Tuesday, December 18, 2007

escritos lúdicos


antes de acostarme tuve ganas de escribir y así lo hice. me fijaba en la pantalla de la computadora y esta parecía esperar una genialidad, una idea original o algo por el estilo, pero, nada se me ocurría y puse una letra, luego una palabra, una oración, una imagen, una raya de lado a lado, y al final le puse mi firma. me sentí mejor e imprimí el texto, luego, lo puse en la web con el título de: "costas originales". me gustó el título y pensé muy dentro de mí que era una escritor genial, original cuando escuché una voces internas, seguidas de risas, gritos burlones, presencias malolientes... miré lo que había escrito y lo borré. me sentí peor, pero ahora ya nada podía hacer, así que me senté durante horas frente a la pantalla hasta quedarme dormido. tuve varios sueños. en uno de ellos veía a una mujer con el cuerpo muy grande, vestida toda de rojo con sus cabellos dorados y unos zapatitos encharolados... era una mujer muy especial que comenzó a acercarse hasta tocarme con una de sus uñas pintadas de oro pero que quemaba, ardía mientras la colocaba en mi vientre. quise gritar pero era imposible aunque el dolor era inaguantable. por suerte recordé que podía silbar y eso podía arrastrarme a la realidad. abrí los ojos y lleno de sudor y silbando sin parar, me levanté. miré en donde estaba y allí, frente a mi cara, estaba el ordenador de la computadora. parecía burlarse de mi y de mis sueños. escribí uno de mis sueños y le puse mi firma. me gustó mucho, pero el sueño y cansancio me mataban, así que me eché a dormir y quedé muerto como diez horas. tuve otro sueño. estaba acompañado de ancianos, hombres y mujeres, y todos ellos se tocaba las partes sexuales. me horroricé y quise despertarme y volví a silbar. abrí los ojos y frente a mis ojos estaba mi abuelo con sus viejos lentes y con esa sonrisa escasa de dientes... ¿qué quieres?, le pregunté. nada, respondió y luego, le vi atravesar la pared de mi cuarto. me asusté y recordé que mi abuelo, padres y hermanos estaban mas muertos que Napoleón. salí de casa y con una radio portátil, me sentí mas entonado y feliz... caminé hasta llegar a una casa llena de personas, como una fiesta. toqué la puerta y vi que todos estaban disfrazados. ¿puedo...?, pregunté. pasé, dijeron y noté que todos m miraban... busqué una silla y me senté. les veía bailar y besarse, y cuando una chica enmascarada se sentó a mi lado, y dijo mi nombre, sentí que todo era una locura, difícil de creer por nadie excepto yo... bailamos y luego salimos juntos a la calle. paseamos por todas las calles y en ningún instante se quitó la máscara. ¿cómo te llamas?, me dijo. iba a decirle mi nombre pero no me acordaba, así que le dije que no me acordaba. se rió y luego se paró y me dio un beso en la frente, y se fue caminando... iba a seguirla pero no quise, preferí irme a mi casa, pero cuando empecé a caminar, no recordaba mi nombre ni el lugar en donde vivía, así que me eché en una banca y dormí... y cuando abrí los ojos, estaba siendo observado por muchos perros... me olían, orinaban, gruñían y muchas cosas mas... apreté los ojos y seguí soñando hasta el día siguiente en que seguramente volvería a ser nuevamente la persona que empezó a escribir una historia frente a su ordenador...


san isidro, diciembre del 2007