi lado. me pregunté qué querría de mí y de la casa, así que no abrí la boca. pero ella sí que la abrió y no dejó de hablarme por horas... yo le miraba los ojos, la piel, su ropa, sus manos, sus dientes y sentí que sería como un bello adorno para la casa. me levanté pero antes le cogí la mano. ella sin saber por qué se dejó llevar por mí. entramos y ella se quedó anonadada de la casa. no cesaba de hablar, de bailar de un lado a otro. yo miraba las paredes, los cuadros, las escaleras de la casa y pensaba en dónde podría quedare mejor.

de pronto, cuando se puso frente al inmenso espejo de marco dorado de la sala, supe el lugar... mientras ella se miraba y bailaba frente al espejo, me movía a prisa y con un martillo fui hacia la joven. ella seguía mirándose sin darse cuenta de mis manos levantadas dispuestas a golpear su bella cabecita... mientras daba paso tras paso, ella seguía hablándome, y yo miraba de reojo las paredes, los cuadros, las ventas, el piso y todo ellos me decían los mismo. sí, sí, hazlo, hazlo por nosotros... una vez en el piso, la desnudé y puse sus ropas en una maniquí de mis abuelos. antes había limpiado sus ropas, y su cuerpo lo había puesto bajo cuatro metro abajo del jardín de la casa. fue bello ver ese maniquí con esas ropas frente al gran espejo, y mas bello fue cuando, al cabo de meses, vi un hermoso árbol brotar del jardín. no sabía qué nombre ponerle, pues nunca supe el nombre de la bella joven, así que le puse el nombre de "ella". cada tres días la regaba por la noche, y veía cómo la gente pasaba por la casa y me miraba con cierta timidez, como queriendo conocer la casa de mis abuelos... aún salgo al trabajo del Banco y sigo contento con la casa, pero, uno a todo llega a casarse, sobre todo cuando ve que las paredes de la casa se desgastan y desgastan, y las ventanas se ahumean mas y mas con el tiempo, y los jardines se vuelven mas y mas salvajes, sobre todo ahora en que no tengo fuerzas, y casi tengo la misma cara que mi abuelo, pero, estoy solo, o, mejor dicho, solo en la casa...


san isidro, noviembre del 2007

¿Qué es la Soledad?


y bueno, la soledad es parte de mí.
lo veo de una manera simple.
la soledad es mi vida, hermano...
no me busca ni yo la busco, nos encontramos siempre.
mientras espero el bus.
cuando miro hacia el cielo negro.
en los ojos de mi madre.
en las tardes domingueras de verano.
en la bulla de un colegio de niños.
en un estadio vacío después de una derrota.
en el espejo por las mañanas.
en mis libros.
en mi cuarto sucio o limpio.
en la página por llenar, por dibujar un poema...
en todas partes está,
esa es mi soledad,
que no es desolación, al contrario.

mi soledad es el cuarto, el espacio;
el momento en que comulgo con mi propio ser
y en ese instante, siento paz,
sólo allí,
sólo allí está mi otra parte.

esa que tanto necesito
y que muchos años atrás
la buscaba en la calle,
en la gente,
en el éxito,
en los labios de una mujer,
en el sexo,
en Dios,
en todas partes la buscaba,
pero sólo estaba dentro de mí,
y no como una sombra, no.
era mi propio espacio de comunión con esa parte bella,
inmaculada de mi existencia...
y, desde allí te escribo, me escribo,
siempre...


San isidro, noviembre del 2007

Sunday, November 25, 2007

Pequeñas Necesidades


Cogí una moneda que encontré en el piso y fui a comprar una gaseosa, tenía mucha sed. Entré a una cantina y pedí una gaseosa. Cuesta cinco pesos, dijo un hombre sucio y grande y de cara agresiva, mala. Le pagué con mi moneda y el tipo me atendió. Tomé la gaseosa y pude saciar mi sed, pero tuve mucha más sed, pero, no tenía más monedas así que le pedí una al hombre de cara mala. Me miró y con una sonrisa, y de sorpresa, me dio un golpe en la cara. Caí al piso y perdí la razón. Cuando desperté, estaba tirado en mitad de la calle. Estaba lloviendo muy fuerte y ya era de noche, cuando vi a un hombre elegante pasar por mi lado. Lo seguí como un perro, y, cuando lo alcancé, le dije que yo tenía mucha sed. Mira hacia arriba y abre tu boca, me dijo. Le hice caso. Abrí la boca y sentí que la lluvia del cielo mataba mi sed… ¡Gracias!, le dije al señor elegante, que se iba en un auto negro por las calles oscuras de la ciudad. Seguía lloviendo y busqué un rincón para escapar del frío. Lo encontré y supe que aún tenía más frío. No tenía monedas. No tenía nada cuando vi una manada de perros que pasaban por la calle. Les miré y ellos me miraron. Se acercaron y rodearon. Me olieron el cuerpo, y luego, se apearon a mi lado como una frazada de carne y pelos. Me dieron calor pero al día siguiente, cuando abrí los ojos, no pude moverme, y cuando quise hablar, tosía, como un perro… Nadie me hizo caso. Ni los perros ni la gente, nadie… Así que, me eché en el suelo y esperé, esperé y esperé hasta que llegara un sentimiento interior para liberarme de todo lo pasado. Del frío, del dolor, de todo... De pronto, no tuve ni frío ni calor ni hambre ni nada. No tenía nada, ni siquiera respiraba, nada. Libre…

San Isidro, Noviembre del 2007

Saturday, November 24, 2007

cambia el aire que respiras por amor (1)


sentado frente a mí estaba un hombre el cual conocía hacía mas de treinta años. sus ojos eran los mismos, su cabello escaso y blanco, y sus manos eran suaves y agotadas, solitarias como el instante en que se hallaba... era el primer hombre que vino a esta parte del mundo a darme las buenas nuevas. a decirme que había algo mas para mí, a contarme la historia de mi vida clavada en un instante, un instante de paz, alegría y amor verdadero...

hablamos por más de siete horas, me relató su historia, su bella historia que borraba todo el brillo del ahora y abrazaba el ayer, hermoso ayer con huellas de pasión, magia, amor y corazón... le escuché y fui feliz...

me dijo que todo empezó un día de clase en donde para ir a la escuela hubo un paro total de una semana. no sabía dónde ir y simplemente salió a la calle a dar vueltas por allí. de pronto a lo lejos vio una bandada de personas, jóvenes todas que caminaban con los ojos encendidos de alegría como esas fiestas en donde todos reciben su regalo... les siguió y sin saber cómo estaba caminando en una manada de muchachos rumbo hacia una casa bien llena de personas. ya iba a salir al ver que todos se quitaban los zapatos cuando una alud de mas personas entraron sin poder dar un paso atrás. se hizo un silencio y vio a un hombre vestido de azafrán caminar por una estela de flores hasta llegar a un altillo y sentarse como una flor de loto. cerró los ojos y se hizo un hueco en todo el mundo, como el sonido de un abismo... pasó minutos o una eternidad cuando siguiendo un impulso, nuestro amigo cerró los ojos y sintió una paz que hacía mucho no sentía. vio como si todo dentro de él fuera un mar pacífico, lleno de estrellas sin brillo pero con presencia de algo mas... la voz de un hombre lo sacó de aquel mar interno y vio al hombre de azafrán hablando a todas las personas. no pudo entender pero un muchacho le dio un trozo de papel en donde puso su nombre y dirección. vio en dicho papel un espacio en donde tenía que anotar las veces en que había escuchado las conferencias del hombre de azafrán. puso “0”, nada mas. vio cerca de doscientas o mas personas estaban escuchando al hombre, y éste les llamaba por sus nombres y todos respondían... cuando le llegó su nombre escuchó y supo en dónde estaba. estaba en el lugar correcto. ¿hace cuánto has venido?, le preguntó. es la primera vez, respondió mi amigo. bueno, tienes que seguir escuchando hasta que entiendas un poco mas de qué se trata esto. no, respondió, yo no me voy hasta que sepa qué es esto... el hombre de azafrán rió como un lobo en la luna y le dijo que viniera al día siguiente para que reciba el Conocimiento de Dios... le dieron la dirección y la hora. al día siguiente llegó antes de la hora, aunque siempre con el gran problema de la huelga, pero, llegó y entró a la sala en donde le darían el Conocimiento de Dios... en un gimnasio, nuestro amigo estuvo por mas de doce horas recibiendo la iniciación, y cuando terminó supo algo, algo nuevo, o algo que había olvidado hace mucho. el hombre de azafrán le dijo: ¿cómo te sientes?. he vuelto a nacer, respondió. todos rieron pero no mi amigo que salió agradecido a todos y por la primera vez vio una foto de Maharaji, era un niño, gordito, vestido con corona y con una bella guirnalda en el cuello. le vio y supo que era el ser mas hermoso que había visto jamás... salió de la sala agradecido y era ya de noche cuando empezó a llover torrencialmente. un hombre feliz no sabe de bueno o malo, simplemente es, simplemente es feliz y lo sabe y siente... caminó y cada gota que caía sobre él y sobre la vereda, pista por la que andaba, era como una sinfonía de la vida, la noche estrellada y esa magia de amor que no cesaba de latir en su pecho... fue feliz y lo supo toda su existencia...

Friday, November 23, 2007

la chica de rojo


no tenía un mango en los bolsillos, pero aún así fui a un restaurante. me senté y pedí la cena porque ya era de noche. mientras me traían mi pedido me fijé en toda la gente que entraba y salía del restaurante. hombres, mujeres, niños, familias enteras comiendo, hablando. meseros, meseras, administradores. sillas, mesas, cubiertos, paredes de diferente color, cuadros, cuadritos, cuadrotes, retocados de animales disecados, etc. a través de una de las tantas ventanas vi un auto precioso, lujoso y de lunas polarizadas... puse mi total atención en este carro cuando llegó mi cena. el olor era profundo, tanto que me hizo voltear la mirada y miré mi plato lleno de camarones y especias y arroz y ensalada... el auto, pensé y volví mi atención a la ventana, pero, ya el auto estaba totalmente quieto, apagado y bien estacionado. me la perdí, pensé. de pronto vi a una hermosa mujer de no mas de treinta años entrar al restaurante. toda la gente se calló y puso su atención en cada paso que daba la musa del restaurante. toc-toc-toc-toc.... eran sus pasos de taco en forma de aguja. vestía de toda de rojo, falda pequeña mostrando largas y formadas piernas, zapatos rojos escarlata, y una vincha en su dorado cabello, mientras que el rojo de sus labios parecía ser un precioso rubí, largo, sangrante... llamó a un mesero y pidió una mesa cuando me miró a los ojos y todo desde ese instante se hizo rojo y azul, y dorado y rojo, me enamoré... y ella quedó sin habla ante mi intensa mirada, luego, volteó y siguió al mesero que la llevó al segundo piso del restaurante. volví en mí cuando vi mi plato de camarones. lo probé pero ya estaba frío. llamé al mesero y pedí que lo volviera a calentar. ya se estaba hiendo cuando le llamé y le pregunté por la mujer de rojo. es la dueña, me dijo. pucha , pensé, mucho para mí... los pensamiento volvieron pero en forma atropellada, el hambre se iba y venía, sin saber si tenía que comer o no, pero comí todo. cuando llamé al mesero me trajo la cuenta y recordé que no tenía un centavo en los bolsillos. le dije mi problema y este llamó al administrador. vino un hombrecito, pelado y bien vestido y mejor educado que me dijo que si no tenía dinero llamaría a la policía. llámelos por favor, le dije. acompáñenos, me dijo. me levanté ante todas las miradas del restaurante y cuando vi un espacio de la puerta abierta, corrí sin parar, mientras escuchaba los gritos y mas gritos de la gente que dejaba atrás... de pronto vi un auto que venía hacia mí. salté una berma y salté un muro. entré a una casa en donde había piscina y las luces estaban apagadas. empecé a caminar por ese lugar y noté que estaba sin gente. vi una silla reclinable y me senté en ella, luego, quedé dormido... al día siguiente escuché voces. eran los dueños. volví a saltar el muro y volví a la ciudad. caminé sin parar hasta llegar a mi cuarto. la dueña me esperaba. ¡¿cuándo?!, gritó. mañana, le dije y entré a mi cuarto. mi cama totalmente apestosa y muerta, mi silla y mis libros regados por todos sitios. platos sucios, cubiertos encima de mi velador y una botella de vino. la abrí y la vacié en mi estómago y recordé a la mujer de rojo. era hermoso, en verdad era preciosa. me senté a escribir y la retraté, luego, dormí, y tuve un sueño con ella. me decía que comiera todo cuanto quería y que me deseaba pero que me bañara, afeitara, vistiera de azul noche y usara lentes oscuros, que eso me traería suerte. apenas dijo eso, desperté. me fijé en mi ropa pero no tenía nada azul. tan solo lentes oscuros. salí a la calle y me encontré con un vecino. le dije si tenía un traje azul, me dijo que no por lo que tuve que salir con mis lentes oscuros, pero sí me bañé y afeité. pasé por el restaurante y vi el auto de lunas polarizadas. iba a entrar pero no pude, tuve temor que me reconocieran. de pronto tuve la idea de mandarle el retrato que escribiera de ella. volví a casa y lo mandé por correo, y esperé. pasaba por el restaurante pero nunca la veía, tan solo el auto de lunas polarizadas... pero, una noche me llegó su respuesta. abrí la carta y era ella diciéndome que sabía quién era yo. me alegré mucho, pero adjunto a la carta estaba la cuenta de lo que comiera aquella noche... me reí y no volví a pasar por aquel lugar. tengo que trabajar, pensaba cuando sonó el teléfono, era mi madre diciéndome que tenían un trabajo para mí de corrector de una revista por horas. acepté y al primer mes cobré y fui a pagar la cuenta. todos se sorprendieron pero no quisieron atenderme, mas bien, con educación me llevaron a la puerta. ya estaba por irme cuando vi el auto de luna polarizadas. es ella, pensé. vi el auto detenerse justo a mi lado y vi que tres mujeres bajaban y todas vestían de rojo, y todas con el cabello dorado. quedé anonadado pero supe que mejor estaba el recuerdo, y mucho mejor mi sueño, así que volví a mi cuarto y volví a escribir, y escribí una vez mas...


san isidro, noviembre del 2007