Wednesday, October 26, 2005

¿No me conoces?

Quisiera haberte conocido,
allí cuando de niña jugaste como nadie
a la sombra del viejo árbol de roble
mientras los niños miraban
con ojos abiertos, brillantes
y llenos de asombro…
es que, eras
mitad niña,
mitad ángel…

Tenías pocos años
y la vida era de colores:
verde, azul, amarilla…
así como el cielo,
el campo y el sol...

¡Y cómo reías y reías!
Jugando de día,
de noche, de tarde...
Era un recreo tan lindo y tan corto...

Tus piernas crecieron duras como el roble
Tus manos capaces se hicieron
Y tu alma aprendió que no había nada
para que el amor se hiciera tu dueña...

Amaste

¡Y como amaste!

Viviste así como viven
los niños y las aves del campo,
dejando que tus pies
no se alejaran de la tierra,
y tus sueños no volaran tan alto…

Como todos nosotros
descubriste que es fácil errar,
muy fácil,
pero qué difícil era continuar
tras tu sueño, tu vida hecha con ladrillos
de corazón y sudor...

Tuviste una casa,
luego un jardín
y en ella sembraste
las flores mas bellas
y a cada una le pusiste
los nombres secretos
escondidos en tus sueños
y tus sombras queridas...
Ellos fueron se hicieron de carne y de amor
Tus hijos e hijas

Tuviste toda una vida de flores,
aromas y cantos sin tiempo ni espacio...
Aunque la pena y el dolor
cargaras sobre tu espalda,
esperando el momento
en que la noche mas larga
tuviera los aires de paz...

Ya se que no me conoces

¡No importa!

Todos somos iguales
así como las flores
con sus aromas y colores
Todos sabemos llorar,
así como la lluvia y
los ojos de una madre...

Si...
Todos sabemos
que en los brazos de dios
estamos pegados
como los dedos de su mano...

No te conozco,
pero tu me conoces...
Cuando miras el sol
Cuando cierras los ojos
Cuando respiras largo y tendido
Allí, allí, allí...
Allí estoy yo



San isidro, octubre del 2005