Sunday, December 14, 2008

los regalos


tenía ojos nuevos. veía aunque antes también pero no tan bien como ahora. mis ojos nuevos tenía color verde como las germinales plantitas. el centro era un universo o el centro del mismo. mis pestañas eran largas y arqueadas. mis párpados delicados como los labios de una reina. era muy feliz con mis ojos nuevos hasta que llegaron mas regalos y todos eran nuevos... mis manos, mis piernas, mi pecho, mis brazos, mis pelos y vellosidades, mi sexo rodeado de un extraño misterio creativo... era tan feliz hasta que llegaron mas regalos... una pequeña nube bajó hasta mi ser y una voz salió del centro de mi bello pecho y dijo: esta es tu alma, corazón, dios, lo que desees llamarle, pero es lo más que debes escuchar y amar... no seguí escuchándome y cogí la nube, pero esta no se dejó tocar e inmediatamente se metió dentro de mí. algo extraño sucedió... pues al dejar un cachito abierta mi vida, entró otra nube, esta era sombría, rumiaba como vaca y tan solo repetía una palabra... la mía, como un espejo, un eco y siempre inquieta como mis sueños... también entró dentro de mi vida... no quise mas y cerré las puertas de mi vida con cara de sorpresa. de pronto tuve un gigantesco sueño y dormí profundamente. soñé que conocía una parte de mí mismo, pero esta tenía formas diferentes, quizá mas como las flores, o como toda la belleza que anhelaba... desperté y allí estaba el sueño echado a mi lado... me miró y me abrazó sin decir una sola palabra. mis manos, piernas, etc., todas se unieron a sus manos, etc. sentí como que todo era para sentirme mejor... me levanté y escuché miles de voces, infinitas y todas decían cosas diferentes... al final de todas escuché a mi alma, y esta decía: espera y escucha... el ser creado por mis sueños estaba a mi lado y parecía escuchar a mi alma. no sabía que hacer así que me puse a seguir durmiendo... abrí los ojos y no supe si soñaba o no... decidí. decidí y fue, por la primera vez, pues, esta vez, olvidé cómo hacía para ser feliz... tenía todo pero al mismo tiempo no tenía nada... pedí ayuda a mi sueño, pero esta nada, perdida como yo... corrí sin parar hasta llegar a la cima mas alta y en ella suspiré profundamente. miré al cielo y escuché la voz de mi alma, repitiendo: espera y escucha. cerré los ojos pero no dormí ni soñé, esperé y... al fin, te escuché y te vi... estabas allí, leyéndome... fue, una gran alegría...


san isidro, diciembre de 2008