Thursday, June 22, 2006

Monstruo

El agotamiento de ser un creador es infinito, no puede terminarse, sobre todo si se está cansado. Me recuesto, cierro los ojos, y puedo ver con los ojos cerrados... aunque lo que se presenta ante mi negro universo es un ser extraño, hermoso y terrible que no cesa de mirarme mientras le observo tras mis ojos ciegos a pesar de un gran agotamiento, de una noche en que no he soltado a la deriva mi conciencia…

Sería mas allá del ensueño cuando, en ese espacio en donde antes de entrar a los sueños se siente uno deslizándose por la casa del terror, con imágenes que aún no existen mas que en nosotros mismos… cuando vi a un ser de color morado, enroscado en si mismo, cubierto por una piel llena de pelos brillantes y sedosos, mostrando pliegues de mucha grasa, descansando en la forma de un monte, y por ello no pude ver sus facciones, pero en aquel instante pude advertir sus muchas extremidades que parecen no tener dependencia con aquel monstruo de piel brillante, pues son como sierpes, delicadas lombrices de la misma piel que se mueven como los rizos de una enorme cabeza bajo el agua… y esta bestia tiene en la punta de cada extremidad un rostro de ojos brillantes, pequeños, una nariz embreada, un hoyo en el centro de esa carilla que hace notar sus fauces, mostrando delicados dientes en forma de púas. Advierten mi presencia como un cáncer en el cuerpo, algo sucio y terrible… Me le acerco y esta bestia se para ante mí, y veo que es inmenso mientras todas sus sierpes parecen tocarme, morderme con dulzura y sensualidad, pero no pueden pues chocan contra el vidrio de mi inconciencia… Me alegro ante esto y le hago una pregunta con mis pensamientos: Temo que soy parte de ti, que eres mi demonio, mi ángel negro del dolor... El monstruo se comienza a alejar de mi conciencia como las olas en la arena de la mar. Le ruego que no se valla, pero no escucha, mientras sus sierpes que al fin descubro que son sus hijos, que como hienas, hermafroditas, me observan y se burlan sin piedad. Me arden sus filosas risas pues las siento como parte de mi ser, de mis visiones, creación de un artista…

Abro los ojos un instante y noto que mi cuerpo está lleno de picaduras. Las observo mejor y noto que he tenido una verdadera pesadilla. Me levanto y llamo a un doctor. Y cuando viene le cuento mi sueño con el monstruo. Me escucha, me mira. Le siento lejos, muy lejos casi en la otra orilla de la vida y la muerte. Le digo que no deseo verle más. Le pago y este se va, y mientas se aleja, un aliento precioso me dice una gran verdad, que no hay mas que alientos en mi constante cambio por la vida, que es mi bastón, mi único amigo…

Camino hacia la ventana de mi cuarto y recuerdo aquel ser. Cojo un papel y empiezo a dibujarle, y cuado termino, noto que sus sierpes, lentamente empiezan a bailar para mí como las ghopis ante Krishna… Cuelgo el dibujo en la pared. Le pongo un nombre, y luego, salgo a la calle, y mientras camino me parece ver en cada persona las sierpes de mis suenos, con sus rostros burlándose de mí, como el monstruo recogido en mi mundo interior…

Los ruidos de la calle no cesan, les pido un minuto de silencio, parándome en la pista, arrodillándome y clamando a los cielos que se abra el mundo del ensueño para mí, que entre y coja todos los secretos de la vida, de la muerte, del dolor, de los sueños de todos, de esos que pueden hacerme entrar a un sanatorio para no salir jamás… Ya es tarde, nadie se percata de mi presencia, de mis gritos, y siento que mi cama me llama. Me levanto y corro hacia mi casa, hacia mi cama, y me zambullo en ella bajo las olas de mi aliento, cierro los ojos y me pierdo lejos, cuando veo el cuerpo escarlata de un ser que no cesa de mostrarme todos sus ojos atados en cada una de sus extremidades…. Me miro en un espejo irreal y veo que mis cabellos empiezan a flotar como si estuviera dentro de un estanque. Me siento especial, pero continúo caminando, escribiendo, cerrando mi conciencia para ver más de cerca, la telaraña de los sueños…



San isidro, junio del 2006