Monday, August 29, 2005

Pureza

Me senté sobre mi escritorio y decidí escribir cualquier cosa que hubiera pasado por mi existencia... Recordé a mi madre aconsejándome que cuidara mi salud y los negocios, a mi hermano que aun no podía trabajar por no tener papales en un país extranjero, a mi perra que la había sacado de la casa para dar una vuelta por el parque de la ciudad, y, luego, recordé el aliento que pasaba por mi pecho, y sentí que eso era lo más importante recordar, el aliento, el aliento que pasa una y otra vez como olas que mojan las arenas secas de mi existencia, dándoles una y otra vez vida, y nada mas que vida...

Ya mas tranquilo y con la claridad en el alma decidí escribir un poema de amor...


"Tu eres mi mejor poema de amor,
mi primera y última canción,
la luz que viene y alumbra
toda mi existencia de claridad,
la fuerza que no deja de jalarme
hacia el valle del amor..."

"Tu eres el sol que brilla
en mi corazón...
Por favor,
no me dejes
que todo mi ser
está sediento de tu calor..."

"Tu eres mi noche y mi día,
mi ser y mi sombra,
mi canto y silencio...
Eres lo mas hermoso
que ha llegado a mi vida..."


Luego de terminar de escribir este poema me sentí como si todo fuera nuevo, como un niño que llega a los brazos de su madre y comienza a mirarle los ojos para siempre...

Hace unos días un señor leyó mis textos y me dijo que eran muy buenos y que debía publicarlos. Le dije que hace meses que voy de editorial en editorial y siempre me rechazan mis textos. Insiste, me dijo. Está bien, insistiré, le respondí. Nos dimos la mano y lo vi alejarse de mi presencia no sin antes repetirme que algún día yo sería reconocido. "Está loco", pensé.

Uno no sabe por qué escribe, tan solo lo hace porque es lindo contar sus cosas a nadie en especial, por eso escribo en la Web sabiendo que unos ojos y conciencia tocarán mis líneas, y yo tocaré su corazón...

Miré mi reloj y vi que ya eran mas de media noche, recordé todo lo que tenía que hacer al día siguiente y decidí apagar la computadora y dejar de escribir hasta el día siguiente, puede que tenga mas suerte y pueda escribir algo tan hermoso como esa luz que vi por la mañana mientras me preparaba para ir a mi trabajo. Era tan bella y se manifestaba frente a la realidad que tuve que dejar de hacer lo que hacía y cerrar los ojos, pues sentí que, o era la muerte, o era dios... Y allí estaba, hermosa, luminosa, parecida a un feto, un embrión de luz que pareciera navegar en el centro del universo interior... Le pedí que no se alejara, que me ayudara en todos mis oscuros pasos que doy en este presente que nadie lo puede coger ni apreciar... pero ella se fue así como si se sumergiera en las profundidades de un océano de una brillante oscuridad... Cuando abrí los ojos supe que había estado frente a algo tan puro y divino que me sentí afortunado de estar vivo y de poder apreciar algo tan puro y hermoso dentro de mi...



San isidro, agosto del 2005