Bulla de televisores planos
Canasta de frutas semipodridas
Cucarachas que mueven sus antenas
mientras mis ojos aburridos
no dejan de apagar el foro
de todas las conciencias que habitan
en el negro universo de mi ser...
No digo lo que soy en este momento
La carne, los huesos
y demás figuras primas del humo
me tiene atado con cadenas
de eslabones de pasiones y
hormigas mentirosas
roen esta existencia
que como un seco árbol
empieza a soltar sus manos
sobre su madre terruña...
Hay tantos libros que me ahogan sus letras
Sonidos feos y bonitos
Dolores mohosos
y eso que pica mi lado sensible,
aplastan el monumento
esculpido a lo largo de esta cola
hecha de tela de carne y huesos...
Estoy cansado así como el sol
que empieza a apagarse...
Me agrada saber que esto negro
tiene gran lástima
por mi gran turbulencia...
Y ahora que la brisa entierra sus uñas
en mi alma...
Grito y grito y grito
porque no sé qué otra cosa decir...
Adiós bola de carne encendida
por el fuego invisible del dios
Adiós, y espero
que muy pronto tus letras
empiecen a ser hijas de tu lumbre...
San isidro, noviembre del 2005