Saturday, May 31, 2008

espejismos


llegué a la casa de dios
toqué la puerta
se abrió sola
salió un hombre
hola, me dijo
¿quieres entrar?, preguntó
no, respondí
anhelo conocer,
conocerte...
si tienes corazón,
pena,
amor,
odio,
y,
si me conoces...

dios bajó la mirada
y con una de sus manos
cogió un espejo
me lo dio
y luego
abrió la puerta
invitándome a partir...
¿adónde voy?, pregunté
dios sonrió
y con sus poderosas manos
cerró la puerta de su casa...
salí y recordé el espejo
me miré
y vi la cara de dios...
sonreía como yo
pero
sentía que aún no le conocía...
dejé el espejo
y volví a tocar la puerta de dios...
pero esta
nunca mas se abrió...
partí hacia mi casa
dejando el espejo a un lado
pensando en el rostro de dios
dibujado en cada uno de mis gestos...


san isidro, mayo de 2008

Friday, May 30, 2008

algo así como escribir


dicen que crear gasta mas energía en el ser humano que cualquier otra actividad, ya sea física o mental... eso decían, pero, en mi caso es diferente, no puedo vivir si pintar, fotografiar, escribir, cantar y todo cuanto hago es nuevo, mío, de mí, y de nadie mas, aunque la halla escuchado de otra manera, así como Picaso con Velasquez en "las mininas"... no tengo certeza, pero esta noche escuché una canción de un músico ruso, llenado Rashmaninov. lo escuché y mientras paladeaba mis sentimiento con los tonos de la melodía, sentía que no estaba solo, que había miles de almas que, al igual a la mía, disfrutan porque sí... apenas terminó la melodía, llamada La isla de los muertos, Op. 29 (poema sinfónico), tuve ganas de dormir. me eché en la cama pero el latir de mi corazón no cesaba, era como si me hubieran prendido los motores adicionales. me levanté y busqué algo que hacer. vi la ventana de mi casa sucia. cogí una franela y la limpié, a eso de la media noche. terminé y luego fui al baño y lo limpié totalmente, cada rincón, cada pedazo de loceta lo hice brillar. cuando me sentí satisfecho descansé un momento, pero sólo fue un momento... el corazón tiene voluntad propia y se adueña de uno cuando quiere. cogí una hoja de papel y me puse a escribir algo, lo que sea, la noche misma que me bañaba. terminé el poema y lo puse en mi bolso. seguí andando hasta llegar a la casa de mi hermana mayor. era mas de la media noche, y había una luz que no moría. corrí antes que se apagara. toqué la puerta y salió el esposo de mi hermana. sin decirle nada, entré y busqué un piano... y sí, allí estaba y recordé a Rasmaninov. mis dedos fluyeron, pero yo no era el músico ruso, no, era un simple personaje sacado de libros baratos de diarios de escritores desconocidos. cogí un báculo y empecé a tocar las rejas de las casas... me gustó mucho, pero no así a la gente, pues, salían sin parar como hormiguitas de sus casas. tengo sueño, me dije y corrí como un perro tras una perra, hacia mi casa. anhelaba ese espacio de libertad que me da mi escritorio. entré y no había nadie, recordé que toda mi familia había dejado de existir. encendí la cocina y puse algo a freír. de pronto alguien tocó la puerta. pensé: es la chica de mis sueños. sonreí y miré a través de la ventana. no había nadie, alucinaba... ya, me dije. estaba agotado de tanto crear, y, sin decir nada a nadie, decidí dormir un buen rato. no recuerdo el tiempo, pero fue largo. estuve sentado frente a Rasmaninov, con un piano a su lado. le pedí que tocara para mí, lo hiso. la noche murió y el día abrasó mis recuerdos... no supe mas nada. salí de aquel lugar y entré en una casa llena de voces sin cuerpo, y todos reían. ¿qué es esto?. una voz me dijo que no pensara. imposible, pero hice el intento. el ruido se gastó y salieron de todas partes de aquel lugar, miles y miles de aves de color negro como la noche. les vi alejarse hasta que sentí escribir algo, lo que sea y, por suerte, escribí muy bien...

sam isidro, mayo del 2008

Tuesday, May 27, 2008

páginas blancas


estaba en el lugar que soñaba. un cuarto, una puerta, una ventana con lunas, una cama, una mesa, una silla, una caja llena de lápices y... páginas, muchas páginas blancas... me senté a escribir y puse puntos, muchos puntos negros... luego, puse mi nombre, pero a la mitad, decidí cambiarme de nombre y puse otro nombre. cogí la página llena de puntos y lo tiré por la ventana. vi cómo caía, como una pluma lunareja. si alguien recogiera dicha hoja seguro que no lo entendería... seguiría su camino y seguiría su destino. cogí otra página y escribí un poema, me gustó y lo leí en voz alta. me gustó mas y lo eché por la ventana. vi, de nuevo, cómo caía, como un ave sin alas, lenta como una pluma. seguro que si otra persona que pasara cogiera la página con el poema, lo leería y sentiría lo que siento ahora... y luego, suspiraría, cerraría los ojos y se diría que hay belleza en el mundo... es seguro que muy pronto olvidaría todo y seguiría su camino y destino. llegaría la tarde, la noche. encendería las luces del cuarto. me llegaría la cena a través de la puerta, siempre en silencio pues saben que soy "el especial" de la casa, el que se negó a todo y no quiso salir mas al mundo si no fuera a través de su alma, a través de páginas blancas con la sangre de su alma, y luego, seguiría su destino, su camino sin retorno, pues sabe que no hay retorno al pasado ni se puede tocar el futuro, tan solo se vive el instante en que dura la eternidad en una página en blanco, sí, seguro que sí...


san isidro, mayo del 2008

Saturday, May 17, 2008

desierto

me gustaría contarte lo que pasa, pero, es tan simple, tan natural... mejor decirte que el mundo al desnudo encierra ojos lascerantes, bocas con caries afiladas, almas desoladas e infernales que gimen todo el desamor... es allí cuando se busca la verdad en esta vida. se cierra los ojos y se la busca en total oscuridad, la verdad... uno espera y de pronto se enciende el sentimiento, con su aroma a jasmín, con calor paternal del supremo... debo decir cuanto amo el lugar en que entrego todos mis dolores, mis temores y alegrías y vuelvo a respirar aire de sosiego y de paz. debo decir que escribo con el alma y respiro desde dentro, conversando con la noche, en silencio, en total oscuridad mientras escribo y no dejo de vivir...


san isidro, mayo de 2008

soy de la VILLA DE JUNÍN: La cena

Sunday, May 11, 2008

el miedo mas grande

tengo miedo, y no sé a qué o quién... debo ser uno de esos que se aferran a lo que ven, sienten, recuerdan, aman... uno de esos que sabe que todo será arrastrado por las olas del misterio mas grande. uno va hacia eso y nada se puede hacer. viéndolo de esa manera uno se siente tranquilo y espera a que todo llegue a su cauce. espero que mi vida sea tranquila, que no sienta dolor en aquellos momentos finales y que lo que viene sea tan hermoso como los momentos mas bellos que tuve en vida. pero, uno siente aún ese temor por todo. y si pierde el negocio, se le muere la madre, el hijo, el trabajo, la salud, el auto, el perro, su cámara de fotos nueva... en fin, uno teme a tantas cosas aunque sabe que nada de eso es verdad, pues, todo se acaba, como uno mismo. es como para relajarse pero nada, siempre le llega ese temor. quizá por ello es que siempre busqué la verdad, la cosa que apagara esa fuerza que arrastra a toda la humanidad, como ovejas tras el báculo del mas fuerte. en fin... deseo que todo termine ya, para que todo se acabe y vuelva sentirme en paz. quizá por ello fue que siempre busqué la verdad, la paz, la tranquilidad, donde sea lo buscaba pero, era tan lejana, tan inasible, a pesar de haber escuchado de labios del maestro que toda la verdad estaba dentro de uno mismo, y que el puente para ello era el mismo maestro. lo escuché y aún le sigo, pero, uno se pierde en medio de esta jungla de temores disfrazados de tantas emociones y recuerdos... en verdad, el temor mas grande es a vivir, no a morir... pues, no se vive porque se respira, no, no es así, vivir es la verdad y eso hay que entenderlo, sólo así se puede vivir sin temor, y, con alegría, lleno de paz y eso que escapa todo espacio y tiempo...


san isidro, mayo de 2008

Saturday, May 10, 2008

EL HOMBRE DIOS


las sillas eran de metal, pintadas de negro. el salón era de mármol blanco. todos estábamos sentados, en silencio total mientras el hombre-dios, sentado en un silla negra y muy grande frente a nosotros, cerraba los ojos. miré su forma: alto, flaco, achinado, pelo negro y grasiento, zapatos brillantes y un traje negro como el color de nuestras sillas. el hombre-dios abrió los ojos, eran negros; y todos quedamos sin aliento, esperábamos sus palabras, pero no dijo una sola, mas bien se paró y comenzó a caminar hacia nosotros. ¿qué deseará?, pensaba dentro de mí... de pronto, el hombre-dios alzó las manos y comenzó a pedir que nos acercáramos. nos paramos como si fuéramos aire atraídos por el aletear de sus manos. el hombre-dios se puso en medio de nosotros y todos nuestros cuerpos cayeron como globos sin aire. quedamos como postrados, mientras el hombre-dios nos tocaba con sus manos. cuando llegó hasta mí, cogió mi barbilla y levantó mi cara hacia la suya. sonrió mientras yo empecé a llorar, y no sabía por qué... podría ser de alegría, dolor, angustia, éxtasis, no sabía cómo expresarlo. lo cierto fue que mientras lloraba, el hombre-dios sacó un caramelo de sus huesudas manos y con sus finísimos y largos dedos de araña abrió mis labios para introducirme el caramelo que era del mismo color que su traje y sus ojos y el color de todas la sillas del salón. y cuando empecé a saborear el caramelo, dejé de llorar y empecé a sentir paz, contentamiento, satisfacción, y no sabría decir si era por el dulce o por la mezcla con mi baba... el hombre-dios volvió a su silla y luego de decirnos algo bien largo y lleno de palabras en un idioma como carcajadas largas, pasuadas y cortas, se paró y salió del salón... noté a través de una de las ventanas de aquel salón que un auto negro lo esperaba. le vi subir y partir como un hombre normal, pero era un hombre-dios. luego todos nos paramos y empezamos aplaudir sin cesar hasta que todas las luces del salón se apagaron, quedando todo como el color de la sillas, el traje del hombre-dios y el color de sus ojos... todos empezamos a caminar, buscando en plena oscuridad la salida que nos llevara a la presencia del hombre-dios, o el resto de su sombra...


san isidro, mayo de 2008

Saturday, May 03, 2008

saludos

Me extraña que alguien me lea, en verdad... ¿Cómo pueden soportar leer lo que escribo, si escribo para mí? Y aún así, no entiendo qué quise decir.

Hace poco me llamaron para publicar un cuento de mi autoría. Me pagaron. Primera vez que lo hacían. Me sentí contento. La vida se puso llena de promesas y sueños y colores variados. Creo que eso era felicidad, pero, tan breve...

Fui a visitar a mi padre, le saludé y le pedí una toalla. Dijo que no, que lo hiciera con mi plata. Me fui, le di un beso en la mejilla y salí a la calle lleno de suciedad, pero, algo contento, pues, había dicho la absoluta verdad...

Ya en mi casa mi madre estaba frente a mí, parece una momia con pelos con su vieja voz de gato... Pero, la quiero, al menos cuando no grita como gallo por la mañana.

Salí a la calle y supe que la noche tenía algo para mí. Un aire frío llenaba mi cuerpo. Algo nuevo estaba por suceder. Fui feliz, y ya iban dos veces... ¿Irá en aumento?

Un auto pasó cerca de mí y al poco de pasarme se detuvo... bajó una mujer vestida de blanco, de novia. ¿Quieres casarte conmigo?, preguntó. Sí, le dije. Se me acercó y se quitó toda la ropa hasta quedarse pelada, desnuda... Me puse bruto y fui feliz, ya por tercera vez. De pronto escuché risas de todas partes, en especial del auto. Eran puras mujeres. ¿Qué ocurre amor?, le dije a mi novia. Ella se dio media vuelta, se llevo su blanco vestido y subió al auto lleno de risas de mujeres graciosas. Partieron, dejándome solo como un hongo, llevándose mi tercera felicidad en cada punto de luz que desaparecía por la noche...

Bajé la cabeza y supe que todo estaba consumado. Debía morir de una vez, pues, ya había sido feliz, y por tres veces. Antes, escribí una carta dirigida a quien corresponda y buscando un puente, decidí saltar...

Caí, pero no al piso, pues justo pasaba un camión lleno de plásticos... fui feliz, por cuarta vez. Alguien me ama, pensé, y, sentí que era verdad. Bajé del camión y empecé a buscar mí última felicidad, al menos, por esta noche... Sí, tenía fe...


San isidro, mayo de 2008