Wednesday, December 10, 2008

el corredor


me puse mi mejor camisa y salí en busca del amor. las calles estaban llenas de gente hermosa. los autos eran un arco iris de latas. las flores olían a un cielo perdido. mis piernas corrían sin sentir el piso. todo era un sólido cielo cuando una mano detuvo mis pasos. ¿quién eres?, preguntó la inmensa mano. le dije mi nombre y esta me dejó seguir en mi carrera... todo el día corrí. mis ropas mojadas seguían pegadas a la carne, mis sueños esperaban mi cansancio. todo era una realidad a punto de reventar en trozos de ideas... vi al final mi destino. detuve mis pasos y lentamente gateé hasta llegar a esa casa de ventanas iluminadas. toqué la puerta y esta se abrió. entré y escuché una voz hermosa de mujer diciendo que pasara y me diera un baño. entré y fui al baño. en una silla vi ropa nueva de mi misma medida. me bañé y me vestí. salí del baño y vi una mesa servida llena de comida y bebidas. había mucha gente elegante, entre hombres, mujeres y niños. di un paso hacia aquel comedor pero algo dentro de mi me dijo que no, que mejor saliera y siguiera corriendo hacia otro lugar. la puerta estaba abierta y antes de irme les dije adiós. todos respondieron con mis mismas palabras, agitando sus manos. salí y corrí perdiéndome en la profunda oscuridad de la noche... corrí y corrí hasta llegar a un lugar mas hermoso que el anterior. toqué la puerta pero no se abrió. ¡no!, escuché gritos. entré y vi a muchos ancianos tirados en un piso lleno de moho y telaraña. cogí a cada anciano y los puse en sus ruinosas camas. cogí una escoba y barrí toda la casa... el día llegó pero yo seguía limpiando hasta que escuché una voz que me decía: ¿quién eres?. le dije mi nombre y salí sin pensarlo de aquella casa. no dejé de correr hasta llegar a un bosque en donde todos los árboles me preguntaron mi nombre. les repetí mi nombre varias veces. me dejaron entrar y sentí que llegaba a casa... la inmensa mano me cogió del cuello y me puso sobre el pico de uno de los árboles. ¿adónde vas?, preguntó la mano. a casa, le dije. la mano me bajó del pico y me dijo que siguiera buscando. eso hice hasta que llegué a un abismo. grité mi nombre y sentí que ese era mi hogar. salté y sentí que dejaba de ser. sin nombre, ni preguntas ni respuestas... hermoso y profundo como el cielo por la noche...

san isidro, diciembre de 2008

No comments: