Friday, July 18, 2008

perdidos


Sentí confianza con mi sombra y tuve que hacer un pacto con Dios. Cogí una papel y puse mi nombre y apellido. Luego, lo puse sobre la pared y junto a mi sombra, apagué las luces… Todo se hizo negro, como el color de mis letras. Dios se puso a mi lado. Era como un puntillo en el cielo. Le dije que le respetaba. Era extraño, pues, me respondió lo mismo. ¿Sí?, le dije para luego encender la luz y ver el puntillo alejarse por la ventana de mi cuarto. Corrí hacia la ventana y le vi pegado a mi cielo. Le amo, le dije a mi sombra, mientras él tan solo escuchaba, como siempre. Soy feliz y no sé si eso es lo que mas quiero… Soy Mon y eso es poco lo que se. Debe ser que he nacido un día negro como el color de mis letras y mi sombra. Apago las luces y trato de ver pero mi sombra se hace uno con mi ser… Es agradable sentirse bien, acompañado, escuchado y en total silencio… Miré la ventana y Dios me amaba a lo lejos y en mi sombra… ¡Te amo!, grité. Pero, tan solo escuché el maullido de un gato, a lo lejos, en las calles solitarias y pasada la media noche, con una sombra a mi lado. Volví a gritar y lentamente todas las ventanas empezaron a encenderse, gritando lo mismo que todos los días… ¡Loco!. Apagué las luces y lloré toda la noche, consolado, mientras con una vela, escribía otro poema… Bello, dije apenas terminé de escribirlo… Bello, sí, la vida es así. Mis letras son así…


San isidro, julio de 2008

no sabía nada de la vida…
cuando el piso se hizo agua
cayendo como un pedazo de papel
hacia el fondo del largo cielo...

en mi viaje
una estrella dijo que me amaba
respondí que agonizaba...
la estrella dijo que me amaba
hasta mas allá
donde los sueños se hacen días
y las noches sueños...

llegué al fondo de un abismo
una vieja sin ojos extendió sus manos
los cogí fuertemente y sentí que me enfriaba...
es el fin, pensaba
mas ella
la vieja de ojos secos
tan solo me llevó
como si fuera una cometa
volando por los cielos
sintiendo que era aire
o que alguien me respiraba...

fue así como dejé
este valle de lamentos
y ahora que veo desde lejos
me río de contento, de loco
al ver un mundo de hormigas
con alma de poeta
con aguas tristes y sin corriente

y esto que lamento
cuando me respiran nuevamente
es una especie de silencio,
una paz sin ternura…

y así quedo
para siempre
escuchando al pequeño ángel
cantarme por siempre jamás
lo mucho que me amaba...


san isidro, julio de 2008