Sunday, October 21, 2007

barcos imaginarios



Era casi inhumano terminar lo hecho durante toda la vida, sin embargo, lo hizo. Lo terminó. Allí estaba. Un barco de madera que terminó a lo largo de más de media vida. Se puso a observarlo por horas hasta quedarse dormido. Cuando despertó, aún estaba allí, el barco y él. Le puso un nombre. Subió y bajo del barco varias veces hasta que llamó a un ayudante y lo bajó a la mar. Puso todas sus cosas y se fue a navegar. Mientras se alejaba de la orilla, veía que todo quedaba como un sueño del cual jamás deseaba volver. Viajó por días y noches hasta llegar a una isla. Bajó y vio a mucha gente que al igual a él, se sintieron extrañados. Eran hombres y mujeres blancos, con niños que vivían de una manera casi natural. Vivían en casas de madera cubiertas por hojas secas. Les dijo que se iría al día siguiente. Todos ellos callaron y se fueron a descansar y a jugar con sus simples realidades. A la mañana siguiente partió. Veía como todo quedaba nuevamente atrás… La vida es un sueño mientras vivo en la mar. Miró las olas y en cada una de ellas notaba una letra un canto diferente. Es hermoso el mar y sus aguas y sus peces que no cesan de saltar como si estuvieran jugando con el Sol y las aguas del mar. Un pez saltó hasta llegar a cubierta del barco. Nuestro amigo la miró y quiso devolverla, pero el pez le dijo que no, que deseaba romper sus branquias. Miró al pez hasta que dejó de moverse, murió. Cogió al pez y lo colgó sobre una muralla. Le hizo un bello marco y se le quedó mirando hasta que vino el alba.

No supo que más hacer y sintió que debía retornar a su hogar, pero lo extraño es que lo había olvidado. No recordaba ni siquiera su nombre, tan solo el barco en que estaba y el canto de la mar… Sonrió ante esto mientras le llegaba la tarde, la noche, y luego, el día y así… Hasta que llegó a un lugar sin nadie que le mirara y que estaba lleno de barcos y hombres solos como él. Bajó al puerto y caminó por toda la orilla. Miró su barco y sintió que no debía volver a navegar. Miró hacia delante y un bosque lleno de animales y hombres le miraban con alegría, y al fin escuchó: ha llegado, al fin… Sonrió y se unió con todas esos seres vivientes, como una gota en la mar…



San isidro, octubre del 2007

camino a la vida


estuve encerrado durante todo el día mirando películas. la verdad es que no me sentí nada mal. es bueno ilustrarse, aún así, me hubiera gustado salir a la calle y conocer a buenas o malas personas. enviar un correo postal. pasear por los parques, en otras palabras vivir de la realidad aunque la vea día a día. estuve en mi cuarto lleno de libros, lleno de escritos, lleno de silencios esquinados. cogí mi máquina de escribir y escribí un poema sencillo pero sentido...

sal de tu alma
y ora que sea el mañana quien toque tu alma

que las nubes del sueño
pasen detrás del Sol de los días hermosos

que las tardes de un ave
sean como estrellas en una noche de magia

y si escuchas un latido
que sea el de corazón
que suena y suena
como el canto de un ángel
en las puertas de la vida...

y si corres por los campos
que una lágrima mojé tu mano
y llores feliz
como lluvia en verano...

sal de tu vida
sal de tu muerte
y encuentra el sentido,
el destino
y el espejo
que brilla dentro de tus ojos...

sal y empieza a marchar...


y así sentí mientras leía el poema que todo tiene un brillo cuando sale y sale como este aliento que no cesa de mojar tu vida y el recuerdo de una muerte feliz…




san isidro, octubre del 2007