Thursday, January 31, 2008

gigante


ya, dijo, escribe... obedecí y cogí el lapicero, me enfrenté a la hoja en blanco y puse una raya larga, de lado a lado, luego, llené los espacios en blanco con equis. cogí un poco de barro y embarré lo que quedaba en blanco. al final, puse con un cuchillo, mi nombre. ya, le dije al gigante blanco. cogió la hoja embarrada y con el ojo mas grande que halla visto, dijo que estaba precioso. me sentí tan bien de lo que escuchaba que supe lo que era el cielo por un instante. luego, calló y me dejó la hoja sobre el escritorio. ¿no se la lleva?, le pregunté al gigante blanco. no respondió y siguió flotando como una nube a unos centímetros del piso en que me hallaba. ¿por qué no te quedas un rato mas?, pregunté, pero ya había desparecido por una de las paredes de mi cuarto blanco. me levanté y caminé hasta llegar a tocar la pared blanca. estaba allí la pared... ¿estás allí?, le pregunté al gigante blanco. sí, me dijo, pero, sigue escribiendo... aún tienes mas hojas en blanco. me alegré y era cierto, de la pared caían hojas y mas hojas en blanco y de todos los tamaños y formas. cogí una que tenía la forma de un gato y escribí un poema de un gato:

miau, miau
guau, guau
somos seres de pelo y ojo
miramos con el cuerpo
y corremos con el ojo y las uñas
somos seres de hueso y sufrimiento
¿habrá sentido para este sueño?
¿los gatos o perros tendrán un dueño o mas?
mejor seguimos ladrando, maullando
hay tanto que decir
mientras la noche y el día
vienen a escondidas
y a trompadas...

me gustó lo que escribí, y luego se lo mostré al gigante blanco metido en la blanca pared. ¿te gusta?, le dije. mucho, respondió. me alegré y sentí que estaba en el cielo. cerré los ojos un instante y me puse a escribir para el gigante blanco metido en la pared...



san isidro, enero del 2008