Sunday, September 25, 2005

La carta en blanco

He recibido una carta de mi madre, en ella no decía nada, todo estaba en blanco pero allí estaba su firma, clara, pura, así como sus ojos… Me preguntaba lo que deseaba expresarme, pero no pude comprenderla, y por ello decidí visitarla.

Hace muchos años que ella no vive conmigo. Mamá, hace años que está muerta pero yo siempre la recuerdo, y diariamente por las noches me gusta rezarle y escribirle. Le pregunto siempre cómo es más allá de la vida, si hay uno o mas dioses, si hay almas y ángeles, si hay paz y felicidad, todo eso y muchas cosas más le escribo, y ahora que ya soy un anciano, que está muy cerca de la muerte, esperando por tanto tiempo su respuesta, por fin he recibido una carta firmada por ella pero en blanco...

En verdad, creo entender un poco su mensaje y por ello decidí, como dije, irla a visitar al cementerio. Le estoy llevando un poema, y en él le expreso que la quiero, que muy pronto nos encontraremos en aquel lugar en donde no hay palabras para expresar, ni existe idioma para traducir y escribir...

He llegado a su tumba, le he dejado mi poema y una rosas, le he rezado, y luego, más tranquilo, he decidido irme hacia mi casa. Mientras caminaba me he sentido muy agotado. He buscado una banca para sentarme pero no he visto ni una sola, por ello me he sentado en la acerca de la calle pues mis pies ya no tienen fuerzas...

De pronto, veo a un perro acercándose hacia mí con cierta timidez. Cuando está casi a mi lado ha extendido su hocico y empieza a olfatearme, sus ojos redondos se le han iluminado, ha dado unos pasos hacia atrás y noto que su pelaje se le ha erizado... El perro ha comenzado a aullar pero yo no puedo escucharle pues todo lo que veo frente a mí empieza aclararse más y más hasta volverse de color blanco, blanco, blanco, totalmente blanco así como la carta de mi madre. Es hermoso, y me ha dado ganas de escribir pero entiendo que no tengo nada que decir, tan solo me queda apreciar aquel blanco y puro lugar, esperando que mi madre me haga comprender, pues todo es como dice el color de su carta...




San isidro, septiembre del 2005