Friday, November 18, 2005

En una barca de carne

Y, la verdad, estoy tan gastado como motor sin aceite. La vida me trata como si fuera una piedra cayendo al abismo sin dueño... pero tengo ganas de dormir o ver una buena película, es decir no tengo ganas de escribir porque: ¿para quién uno escribe sino es para uno mismo?, ¿no? Y si uno sabe lo que piensa y está con ganas de que las cosas sucedan como por ejemplo que... ¡pucha!, en verdad es muy difícil saber y encontrar lo que uno quiere, pero, ¿irme a dormir? cuando entiendo lo importante que es vivir y sobre todo contarlo, escribirlo... ¿pero a mi mismo? ¡Si yo ya lo sé! Mejor continúo escribiendo aunque no sepa para quien, pues hace mucho que no sé si alguien hojea lo que escribo, y si lo leen, seguro que se olvidan de gran parte de mis letras... Es lo mas seguro, pues a mí me pasa con frecuencia que he leído grandes libros y he olvidado gran parte de todo lo que leído, y no porque no me halla gustado, apreciado, asimilado, sino porque en estos tiempos hay tanto que hacer para comer, vestir, visitar a una chica, en fin... entretenerse. Pero, ¿para qué?...No sé pero creo que de tanto leer, escribir, vivir, respirar, ver... estoy cayendo en la fosa de la inestabilidad de conducta. Esto me sucede a diario, pues cada día que salgo de casa cargo en mi mochila como cinco libros y los leo por momentos, por espacios, por estados emotivos, y la verdad es que los disfruto pero muchas veces, mientras navego en las letras, olvido si estoy en mi realidad, su realidad, o en la ficción de cualquier lector... Es un mundo muy fino el que vivimos, una sola resbalada de sugerente libertad y zas, ya estás en la otra playa, la de la demencia insensible y sin salida... Y bueno, como verán no tenía nada que decir así que dejé que mis dedos y mi delirio fluyeran como esas ramas en el caudaloso río de los pensamiento, ideas y relativas realidades laterales, paralelas...Espero nunca olvidar que todos somos extraños, únicos, maravillosos, y, sobre todo, somos seres humanos buscando su propia humanidad continuamente en lugares visuales, mentales, imaginables... Es mejor que buscar adentro de tu cuarto, puede que allí esté el espejo de tu propia mirada, puede que si... al menos cuando me encierro como una ostra disfruto de un oasis de paz, o de algo puro...