Sunday, August 19, 2007

feliz



le pregunté a un buen amigo si era feliz. respondió que no. debes hacer algo al respecto, dije. que?. puedes sentarte en tu escritorio y recordar las pocas veces en que fuiste feliz, te dará cuenta que normalmente fueron provocadas por las consecuencias del éxito, eso es así, pero si recuerdas un poco mas, verás que a medida que te llenas de galardones, quieres algo mas, algo que sea mas que palabras, como esos niños que les das una piedra y se abstraen tanto que viven en ese mundo de la piedra, y así se quedan pegados hasta que crecen y las personas te llenan la cabeza de cosas mas complicadas como eso de que un chico le gusta a una chica y te llenas de sueños, anhelos, deseos, etcétera, etcétera... le seguí hablando pero mi amigo había colgado el teléfono. iba a volverle a llamar, pero, ¿para qué?. mejor disfruto de esta vida, de este momento en que todo se me hace dulce y calmo. sonreí y me eché a la cama. era domingo, no tenía trabajo. cerré los ojos y me sentí afortunado de esta vida a pesar de estar lleno de deudas, promesas incumplidas, malos y buenos amigos, etcétera, etcétera. puse una película. trataba de un hombre de mi edad, había matado a un hombre por creer que había violado a su hija de trece años. lo pusieron muchos años en la cárcel, y luego, al salir, se dio cuenta que no tenía dónde ir, y su hija estaba en un loquero. no podía encontrar trabajo y pensó en acabar su vida, recordó a su hija encerrada. la sacó y la llevó a un hostal. se puso a llorar delante de su hija loca y esta le consoló, y luego, hicieron el amor toda la noche. el decía mientras terminaba la película que el amor provoca temor y aversión a la gente cuando es mas fuerte que todos los conceptos morales. terminó la película y yo pensé que el mundo estaba perdido, que la felicidad es algo mas real que el sexo o el afecto entre dos personas, que es algo que se puede vivir. apagué la película y un pensamiento sexual me jaló. voy a llamar a una chica. la llamé. le dije para hacer el amor. dijo que sí. ya me estaba por cambiar cuando me di cuenta que todo había nacido de un impulso, de algo sin cabeza. me detuve y me volví a la cama. toda la ilusión de este mundo es peligrosa, pensé. cerré los ojos y me puse a meditar, luego, volví a ver una película...


san isidro, agosto del 2007