Sunday, November 18, 2007

lágrimas de tierra


es fácil sufrir
deja entrar lo bello
y espera
que el tiempo lo marchite

subí a mi cuarto
y vi un ser llorar
era bello
como el cristal

tengo dolor
grité
en silencio
comulgando con la noche
y con Dios

tengo un regalo dentro
lloré
en silencio
sintiendo que todo se hace claro
como ángeles lloviendo en un libro...

salgo del ayer
empiezo
escribo
lloro
grito
siempre que puedo salgo de ello

nací para la presencia
no la ausencia
río
como las aves del cielo
y siento
que vivo y no muero...
respirando
mas fuerte
mas fuerte
y mas fuerte...
como volando por el universo...


san isidro, noviembre del 2007

los ojos de Dios


no debí salir, pero lo hice sabiendo que todo cuanto llevaba podría perderlo. tomé un auto y me puse a conversar con el chofer. me dijo que había perdido a su hijo y a su esposa, me impactó y le vi sus ojos, eran ojos sin tiempo y llenos de sorpresa. callé y seguí así hasta llegar a mi destino. llevaba una valija llena de dinero y documentos importante. le pagué al chofer y subí a las oficinas. ya en mi salón, llamé a mi secretaria y le pedí una taza de té. me lo dio y le vi por la primera vez su bello trasero. le pedí sin pensar mucho su podía salir. no, respondió para luego salir de mi salón. sonreí y pensé que era cosa de esperar y pronto mordería aquella dulce pera de carne.


me llamó mi jefe y me dijo si podía conversar con él. asentí. fui a su oficina y le vi agotado y con el rostro vencido o colgado, sin alma. le dije que lo veía mal, que, qué era lo que le ocurría. me contó que su mujer había salido de viaje, con todos sus hijos y él no lo sabía.... me engañaba y yo, sin saber nada. dedicado al trabajo por horas y mira como suceden las cosas... le miré a los ojos y supe lo que era el dolor. no sé por qué recordé la misma mirada del chofer. estuve callado por unos minutos para luego pedir permiso y salir. terminé de laborar y partí hacia mi hogar. vivía solo. ya estaba por subir a un auto cuando un joven de no más de veinte años y vestido con ropas deportivas, se acercó y le vi muy de cerca. le miré a los ojos y pude reconocer ese tipo de mirada... de pronto, saltó hacia mí y con sus dos pesadas manos me arranchó mi maleta llena de documentos y dinero. luego, partió corriendo para meterse a un auto que lo esperaba en una esquina. me sentí extraño pues había reconocido la misma mirada en las diferentes miradas de las personas... callé y seguí caminando hasta llegar a casa. en la ruta vi un perro que no cesaba de ladrar. de pronto el animalillo se subió a mis piernas como si fuera a morderme. me asusté y le di una patada... el pobre perro empezó a llorar y me miró a los ojos y pude reconocer la misma mirada de las demás personas que viera durante todo el día... llegué a casa y un aire raro me hizo sentir un ahogo, como quien es responsable de su aliento. me fui a dormir y dormí sin soñar. al día siguiente salí a mi trabajo y en cada persona con quien me cruzaba veía los mismos ojos de viera en cada uno de los seres con quien tuve un contacto...


san isidro, noviembre del 2007